Por Carlos Montalvo-Mont
Arbolista Paisajista
Durante esta semana del mes de marzo 2023, por espacio de cinco días consecutivos con llamas vivas se han quemado unas 28 cuerdas de terreno, en el sector Los Méndez, en San Germán, aproximadamente 22 cuerdas y en Maricao seis cuerdas cerca del Bosque Estatal de la ciudad de Maricao, Puerto Rico.
Allí donde hay árboles, arbustos o pastos, todo es propenso a quemarse. Durante un Incendio Forestal las especies que más se afectan son el Moralón (Coccoloba pubescens), Guaraguao (Guarea guidonia), Cupey ( Clusia rosea), Quebrancho (Schinopsis balansae), Roble Blanco (Tabebuia heterophylla) Almácigo (Bursera simaruba) y Casuarina (Casuarina equisetifolia) conocido como Pino australiano.
El comportamiento humano es la causa principal para el inicio de los Incendios Forestales, la falta de lluvia, la sequía y la velocidad del viento son elementos atmosféricos determinantes en el desarrollo de incendios no controlados al aire libre.
Provocar incendios es un delito, lo cual conlleva multas administrativas de $25,000 y en caso de reincidencia de hasta $50,000 o hasta 10 años de cárcel.
El Código Penal de Puerto Rico establece en su artículo 232 que “toda persona que incendie montes, sembrados, pastos, bosques o plantaciones ajenos, será sancionada con pena de reclusión por un término fijo de tres (3) años”.
Sin embargo, si un incendio forestal, provocado por cualquier persona, representa un peligro para la vida, salud o integridad física de otras personas, la pena conlleva un término fijo de 8 años.
La temporada de Fuegos Forestales se da en las islas de Culebra, Vieques y todo Puerto Rico a partir de febrero hasta agosto. En estas fechas, porque la vegetación que creció entre octubre y noviembre, durante los fuertes episodios de lluvia, comienza a secarse a partir de enero hasta febrero, que son meses de transición a un clima con poca precipitación y vientos que soplan más fuertes.
En lo que va de 2023, el Negociado de Bomberos ha registrado 500 incendios forestales, la mayoría de ellos situados en las regiones de las ciudades de Aguadilla y Ponce, Puerto Rico.
