Jaime Torres Torres
Prensa sin censura
Tras 14 días aislada en la unidad para pacientes de Covid del Hospital HIMA San Pablo de Bayamón, doña María Miguelina Soto Colón, de 99 años, se proyecta ausente de la realidad, triste y con la mirada perdida.
Su familia insiste que la anciana está traumatizada debido al distanciamiento de sus seres amados durante casi dos semanas en que ni siquiera pudo comunicarse por teléfono o videollamadas.
Su hija menor y cuidadora Norma Jean Vélez Soto ya se asesora para ver si hay posibilidades de alguna acción legal contra la institución hospitalaria.
“Estamos preparando un expediente con toda la evidencia. Mami está traumatizada, se pasa diciéndonos: ‘por favor, no me dejen sola, no se vayan’. Dijo que sufrió mucho allí porque a cada rato la puyaban para sacarle sangre y que eso le dolía mucho”, señaló Norma a Prensa sin censura.
“Luce triste y nos ha verbalizado que la hicieron sufrir mucho en el hospital y que se sentía muy sola. Está afectada emocionalmente por el aislamiento de sus hijas. Se ha referido a ayuda de un profesional de la sicología. Esos 14 días de aprisionamiento sin los derechos que le asisten por la Ley 121 y la Carta de Derechos del Paciente de ver a su familia es evidente que le han causado mucho daño. Se le está dando todo el apoyo y los cuidados que necesita”, abundó su hija Norma.
Respecto a si recibieron la confirmación médica de que, en efecto, doña María Miguelina arrojó positivo a Covid, Norma puntualizó que es un misterio. “Ese punto es refutable. Es un punto sensitivo. La información que me ha llegado es que ahí a todo paciente le están escribiendo ‘covid’ en el expediente”.
Testimonios del Pueblo
Al drama de doña María Miguelina, los lectores de Prensa sin censura se han volcado en expresiones solidarias, lamentando lo sucedido.
“Hay muchos de esos pseudo llamados profesionales de la salud que se les olvida o nunca aprendieron que la salud es integral. Hay una parte muy importante que afecta la parte física y es la parte emocional, psicológica y espiritual. Ese y otros hospitales están colgados”, opinó Héctor Pabón.
Por su parte, Randy Grande escribió: “Esto es vergonzoso: utilizar una persona de edad avanzada y exponer al paciente y sus familiares a una situación innecesariamente, solo para sus fines económicos”.
La señora Zoraida Soto compartió su experiencia con el mismo hospital. “Cuando mi madre vivía, tuve que sacarla bajo mi responsabilidad porque cuando llegué a visitarla me la tenían aislada sin ninguna razón porque no tenía condiciones infecciosas. Cuando la vi estaba toda hinchada. Firmé y la saqué de aquella habitación que ella decía que veía monstruos. Gracias a Dios se recuperó en su casa”.
Rocío Delgado publicó: “¿Por qué nuestros viejos tienen que estar pasando por esto? Maldito dinero, malditos médicos, malditos gobiernos corruptos que sólo les importa el billete. Pero un día iremos a un tribunal y de allí no se escapa nadie. Arrepiéntanse de tanto mal que están haciendo. Mi viejita murió sola sin nosotros, en un hospital y ese dolor lo llevaré por siempre. Sólo Dios sabe”.
Jacqueline Díaz testificó: “Lamentablemente mi mamá llegó por otra condición al Hospital HIMA San Pablo y allí se le pegó el Covid. Nunca me dejaron entrar aunque mi madre estaba consciente y solo tenía una cánula de oxígeno y murió sola. Han pasado dos años y todavía es algo traumático para todos sus hijos. Y lo peor de todo, rogándole al médico de cabecera que nos llamara para que nos informara de su condición y nada. Luego que llamé a su oficina privada, que la busqué en Google, a la Procuraduría del Paciente, al hospital y a la trabajadora social, por la desesperación de no saber de ella, me llamó el médico y me contestó cuál era mi preocupación porque ellos la estaban atendiendo. Para que ustedes vean el grado de insensibilidad que ese miserable médico tiene. A todo el que esté leyendo este mensaje, les ruego: NO LLEVEN A NADIE A ESE HOSPITAL, ES UN MATADERO. Así como les estoy contando mi odisea, he sabido de muchos casos parecidos en ese hospital”.
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