(Nota del Editor: Gracias al patriota Heriberto Marín Torres, este medio fue invitado a la presentación del libro “Nacionalismo Cultural: El Tallador de Santos, Celestino Avilés Meléndez” del Dr. José Guillermo Torres Colón, efectuada este sábado 4 de febrero en el Museo de los Santos y Arte Nacional en Santurce. Entre los conferenciantes estuvieron los doctores Doreen Camacho Colón e Ignacio Olazagasti Colón. Prensa sin censura comparte la ponencia dictada allí.)
JAIME TORRES TORRES
Jamás olvidaré, durante la mañana del 18 de diciembre de 1990, el tapón descomunal en la PR-155 en dirección a Orocovis: era una multitud la que temprano se dirigía al Octavo Encuentro Nacional de Santeros, parte del aporte a la cultura nacional que inmortalizó a Don Celestino Avilés Meléndez.
Ser Santero, providencialmente, es ser arquitecto de una Patria siempre renovada. Desde la llegada al aserradero en busca de la materia prima o desde la minuciosa selección del trozo de cedro o caoba que se almacena en el taller, la imaginería popular, la talla de santos, es una expresión cultural en la que se rediseña, reconstruye, reinventa y recrea la Patria, siempre en evolución y revolución hacia su emancipación.
Y don Celestino Avilés Meléndez, a quien como periodista cultural siempre recordaré como El Santero Mayor, es un signo de resistencia y reafirmación nacional.
La idiosincrasia, el acervo, el abolengo y la identidad boricuas, a pesar de su historia de poco más de cinco siglos de coloniaje, trascienden y se fortalecen gracias al espíritu de la cultura.
Tras 125 años de colonialismo norteamericano, comenzando con la imposición de la religión protestante con que se pretendió denigrar el alma y el carácter del boricua y con la afrenta de intentar borrar del calendario la celebración de la Fiesta de Reyes, la Esencia del Ser Puertorriqueño ha prevalecido y prevalece gracias a su Cultura.
Si a través de las expresiones culturales reafirmamos nuestra Identidad, entonces se puede hablar de NACIONALISMO CULTURAL, como se revela en la obra del sempiterno Don Celestino Avilés Meléndez.
Siempre tuvo muy claro que reafirmaba su Identidad honrando a su Patria, heredad de sus progenitores, de sus padres… Porque la etimología de Patria es Pater… Y Puerto Rico es la Patria de todos los puertorriqueños cuyos padres nacieron aquí… Y Puerto Rico es nuestra Nación porque no solo es el vientre de donde ellos nacieron, sino donde nacimos cada una y cada uno de nosotros.
Muy consciente de la riqueza que entraña la diversidad de Patrias y Naciones en el Planeta, Don Celestino no honró la del Norte ni la de otras latitudes, sino la suya, afirmándola a través de sus manos como MAESTRO ARTESANO o Santero Mayor.
Como epígrafe, el libro NACIONALISMO CULTURAL: El Tallador de Santos Celestino Avilés Meléndez del nacionalismo político al nacionalismo cultural (1976-1984), presenta unas palabras del fenecido antropólogo, artesano y educador puertorriqueño, Ramón López.
‘EN PUERTO RICO LAS ARTESANÍAS NO SON NECESARIAS PARA VIVIR, PERO SÍ PARA DECIR LO QUE SOMOS’.
Y la presente obra, aunque no me resisto a una breve digresión que sé que me perdonarán, dice DEMASIADO de lo que somos desde el legado de Celestino Avilés Meléndez.
La digresión aludida precisamente está relacionada a Ramón López. En la introducción de su libro “El Movimiento de los Reyes Magos hacia la Estrella Sola” comparte la anécdota de un encuentro en Chicago en la Navidad de 1995 con el entonces congresista Luis Gutiérrez.
Parafraseando sus palabras, más o menos, Ramón López le preguntó: si poco después de la invasión, EEUU representaba a Puerto Rico con las imágenes de niños negros, desnutridos y en harapos, ¿cómo usted lo representaría hoy?
¡Con los Reyes Magos!, respondió Gutiérrez.
La anécdota la podríamos extrapolar imaginariamente a los días en que don Celestino estuvo físicamente con nosotros [porque espiritualmente lo está].
Si Estados Unidos representa su conquista plantando su bandera en el territorio, ¿cómo don Celestino, su distinguida Familia y el autor José Guillermo Torres Meléndez representarían la resistencia de Borinquen?
De seguro responderían: ¡con la Talla de Santos!
De ahí la actualidad y relevancia de la publicación del libro NACIONALISMO CULTURAL: El Tallador de Santos Celestino Avilés Meléndez del nacionalismo político al nacionalismo cultural (1976-1984).
El próximo 10 de diciembre se conmemorarán 125 años de la firma del Tratado de París, en que España entrega a Estados Unidos a la nación de Puerto Rico como botín de guerra.
Desde entonces, hasta la gentrificación de nuestros días, la historia documenta un feroz, troglodita e implacable proceso de transculturación contra el cual Puerto Rico resiste gracias a profetas de la cultura como Don Celestino Avilés Mélendez.
