JAIME TORRES TORRES
EDITOR Y PERIODISTA INDEPENDIENTE
PRENSA SIN CENSURA
La cotidianidad en Paseo de la Alhambra en Carolina es una pesadilla.
Es una urbanización con acceso controlado, en la que, a duras penas, se edificaron alrededor de medio centenar de viviendas, colindante con el Barrio San Antón y con privacidad en zonas verdes por donde atraviesa un riachuelo que es tributario de la Quebrada Blasinas.
Los vecinos enfrentan diariamente los ruidos innecesarios y la contaminación del aire por la chatarra que la compañía Super Junker & Recycling, en la PR-887 kilómetro 1, compacta en su solar, de manera directa a gran parte de los vecinos.
El alcalde popular de Carolina José Carlos Aponte Dalmau y sus subalternos están en aprietos porque en año preelectoral y de cara a las elecciones de 2024, aunque parezca que no tiene oposición, los vecinos han optado por denunciar que después de múltiples gestiones la administración municipal aparentemente se ha hecho de la vista larga y no ha escuchado sus reclamos con empatía.
“Desde el 2020 estamos afrontando el problema del junker y nos hemos comunicado al municipio para hablar con Neftalí Rodríguez y el señor Osorio para que vengan aquí y observen y sientan el ruido. Lo que me dicen es que tienen permisos. Hemos llamado a la guardia municipal y hace poco el agente García vino y me dijo que vendría a darles un boleto de mil dólares. Entiendo que no les expidió la multa”, explicó el vecino David Rodríguez, quien asegura que hay consenso entre los vecinos para que la compañía descontinúe en el lugar las operaciones en detrimento de la comunidad.
“Me pregunto cómo puede ocurrir algo así tan cerca de las residencias. El ruido, la peste… Ahí traen las chatarras y las demuelen con su maquinaria. La estiban y se la llevan para traer otro vagón para demoler. Esto ocurre de lunes a sábado”, añadió.
El alcalde José Carlos Aponte Dalmau tendrá que responderle a los vecinos de Paseo de la Alhambra porque, aparte de ser constituyentes de Carolina, su administración -y la de todo alcalde u alcaldesa- debe garantizar su bienestar. Son 44 familias, que en electores se traduce en alrededor de 200 votos.
“Le pido al honorable alcalde Carolina, a las agencias municipales y estatales que, por favor, hagan algo por nosotros. Lamentablemente, después de trabajar en San Sebastián, me retiro y me mudo a vivir para aquí por la condición de salud de mi esposa y aquí no hay paz. Le huimos al ruido. No se puede estar dentro del hogar ni en el patio. Necesitamos que se nos atienda esta situación”, concluyó Rodríguez, quien a nombre de sus vecinos ha radicado querellas, como la # 33974 ante la Junta de Calidad Ambiental, sin respuestas de la agencia.
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