Por Carlos Montalvo-Mont
Arbolista Paisajista
La Fumagina y las Cochinillas se están apoderando de los arboles de Mangó, los limones, guayabas y las plantas ornamentales como la Cruz de malta, café de la india y el jazmín.
Se trata de insectos que consumen o tiran el follaje, reduciendo la capacidad del árbol para fotosintetizar, ocasionando que pierda su vigor o incluso perezca si la infestación es severa.
Esta semana tuve que remover un árbol de mangó de 35 pies de altura y como de 15 años de edad en el patio de una residencia en el Barrio Sardinera de la ciudad de Fajardo, Puerto Rico. Todos los troncos estaban negros con el hongo de la Fumagina y todas las hojas cubiertas de cochinillas, barrenadores y comejenes. Estos organismos se alimentan de la madera, excavando galerías en el tronco.
Las frutas con muchos gusanos y su tamaño reducido. Tambien el árbol de Mangó tenía Antracnosis, que es una enfermedad común en condiciones húmedas y cálidas. Esta enfermedad se podía observar en las partes jóvenes y suculentas de los tallos y los peciolos. Estaba agresiva debido al debilitamiento por estrés ambiental, nutrición inadecuada y senescencia natural.
Este Ser arbóreo sembrado en un talud con poco o ningún manejo tenia barrenadores en el tronco principal. Algunas de las ramas afectadas estaban partidas por donde entraron otros patógenos y el comején. El costo de un tratamiento para mejorar la condiciones del árbol es mucho dinero, ya que un tratamiento debe realizarse por más de 60 días, asperjando el tronco y sus ramas semanalmente con aceite del árbol de Nim y otros bioinsecticidas, incluyendo fertilizantes. Si la persona dueña del árbol le dedicara su tiempo o su jardinero realizara ese trabajo, reduce el costo.
La Cochinilla está absorbiendo la savia, y poco a poco el árbol de Mangó estaba perdiendo su vigor y se fue debilitando debido a que se chupan los jugos por medio de un pico que clavan en las hojas, ramas y en los frutos. Lo malo de esto es que excretan una melaza y eso atrae al hongo Negrilla o Fumagina que también debilita la planta y ennegrece las hojas impidiendo la fotosíntesis.
Estas Cochinillas secretan una cubierta dura que les ayuda a protegerse de insecticidas y de enemigos naturales. Cuando lo observaba en el árbol de Mangó, no se movían, son inmóviles chupando su alimento.
La pudrición de la madera es más común en árboles viejos y es muy difícil de manejar. Los riesgos de infección se pueden reducir si se siguen algunas medidas manejando sus árboles para mantenerlos vigorosos. Cuando viene el jardinero a la casa a cortar la grama hay que evitar causar heridas con maquinaria o al podar, y las ramas secas o enfermas deben podarse y asegurarlo de hacerlo en la forma correcta realizando los cortes de forma que no se acumule agua en la corteza del árbol..
Los árboles pueden causar daño a personas o a la propiedad, deben inspeccionarse regularmente para detectar cualquier signo de pudrición o debilidad en su estructura.