El Nacionalismo Cultural es antídoto poderoso contra el neocolonialismo, representado en 2023 por los magnates de la cryptomoneda que se apoderan de Puerta de Tierra, Cangrejos y Machuchal, pero cuyos millones son incapaces de silenciar la bomba y la plena que de seguro escuchan en las pesadillas en que degenera la insaciabilidad de su capital.
Es el Nacionalismo Cultural que en la imaginería popular se revela en las tallas de Reyes de Carmen Lourdes Tañón, Cuco Pérez y Carmen D. Orta Rivera. El Nacionalismo Cultural que permea en la literatura de Enrique Laguerre; en la poesía de Juan Antonio Corretjer, Francisco Matos Paoli y Julia de Burgos; en los discursos de don Pedro Albizu Campos, en la plástica de Tufiño; en los carteles de Lorenzo Omar, en la obra de Antonio Cabán Vale ‘El Topo’ y en la herencia de Don Celestino Avilés Meléndez, el Santero Mayor.
Esta es una obra, patriótica y culturalmente, obligada. Patrióticamente obligada porque desde la consagración a las luchas por los valores de la soberanía y la libre determinación de Puerto Rico de aquellas y aquellos que nos precedieron en el camino, conocemos mejor a la Patria.
Culturalmente obligada por la inconmensurable gesta de Don Celestino Avilés Meléndez a la reafirmación de nuestra identidad a través de su Nacionalismo Cultural, más poderoso que un misil, evidente sin pretensiones en signos sencillamente elocuentes como su entrañable Mangó Centinela con la Monoestrellada…
El Nacionalismo Cultural, repetimos, es antídoto poderoso contra el neocolonialismo. Su trabajo como Tallador, la fundación de su Museo, el Centro Cultural en honor de Juan Cartagena Martínez y la Organización del Encuentro Nacional de Santeros, iniciativa que se remonta a 1983, son parte de su combatividad cultural, sin más artillería que el humilde santo tallado con sus manos.
En el libro, obligado por demás, NACIONALISMO CULTURAL: El Tallador de Santos Celestino Avilés Meléndez: del nacionalismo político al nacionalismo cultural (1976-1984), tesis de José Guillermo Torres Meléndez para su Doctorado en Filosofía y Letras con concentración en Historia de Puerto Rico del Centro de Estudios Avanzados de Puerto Rico y el Caribe, se documenta el heroísmo y martirio del Santero Mayor.
Por la reafirmación de su Nacionalismo Cultural, que es paradigma y modelo para pasadas, presentes y futuras generaciones de puertorriqueños tanto en la Banda’ llá como en la Banda’ cá’, don Celestino Avilés Meléndez fue víctima de persecución política y carpeteado por la División de Inteligencia de la Policía de Puerto Rico.
Don Celestino era visto como una amenaza por la derecha del País. Eso fue evidente durante los dos cuatrienios de Carlos Romero Barceló como gobernador de Puerto Rico. Periodo entre 1976 y 1984 que documenta minuciosamente el autor.
Para comprender el martirio que acarreó el nacionalismo cultural de Don Celestino Avilés Meléndez es necesario conocer el contexto sociopolítico en que ocurre. ¿Quién olvidó los asesinatos del Cerro Maravilla? ¿Qué emociones detona en ustedes la mención de los nombres de Arnaldo Darío Rosado y Carlos Soto Arriví? ¿Cómo en este instante se las ingenian para no perder la compostura o la paz mental al recordar a Carlos Romero Barceló llamando héroes a los policías que asesinaron a estos jóvenes?
El periodo de Carlos Romero Barceló en la gobernación interpela la impunidad oficial de la policía asesina de Adolfina Villanueva en Tocones en Loíza; evoca las luchas de Villa Cañona y Villa Sin Miedo en Río Grande, las huelgas en la Universidad de Puerto Rico; la mano siniestra en el bombazo en la sede de la revista Avance, la profanación de la imagen de la Virgen de la Providencia, quemada en 1976, la persecución del independentismo y la demonización del nacionalismo.
Romero Barceló, el mismo que articuló con su boquita de comer que si EEUU no admitía a Puerto Rico como estado entonces lucharía por su independencia, incluso dijo que si la Cultura era un obstáculo para alcanzar la estadidad había que destruir ese obstáculo.
Y de ahí la persecución de que fue objeto don Celestino Avilés Meléndez por su AMOR a Puerto Rico, desde el entorno temporal de su Orocovis natal.
Les invito a que adquiramos un ejemplar del libro NACIONALISMO CULTURAL: El Tallador de Santos Celestino Avilés Meléndez del nacionalismo político al nacionalismo cultural (1976-1984) del Dr. José Guillermo Torres Meléndez.
He de puntualizar por tercera ocasión: El Nacionalismo Cultural es antídoto poderoso contra el neocolonialismo.
Y cierro con la lectura de un fragmento del Himno a Orocovis que en 1992 escribió don Celestino Avilés Meléndez y que aparece en el capítulo 5, El Tallador de Santos.
Himno a Orocovis (1992)
Mi Patria es una bella isla
Y Orocovis su corazón
Y a ese pueblo que me dio la vida
Hoy le canto con todo mi Amor.
Rodeado de verdes montañas,
vigilado por un árbol de mangó
Centinela y fiel testigo de tu historia,
De su gente, de su honra y su valor…





