JAIME TORRES TORRES
EDITOR Y PERIODISTA INDEPENDIENTE
PRENSA SIN CENSURA
El Viejo San Juan ya no es de los sanjuaneros.
Así lo vaticinó Margarita Gandía en 2014 y hoy, con dejos de tristeza, reconoce cómo la gentrificación arrasa en la histórica ciudad, al extremo de que se modifica la arquitectura y diseño colonial de los apartamentos y se habilitan con habitaciones de alquiler a corto plazo, los llamados AirB&B que se apoderan del entorno, en particular en estos días de la pausa primaveral para vacaciones, el conocido ‘spring break’.
En 2014 trasciende la quiebra de Puerto Rico y se abre la puerta para la llegada de inversionistas extranjeros que comienzan a comprar propiedades en la zona histórica con exenciones contributivas al amparo de la Ley 60 porque supuestamente llegan a invertir en negocios y empresas.
“De la mano de don Ricardo Alegría queríamos rescatar la ciudad y tuvimos mucho cuidado en hacerlo, para mantener el balance. No era convertirlo todo en ciudad de blanquitos o de riquitos, sino regresar a ser pueblo. En 2014 vaticinamos las propiedades del gobierno que estarían a la venta, que va desde el Instituto de Cultura, el Cuartel de Ballajá y el Convento de Santo Tomás, al lado de la Iglesia San José”, explica Margarita, hija de Blanca B. Gandía, que desde 1958 vendía propiedades en el Viejo San Juan.
El desplazamiento actual, según recordó, se remonta a 1999, cuando el gobierno vende el Hotel Caribe Hilton, incluida el área conocida hoy por Paseo Caribe, en solo $3 millones.
“Sabíamos que el supuesto Paseo Caribe iba a ser una fila de condominios, que luchamos y combatimos, pero ahí está. Una ciclo vía costó $42 millones y esa deuda la tenemos nosotros”, dijo Margarita, que lucha ahora contra el estacionamiento de 17 pisos en el Parque Sixto Escobar al lado del Hotel Normandie, adquirido por el joven inversionista del ‘bitcoin’ Ezra Ishay.
Margarita, quien es parte de la Asociación de Residentes del Viejo San Juan, también se opone a la construcción del mega complejo de entretenimiento Hard Rock en los predios del Departamento de Hacienda, cuyo terreno posterior el entonces gobernador popular Alejandro García Padilla alquiló por $1 al ingeniero Rubén Vélez, según supo Prensa sin censura por otra fuente.
“Ahora tenemos el proyecto del Hard Rock. Me parece que son siete pisos. La gente se va a quedar aquí y van a convertir el Viejo San Juan en una ciudad fantasma. Y será la muerte definitiva de nuestra historia. El tráfico que va a generar esto será sin precedentes”, pronostica en 2023.
En comparación con el Viejo San Juan residencial de 2014, Gandía sostuvo que hoy quedan muy pocos vecinos y vivienda disponible.
“Quedan apartamentos para estudiantes y tenemos tres universidades. 20 apartamentos de $500 y un poquito más, que están reservados hasta que terminen las clases, y nada más”.
La experimentada corredora de bienes raíces dijo que San Juan “prácticamente es un gran hotel AirB&B sin ningún control”.
Añade que “hace cuatro años estuvimos en la legislatura municipal y se presentó un proyecto para el control de los AirB&B. El señor alcalde [Miguel Romero] era entonces senador y emplazó a la alcaldesa Carmen Yulín a que si lo presentaba él iba a demandar. Ahora el alcalde Romero está presentando otro proyecto. Si nos hubiera escuchado hace cuatro años, no hubiéramos perdido mucho de San Juan y muchos de los residentes”.
Para Margarita Gandía lo que sucede es comparable en tono coloquial con “matar a la gallina de los huevos de oro” porque, según abundó, “esto es el centro del turismo”.
“Uno menciona Puerto Rico y la gente en el mundo en lo que piensa es en el Viejo San Juan. Ya el Viejo San Juan no es de los sanjuaneros”.
Edificaciones históricas como el Palacio Arzobispal, el Museo del Niño y el Antiguo Seminario Conciliar en la Calle del Cristo, entre otras, pertenecen hoy a inversionistas de la Ley 60, como Broke Pierce.
“Cuatro cryptos son los dueños de todo eso. No sabemos si Wanda Vázquez anuló el contrato que vendía la sede del Instituto de Cultura Puertorriqueña”.
La pérdida del Viejo San Juan es una tragedia para Puerto Rico. A Margarita le entristece que a la entrada de la Calle San Francisco, al lado de la Plaza Colón, se haya colocado un monumento que versa “I Love San Juan”, donde los turistas se retratan ignorando la importancia cultural de la Casa José Julián Acosta, del Teatro Tapia y el antiguo Casino de Puerto Rico.
“Eso no tiene nada que ver con la zona histórica. Esta plaza simboliza los 500 años. Hablamos español por estas murallas. No hablamos francés, por estas murallas. Somos lo que somos por la identidad. Hay que ver la isleta del Viejo San Juan de otra manera. Hay que hacer un plan de área porque nuestros nietos no verán nada de lo que es la zona histórica”.

Hace casi 30 años estuve en la isla de San Martín, en la parte holandesa (donde vacacionaba Lady Di), en un hotel «all included». Las playas eran privadas. Había mansiones de riquitos europeos, gringos y canadienses, donde los «natives» trabajaban como sirvientes, por un sueldo de miseria. Recuerdo que le di pon a una adolescente que lavaba, planchaba, fregaba y cuidaba los niños de sus amos, digo, patronos; y tenía que caminar varios kilómetros para llegar a su casa…, en la calle Culebra de una barriada con caminos de tierra. Allí vivían los «natives».
Ese es el Puerto Rico del futuro, más próximo que lejano.
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Gracias Margarita!!
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Eso nos pasa por ser un pueblo sin valores que no conocemos nuestra historia y por lo tanto nos vendemos. al que mejor me pague y cuando vamos a votar seguimos votando IGUAL
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Gracias Pedro. Acá a la orden.
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