JAIME TORRES TORRES
Un año después del súbito fallecimiento de Tito Matos, y en vísperas del carnaval plenero de las Fiestas de la Calle San Sebastián, no pocos panderos son afinados con el corazón.
Comparsa de requintos, seguidores y punteadores tocados con devoción; algunos también con rabia y melancolía, muchos con agradecimiento y Amor.
Un año después la plena resuena esperanzadora y feliz, pero desde la memoria de Tito Matos no pocos la tocan combativa y reafirmando la nacionalidad boricua.
En el primer aniversario de su salida al plenazo celeste, acá en la temporalidad, en espacios como la Goyco se celebra la obra y legado de Tito Matos, repicando panderos, como expresión sincera de las calles, esquinas y aceras del Barrio, desde Lloréns hasta Machuchal, subiendo con fuerza por la Calle Calma, musicalizando la periferia de la Calle Loíza con resonancias en Shangai, Playita y otros sectores de Villa Palmeras.
Las cenizas de Tito están enterradas en el cementerio de Villa Palmeras, junto a su padre y sus abuelos, destino para llegar con una plegaria plenera pa’ que a su alma nunca le falte luz en su viaje por la eternidad.
Un año después, en Prensa sin censura reafirmamos la memoria perenne de Tito Matos como El Inmortal Corazón de la Plena.
Así recordamos al maestro y virtuoso del requinto, Héctor ‘Tito’ Matos, quien súbita e inesperadamente murió el martes 18 de enero de 2022, dejando un vacío imposible de llenar en la escena del folclor boricua.
Seguí muy de cerca su desarrollo tras su regreso a Puerto Rico luego de varios años en Nueva York, donde trabajó con la icónica agrupación Pleneros de la 21, junto a Juan Gutiérrez, Sammy Tanco, Ángel Luis Torruellas, Meñique, el cuatrista Edgardo Miranda y otros.
En el Barrio concibió su banda Viento de Agua y acá junto a Ricardo Pons la encaminó con identidad propia en el espectro folclórico, con arreglos de vanguardia que incorporaron elementos del jazz y la música clásica.
No olvido cuando Tito Matos se involucró en la producción de su disco “Fruta Madura” y se acercó a algunos amigos para recabar su auspicio en metálico a cambio de una u dos decenas de ejemplares de la producción que, en mi caso, obsequié a conocidos y seres queridos invitándoles a descubrir la creatividad e ingenio del plenero oriundo del Chícharo cangrejero.
Fue el Corazón de la Plena por muchas razones. Por su espíritu luchador e inquebrantable de gestor cultural a la hora de redactar, someter y defender propuestas en aras del bienestar de la expresión.
Tito Matos, por ejemplo, se acercó al Instituto Smithsonian para el lanzamiento de “Materia Prima” de Viento de Agua Unplugged.
Asimismo desarrolló otros proyectos a favor de la plena como La Máquina Insular, los Plenazos Callejeros, los Lunes de Plena en El Boricua, la transformación de la antigua escuela Goyco como destino plenero y su aportación general, junto a su señora Mariana Reyes, al rescate y desarrollo cultural de la periferia de la Calle Loíza en Santurce.
Con pasión incansable, se debe reconocer el establecimiento de La Casa Plena, un museo que custodiaba parte de la colección del fenecido artesano e historiador Ramón López.
Tito Matos, el Corazón de la Plena, también fue un virtuoso mito del requinto. Sus magistrales toques se pueden apreciar en los discos de Viento de Agua y particularmente en la joya “Esta Plena” de Miguel Zenón, maridaje del jazz con el ritmo autóctono, y el “Rumbero del Piano”, de Eddie Palmieri y donde se destaca en el requinto en la plena “¿Dónde está mi negra?”.
Solo el Corazón de la Plena se detiene a pensar en el futuro del género y así surge el proyecto “Sonidos primarios”, con auspicios del Instituto de Cultura Puertorriqueña, con canciones didácticas y el cuento Marcelo y el Misterio del Sonido Desaparecido.
Como compositor, el difunto plenero deja un catálogo de composiciones de reafirmación nacional, cultural y que retrataron el pulso de la vida del barrio. “Las batatas” y “Duermen los pueblos” son obligadas cuando se piensa en su aporte a la plena de denuncia política y “Fruta madura” cuando se habla de plena romántica.
Como productor, parte de su legado incluye el segundo disco de Los Pleneros de la 23 Abajo y el primer cd de Los Pleneros de la Cresta.
Ver a Tito Matos llorar como lloró en el sepelio de Ángel Luis Torruellas en Hatillo y su compromiso con el depósito de las cenizas de Ramón López en el Río Mameyes de El Yunque confirman también la elevada estatura humana de este artista que también recordaremos por su registro afinado y fraseo acompasado…
Corazón al fin, como si la misma Plena cantara.
Su trascendencia es tal que en días recientes el Centro de Estudios Puertorriqueños de Hunter College estrenó en su canal de YouTube un documental sobre su vida y trayectoria. Al presente “Tito Matos: ¡Ahora sí!” ha acumulado alrededor de 5, 500 vistas.
A un año del mutis temporal de Tito Matos, su semilla de cultura sigue germinando en buenos frutos. Uno de sus discípulos, Emanuel Santana, reafirma el compromiso por continuar su legado para el conocimiento, la formación y el deleite de las nuevas generaciones.
Emanuel es parte de los pleneros que le imparten continuidad a Lunes de Plena en El Boricua.
Siempre lo recordará como un padre. “A Tito Matos lo conocí en la Placita de Santurce, de donde yo soy al igual que él. Estudiamos en la San Vicente en la Parada 24. Teníamos muchas, muchas cosas en común que descubrimos a medida que nos fuimos conociendo. Tito Matos definitivamente es el plenero que más ha influenciado en mí. No solamente eso. Tito Matos para mí es una figura paternal. Una persona que no solo me enseñó sobre la plena como música, sino como estilo de vida. Tito Matos fue el que me enseñó a sentirme orgulloso de ser plenero. Ese orgullo que impartió en mí me llevó a tomar la decisión de ser plenero hasta el último suspiro. Voy a hacer esto con mucha pasión y entusiasmo”.
Hoy la Casa de la Plena, en la antigua escuela Goyco, es un destino de peregrinación con un humilde toque de requinto, punteador o seguidor, pero resonando fuerte por las aceras, esquinas y callejones de la Calle Loíza, ‘re-puertorriqueñizada’ por Tito y los sobrevivientes de la comunidad cangrejera ocupada en décadas recientes por la colonia dominicana asentada en el entorno santurcino.
El signo prometedor de los niños con panderos, acompañados de sus madres y padres, que llegan los sábados a participar de los talleres de plena que ofrece el pequeño Marcelo prolongan la leyenda y vigorizan el mito de Tito Matos.
Héroe y baluarte del folclor afroboricua que ilumina a Borinquen con sabiduría, dignidad, identidad e inconmensurable Amor.
La Estrella de Tito Matos es Sol que sostiene la cultura isleña en una galaxia plenera en que brilla junto a Rafael Cepeda, Ángel Luis Torruellas, Isabel Albizu, Félix Alduén, Marcial Reyes y otros gigantes del folclor.
¡Descanse en paz, Maestro Plenero!

Excelente reseña 👍
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