Editorial
JAIME TORRES TORRES
Periodista y Editor
PRENSA SIN CENSURA
Tras casi dos semanas de cobertura, Prensa sin censura puede afirmar que los reclamos de los Empleados Unionados de la Corporación del Fondo del Seguro del Estado (CFSE) son legítimos.
Este medio independiente, sin fines de lucro, cubrió las huelgas en las oficinas de Bayamón, Carolina y la del Hospital Industrial, cuya infraestructura en el Centro Médico ha sido lanzada literalmente al desperdicio, acumulando en su interior problemas de hongos, humedad, deterioro de equipos y escasez de personal, con vacantes de puestos unionados que la gerencia no cubre con una intención obvia: debilitar la corporación pública para, como es costumbre en este gobierno neoliberal, posteriormente justificar su privatización.
La CFSE es uno de los pocos tesoros que quedan en manos de un Estado corrupto. Es patrimonio nacional, como una vez lo fueron la Telefónica y la Autoridad de Energía Eléctrica. Contrario a esta última y a la AAA, quebradas por mediocre y deficiente administración pública, la CFSE es solvente y sus servicios son eficientes.
Nunca olvido el servicio de excelencia durante casi dos meses que mi padre recibió en el Hospital Industrial tras ser objeto de balazos durante una intervención cuando ejercía como sargento de la Policía de Puerto Rico.
Yo mismo, por dolencias en el túnel carpiano por el uso del teclado de la computadora en la redacción de un diario de circulación mayor, acudí a la CFSE y el servicio fue de excelencia.
Desde citas con especialistas, dietas, gasolina, medicamentos y equipo ortopédico, sin necesidad de perder un día porque la sincronización de las consultas y servicios era perfecta.
Posteriormente, en una posición gerencial, era sagrado como patrono hacer los desembolsos correspondientes para que mi personal estuviera protegido.
Lo enumerado, cabe aclarar, es parte de una cultura de trabajo en una organización que llevan sobre sus hombros los empleados unionados. Por eso se debe salvar a la CFSE, porque lo contrario sería complicar la existencia de los empleados públicos y de la empresa privada en tiempos en que las ganancias y los intereses son más importantes que la salud de la gente trabajadora.
Esta y otras razones justificarían la renuncia o destitución del director ejecutivo Jesús M. Rodríguez Rosa. Es necesaria para salvar la corporación pública, la más solvente del Estado Libre Asociado y a cuyos bolsillos varias administraciones, incluida la de Pedro Pierluisi, han intentado meter las manos.
El sindicato, presidido por María Medina, envió una carta al gobernador y lo más reciente es que las partes se reunirán con el secretario del trabajo y recursos humanos, Gabriel Maldonado González.
Eso es para las gradas, a opinión de Prensa sin censura. La intención real es destruir a la CFSE y el sindicato lo sabe. De lo contrario la matrícula de unionados no estaría en la calle con poderosa presencia en las regiones de Bayamón, Carolina, Río Piedras y otros pueblos.
Salvar a la CFSE es salvar a la clase trabajadora de un País con rostro de adulto mayor, bastante quebrantado de salud. Basta con la billonada que, en nombre de la salud, se embolsillan las aseguradoras y planes médicos.
Destruir a la CFSE es lo mismo que sucedería si mañana el gobierno también se encapricha con socavar el cimiento de la Administración de Compensaciones por Accidentes de Automóviles (ACAA), a la que los empleados públicos y privados regulares aportan mediante deducciones de nómina.
Prensa sin censura, mediante el presente editorial, reitera que Jesús M. Rodríguez Rosa debe renunciar. Y Pedro Pierluisi debe reconocer que un administrador incapaz de garantizar un Hospital Industrial digno y regiones con farmacia, radiografías, servicios a los patronos y lesionados, cero hacinamiento, acceso a la tecnología y pagos a los proveedores es un administrador mediocre al que no le importa el bienestar del País.
No reconocerlo, como se generaliza, es ser parte del problema.

Quieren hacer lo mismo que hicieron con AEE. Una vez tengan cuadrado todos los servicios con la empresa privada, nos darán las cartas de traslado, a todos los empleados, para otras agencias de gobierno. Los lesionados ya no tendrán los servicios centralizados. Ahora tendrán que correr de oficina en oficina en la empresa privada para recibir sus tratamientos. De hecho, ya está
ocurriendo. Las farmacias las cerraron y los servicios de radiología van por el mismo camino. Hoy en la Corporación llueven los contratos. Pero siempre lo salpica la corrupción. La esposa del alcalde de Cataño era empleada del fondo y a la vez trabajaba con Tata Charbonier, y en qué quedó eso?… El esposo de Tata Charbonier, Orlando Montes, que también fue acusado a nivel federal, era el jefe de la oficina de Planificación del Fondo. La esposa del ex-alcalde de Guaynabo, Lisa Estrada, era asesora del Fondo. Al Fondo siempre lo ha salpicado la corrupción. El administrador vino con la agenda de eliminar al Fondo. Crea la crisis en los servicios para justificar la privatización. De los contratos se benefician los amigos del alma…y sabrá Dios quién más…
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Esta es una administración atropellante mal intencionada y abusiva con la clase trabajadora que brinda unos servicios médicos en la Corporación del Fondo del Seguro del estado es vergonzoso que no hallan unas sillas cómodas para que nosotros los empleados podamos realizar con comodidad el trabajo, escasez de papel y materiales de uso duario. Carmen Pizarro
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Buenas noches el Gobernador no lo va a despedí porque el administrador es su muñeco la sra Wanda Vasquez lo despidió y lo contrataron otra vez este asido el peor gobernador q emos tenido soy una empleada de 39 años de servicio sin embargo repartió cartas a sus amigos para q se fueran con una pensión de 50 porciento y no solo eso tenían pocos año de servicio esto es una injusta ay dinero para repartir pero para nosotros no .Lucha si entrega no
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Porque es la única agencia que le brinda al obrero-paciente los servicios, tratamiento y beneficios para poder ser devueltos a su área de trabajo. Servicios médicos, medicamentos, dietas, rehabilitación e incapacidades cuando su condición lo amerite
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