Editorial de Prensa sin censura
JAIME TORRES TORRES
Dicen que en todas las familias hay porfías… En las dinastías musicales es doloroso porque, ante todo, se deben al Pueblo.
En el pasado lamenté y escribí sobre las diferencias entre algunos de los Hermanos Cepeda.
Esta vez invito a una reflexión sobre la Familia Sanabria. Los periodistas culturales que conocimos al tronco, Don Leopoldo Sanabria, recordamos muy bien que, junto a doña Nilda Colón, siempre se esmeraron por la unidad familiar.
Hoy los Sanabria van por la cuarta generación y, de algún modo, todos reciben por herencia la trova y la improvisación.
En varias ocasiones visité la centenaria casona del Barrio Pueblito del Carmen en Guayama. Allá, con el respaldo del fotoperiodista José Rodríguez, hicimos la primera entrevista a Victoria: una joya, humildemente hablando, del periodismo cultural porque cada pregunta formulada finalizaba con un pie forzado para que la Diosa de la Trova respondiera con una décima en la tradición espinela.
Victoria hizo historia al convertirse en la primera mujer campeona del Concurso de Trovadores Bacardí, allanando el sendero para que pocos años después se coronara Lenny Jeanette Adorno.
Victoria, Garganta Patria, apelativo con el que también la bautizamos, en pocos años se convirtió en una de las voces indispensables de la música popular puertorriqueña, trascendiendo al bolero y la salsa, sin olvidar su esencia trovera.
Me resisto a creer que aún se generalice el distanciamiento de parte de sus hermanos, como se observa en los medios. Quiero pensar que en la intimidad familiar coinciden Victoria, Julio César, Fernando y Alfonso. Es el mejor regalo en vida a doña Nilda Colón y el más noble gesto de respeto a la memoria de don Leopoldo.
Prensa sin censura comparte este editorial de enfoque cultural porque este pasado fin de semana recibimos el comunicado de la celebración de la tradicional Fiesta de los Sanabria.
Se resalta que se celebró tras un paréntesis de 13 años. Y que los Hermanos Sanabria y varias de sus generaciones festejaron en la casona de Guayama, sin que faltara el lechón asado y otros platos de la gastronomía criolla, preparados por doña Nilda en su fogón de leña.
El comunicado versa que estas fiestas se celebraron durante 16 años, desde 1993 hasta 2009, cuando falleció el patriarca de la familia, Leopoldo Sanabria Cruz, por lo que los hermanos optaron por un receso.
“Con el tiempo muchos de nuestros amigos, clientes y familia nos comentaban de aquellas grandes fiestas, que celebramos manteniendo la tradición, la cultura y nuestras costumbres. Por eso este año dimos una parranda y luego salió completamente orgánico entre mis hermanos Alfonso, Fernando y yo, por qué no celebrar la fiesta”, explica Julio César Sanabria mediante el comunicado, que incluye fotos suyas junto a Alfonso y Fernando.
El comunicado añade: como es conocido, la matriarca de esta familia, Nilda Colón González, mantiene en su cocina un fogón. Así que para esta especial ocasión encendieron cuatro fogones, donde ella cocinó contentísima con la ayuda de varias de sus hijas, al ver su hogar lleno de gente querida y buena música. También, en los quehaceres se involucraron los nietos Leonil y Fernandito, aparte de otros familiares y hermanos. Mientras tanto, los invitados no llegaron con las manos vacías, sino con bebidas, entremeses y refrigerios, los cuales colocaron en una mesa para el disfrute de todos.
“Festejamos en grande que retomamos las tradicionales fiestas, que hacíamos celebrando la vida y el legado de nuestro padre. Le abrimos el corazón y la puerta de nuestra casona, que ya tiene más de 150 años, a amigos que vinieron de diferentes pueblos, e inclusive de Estados Unidos y otros países. Es una fiesta de la familia Sanabria para nuestra familia extendida. ¡Vamos a mantener viva esta tradición!”, recalcaron Alfonso, Fernando y Julio César.
Sin embargo, en el comunicado no se menciona a Victoria, eslabón fundamental de la estirpe Sanabria, cuya invisibilidad [queremos pensar que no es intencional] a juicio de Prensa sin censura no es justa ni para ella, ni para Doña Nilda, ni para la memoria de Don Leopoldo y ni para el pueblo simpatizante del arte de la improvisación de la décima en la tradición de Vicente Martínez Espinel.
El récord periodístico revela muchísima información de las controversias de Julio César y Alfonso como promotores y productores de eventos artísticos.
Se recordará que en la pasada Navidad Julio César produjo el disco “Regalo a mis Reyes”, con la intervención de tres generaciones de la Familia Sanabria, incluyendo a Alfonso y Fernando así como los nietos de doña Nilda, Julisa, Alan, Víktor Alfonso, Rodrigo Ignaxio, Yaritza y Sharina.
Sin embargo, tampoco Victoria participa, aunque se puede entender que desarrolle su carrera al margen de los negocios de sus hermanos.
Victoria, empero, también es Sanabria; es Mujer y es una exponente tan genuina como sus hermanos y sobrinos que, aunque no haya asistido a la fiesta, es digna de reconocimiento y mención en el contexto de los juntes familiares y la correspondiente documentación en los medios.

