Alí Tapia: cantautor contra la gentrificación

JAIME TORRES TORRES

PRENSA SIN CENSURA

A conciencia, “Conspiramos” es el segundo álbum que graba en su carrera el cantautor Alí Tapia, esposo y padre feliz; maestro federado; poeta de la resistencia y juglar de la Patria, cuyo discurso musical es comparable con un grito que despierta conciencias.

Su lanzamiento, inadvertido por los medios corporativos, es muy pertinente, además de oportuno, porque abona a un relevo inevitable en el espectro de la canción protesta, que asume con honestidad, reconociendo la cita de continuidad a una historia forjada por El Topo, Roy Brown y otros cantautores.

“Es una propuesta musical distinta a la que está corriendo ahora y no es que hable mal del reguetón, pero es un género hegemónico y exceptuando a los grandes artistas, como Marc Anthony y otros, lo que busco preservar es la Nueva Canción Puertorriqueña, que se inicia a finales de los años 60 y 70. Lo que pretendo con el disco es, al utilizar la encuadra caribeña, tratar de unir textos con lo que es nuestra música puertorriqueña, pero sin que luzca como muy ‘ajibarao’, sino tratando de renovar un poco el cancionero puertorriqueño”, explica Alí al abundar que en la cotidianidad los integrantes de Palo Santo se especializan en guarachas, aguinaldos, boleros y otros géneros, como el rock y la bachata.

El cancionero de “Conspiramos”, grabado junto a Palo Santo, consiste de “Hay una claridad”, “Caminando hube”, “El dolor de las naciones”, “En mi barrio se puede”, “Oda al Maestro Cordero”, “Ninguno gobernador” y “Tan lejos y tan cerca”.

“Al hacer una introspección veo que es un disco político, porque de ocho temas, cuatro o cinco son de corte político o de denuncia. Básicamente, eso es lo que se construyó textualmente para este disco”.

Entre sus nuevas composiciones, Alí aborda el tema de la gentrificación o desplazamiento en las comunidades. Al escuchar “En mi barrio se puede” inevitablemente palpitan memorias de las luchas de los residentes de Puerta de Tierra en San Juan, en Luquillo, Rincón, Vieques, Culebra y otros pueblos en que avanza el proceso de gentrificación.

“En el año 2007 y 2008 me recluta un grupo de artistas diversos que utiliza el teatro de títeres para acompañar las marchas de los maestros, en la que va la maestra combativa y un gigante que caminaba con los maestros exigiendo sus derechos. Nosotros también como grupo de teatro político hicimos obras e íbamos a los barrios y centros universitarios donde se libran luchas. El grupo se llama Papel Machete y me reclutan para hacer una canción y música para los barrios que estaban expropiando. El primer ensayo que se hizo de intento de sustitución poblacional era ir a los barrios a expropiar a la gente que llevaban tiempo viviendo allí”, recordó.

El cantautor, cuyo desarrollo artístico se remonta al 2006-2007 en el ambiente de las luchas contra el alza en la matrícula en la UPR Río Piedras, evocó las luchas de otros barrios marginados como Jurutungo en Hato Rey y otros en Ponce, Mayagüez y Aibonito. Al observar el fenómeno, el siguiente paso consistió en contactar a los líderes comunitarios. “La canción es sobre una comunidad que no quiere ser expropiada y que no quiere perder los vínculos que la han mantenido unida. Ahora la gentrificación se da de otras maneras, por ejemplo, que no haya acceso a vivienda para jóvenes trabajadores”.

Otro rasgo de la gentrificación es el privilegio a los extranjeros con capital, que actualmente se benefician de las exenciones de las leyes 20-22, hoy Ley 60.

“Se abren las puertas a los extranjeros y no se puede competir. Y ocurre la sustitución poblacional en las comunidades. Es una forma de relegar a los nacionales para que se vayan de las áreas de interés que tiene el gobierno. Es parte del capitalismo salvaje que vivimos y que se ve en vender la Isla en cantos y no dar lugar al desarrollo del capital nacional”.

Educador al fin, Alí Tapia rinde honores al maestro Rafael Cordero, un humilde tabaquero que en su tiempo libre impartía el pan de la enseñanza a niños pobres de La Perla y otras comunidades.

“Soy maestro del sistema público de enseñanza. Descubrir al Maestro Cordero fue descubrir el Siglo XIX y lo impactante que fue la esclavitud y como ese espectro ha seguido a la negra y al negro puertorriqueño. A fuerza de voluntad, en su época, en que aún no se había abolido, Cordero fue maestro de niños blancos, negros y pobres. Fue una clase interracial. Él no cobraba por ser maestro. Trabajaba de tabacalero para poder dar clase a los chamaquitos que eventualmente se convirtieron en los abolicionistas puertorriqueños que fueron a España a decirle a los españoles cómo se debía abolir la esclavitud. Es un simple homenaje de un maestro a un maestro. La música del trovador con la música clásica”.

El álbum “Conspiramos” de Alí Tapia y el Grupo Palo Santo se consigue directamente con el cantautor en el (787) 398-9267.

Alí Tapia.

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