Jaime Torres Torres
Fue un despertar poético, en que el concierto de coquíes, gallos y reinitas complementó la escena de la anunciación del Día de la Bandera que, desde las 5 am, se celebró en la Loma de los Tres Santos Reyes en Guavate.
Fue la diana perfecta: un amanecer brillante, sin brisa y sin frío; sin lluvia y sin apuros. Solo los dulces murmullos de gente, en su mayor parte, desconocida entre sí, que llegó a Cayey a honrar a la Monoestrellada en su efeméride, 125 años después.
Esta vez fue izada la enorme bandera “Verde Luz”, inspirada por Juan Santtos Torres en la danza de Antonio Cabán Vale ‘El Topo’ y ofrendada como intención para que se levante y, al menos, de pie siga representando el signo de resistencia por la Patria que, aun desde su lecho de enfermo, representa.
Como preámbulo al gesto de Juan Santtos Torres, El Picapiedra de Guavate, y su hijo Juan Carlos, se recordó a la patriota Providencia Trabal, mejor conocida por muchos en Guavate como Pupa.
“Antes de la ceremonia de la bandera pedimos un fuerte aplauso para Pupa. También Juan «Kuki» Gonzalez le cantó una canción original dedicada a ella. Hicimos una breve introducción de ella en nuestras vidas y todos gritamos «Que viva Pupa», dijo Juan Carlos a Prensa sin censura.
Entonces, el licenciado Eduardo Villanueva habló sobre la historia, el simbolismo y los mitos de la Monoestrellada.
Y antes de izarse, la insignia acarició la superficie de la loma humedecida aun por el rocío de la madrugada. Se pensará que la Bandera no debe tocar el suelo, pero los organizadores conciben la escena de otra manera: la oportunidad de consagrar la identidad boricua a la Madre Tierra.
“El contacto de la bandera con la tierra representa un abrazo del Planeta a la bandera. Es como la bendición oficial de la bandera porque la tierra es una bendición. El planeta y su energía se transfieren a la bandera y la izamos, para hacernos planetarios. Eso es lo que se quiere comunicar. Que somos parte del planeta, de esta tierra y de la bendición de protegerla. No somos más que ella, somos parte de Ella”, explicó Juan Carlos.
Mientras las estrellas disimulaban su resplandor ante el asomo del Sol radiante de Oriente, el aroma a café recién colado con el pedazo de pan eran motivo de sonrisas en los paladares de los presentes en una ceremonia mágica.
La Diana a la Bandera fue un evento sencillo, humilde, que duró poco, pero que irradió esperanza, revitalizó en la lucha y sostuvo en la Fe.
“Lo describo como mi celebración de Año Nuevo. Para mí, celebro un nuevo comienzo con el Día de la Bandera porque uno sale lleno de alegría y mucha esperanza”.
Madrugar para confraternizar y mediante gestos de hermandad celebrar la puertorriqueñidad. De eso se trató. Aunque no se conocían, parecían familia.
La metáfora de revestir la Monoestrellada con la tonalidad del ‘Verde luz’ de ‘Monte y mar” en honor de El Topo es una expresión de respeto y admiración a su creador.
Como todos los años, desde hace casi dos décadas, la tradición de la familia de Juan Santtos Reyes, se origina precisamente con Danny Rivera como vecino de Guavate y era pretexto para invitar a músicos, poetas y amigos.

La gigantesca bandera “Verde luz’ fue izada durante la entonación del segundo himno borincano, revolucionario en Amor, marcando un hito con la simbiosis de patriotismo, canción y Monoestrellada.
“Es la primera vez que se dedica la Bandera a una canción. Es la primera vez que se iza una bandera diseñada para la canción “Verde luz” y es la primera vez que se iza cantando todos “Verde luz” mientras escuchamos la versión original de El Topo y lo hacemos con él”, sostuvo Juan Carlos.
Al izar la Monoestrellada se leyó una proclama ciudadana donde los presentes, como País, Pueblo y Gente, afirmaron la expresión del alma de la Nación con su voluntad de que la danza “Verde luz” en lo sucesivo sea considerada el himno nacional de la cultura popular puertorriqueña.
“La canción “Verde Luz” es una ilustración en voz al amor a la patria, a la isla de Borikén. También es la nostalgia al no estar cerca de los colores del monte y el mar. Esta es una danza que hipnotiza y despierta el deseo de defender sus montañas, sus playas, sus suelos”, versa parte de la proclama.
Santtos y su hijo Juan Carlos documentaron que en la bandera dedicada e inspirada en “Verde Luz”, la estrella amarilla es como el dorado del sol y las franjas y triángulo simulan los múltiples verdes de nuestra Isla caribeña.

“En nombre de cada boricua de corazón, nacido en y fuera de Puerto Rico, queremos hacer reconocimiento de la canción “Verde Luz” como “Himno Nacional de la Cultura Popular Puertorriqueña”.
Con singular respeto y devoción, el poeta Elías Miranda le dedicó a El Topo el poema “Ideando”, que versa así:
Ideando…
Verde en nuestra Bandera
Nos invitaron a observar una luz
Proveniente de nuestra tierra,
De nuestra cultura, patria y corazón.
Una luz que solo observan
Quienes aman esta bendita tierra
Y en ella han sembrado y cosechado
Un Gran Amor…
Un ser inspirado y enamorado
Plasmó mucho más que letras
En una canción. ¡Verde Luz!
Desde entonces esas palabras
Fueron profundizándose
Y enraizándose en nuestra alma,
Cual si fuera un himno, una alabanza.
Un ser humano humilde
pintó de verde con una canción
Lo que han logrado muy pocos.
Antonio Caban Vale, «El Topo»,
Hoy estas entre nosotros,
Cuando la Verde Luz
Que nos enseñaste
Se enraísa en nuestra bandera.
Y sin perder rumbo,
Nos invita su estrella
A sentir la tibia arena,
A dormir en sus riberas,
Isla doncella
De libre estrella.
Alumbremos nuestra patria y cultura
Con una Verde Luz que perdure
Más allá de nuestros miedos,
Más allá de los deseos
E intereses ajenos
A nuestra idiosincrasia Boricua.
Hoy nuestra bandera transluce
El verdor que nos conduce
Cuando lejos estamos
Y con nostalgia expresamos
¡Quiero volver! ¡Quiero volver!
El Topo no pudo llegar a Guavate para ser testigo de esta y otras muestras de afecto, pero sepa usted que a esta hora la Monoestrellada, con su “Verde luz”, lo arropa y revitaliza de salud con su poderosa energía.

Y hubo un recuerdo para la recientemente fallecida Providencia Trabal, Pupa, patriota mayagüezana y puertorriqueña.
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Gracias Margarita. Lo añadiré
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Hermosa descripción de una hermosa y única actividad. Mi aplauso a mis amigos y compañeros de Guavate. Mi querido Santtos, Juanca y demás.
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La descipción de la actividad me transladó al Lugar donde se celebraba. Me revolcó toda esas emociones de amor en mi corazón que siento acerca de la PATRIA que me vió nacer. Renueva las esperanza de salvación de nuestra BORINKEN.
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