(Nota del Editor: Quinto artículo de una serie sobre el impacto de las farmacéuticas al medioambiente y a la salud de los habitantes de Puerto Rico)
Publicado por Hedge Clippers
El cáncer representó el 17.7% de todas las muertes de residentes de Puerto Rico en el año 2010.
Los investigadores han hallado que los residentes puertorriqueños son particularmente vulnerables a un riesgo incrementado de cáncer a raíz de las desigualdades socioeconómicas y los sistemas de cuidado de la salud a los que no se les asignan los recursos suficientes.
Los escollos al acceso a los cuidados médicos se exacerban por la marginación federal del sistema de salud de Puerto Rico, así como la crisis de la deuda actual del gobierno local.
Las comunidades circundantes a los sitios del Superfondo experimentan aumentos bien documentados de la incidencia de cáncer, enfermedades del corazón y muertes, según investigaciones en los Estados Unidos.
Los niños y bebés que viven cerca de sitios del Superfondo tienen una mayor tasa de leucemia, convulsiones, dificultades de aprendizaje y daño al sistema nervioso central.
En Puerto Rico, las comunidades que viven sobre sitios del Superfondo con desechos tóxicos farmacéuticos han sufrido la exposición a carcinógenos.
La EPA identificó a Pfizer como una de las “partes potencialmente responsables” por descargar desperdicios tóxicos en el vertedero de Vega Baja, que todavía forma parte de la Lista de Prioridades Nacionales.
Hubo gente que construyó hogares directamente sobre las pilas de desperdicios tóxicos y los montículos de basura en el lugar del vertedero y que estuvo expuesta a plomo.
Aunque la EPA insistía en que había poco riesgo de cáncer, los residentes expresaron su consternación ante este riesgo. Un residente de Brisas del Rosario expresó: “Aquí no se le ha dado ninguna importancia a la salud. Hay muchas personas con condiciones de la piel, de los riñones e incluso cáncer”.
Durante el periodo de comentarios públicos, un hombre llamado Mario Pérez, de Vegabajeños Impulsando Desarrollo Ambiental Sustentable, expresó su preocupación en cuanto a las concentraciones de tricloroetileno, un carcinógeno, así como de la respuesta dilatada del gobierno. Comentó que la EPA podía debatir los costos y la metodología de la limpieza, pero que mientras los residentes esperaban por que ellos concluyeran su debate e implementaran las medidas de limpieza, los desperdicios tóxicos contribuirían a las tasas de cáncer, mientras que la exposición venenosa al plomo le causaría problemas de aprendizaje a la niñez local.
El vertedero de Barceloneta contiene más de 300 toneladas de desperdicios peligrosos, lo que representa un riesgo de cáncer a los miembros de la comunidad que viven cerca. En el 1996, la EPA identificó a las siguientes compañías farmacéuticas como posibles responsables por descargar colectivamente los desperdicios peligrosos al vertedero de Barceloneta:
• Abbott Laboratories
• E. I. du Pont de Nemours & Company • Merck & Company, Inc.
• Roche Products, Inc.
• Schering Pharmaceuticals Corp.
• Sterling Pharmaceuticals Inc.
• Upjohn Manufacturing Co.87
Un estudio de riesgos del 1990 que llevó a cabo la Agencia para Sustancias Tóxicas y el Registro de Enfermedades de los Estados Unidos en la región reportó que los científicos habían identificado compuestos orgánicos volátiles como el cloroformo, el tolueno, fenoles y cloruro de metileno en muestras tomadas en escorrentías de agua y lodos del lugar. Estas también incluyeron aluminio, cobalto, hierro, manganeso, cinc, mercurio y plomo.
Muchos de estos químicos son carcinogénicos y sumamente tóxicos. Los científicos determinaron que el sitio representaba un riesgo a la salud humana mediante el contacto y el consumo directo, la inhalación de los contaminantes por los residentes e incluso por el consumo de pescado que había acumulado estos contaminantes.
Desafortunadamente, el informe gubernamental completo no está disponible al público, lo que presenta dudas sobre si los residentes pueden acceder a esta información sobre posibles efectos a la salud.
Sigue sumándose evidencia preocupante de que las operaciones estadounidenses de las industrias farmacéuticas y de manufactura de equipos médicos pudieran estar contribuyendo a las altas tasas de cáncer.
En agosto de 2022, la Agencia de Protección Ambiental advirtió que las personas que vivían cerca de estas plantas en Puerto Rico (así como de las 13 de los Estados Unidos) se enfrentaban a una exposición a largo plazo del químico óxido de etileno, que representa un riesgo elevado de cánceres como el del seno y linfomas.
Este limpiador de dispositivos médicos se usa en catéteres, jeringuillas, marcapasos y otros materiales. Según información reciente de las emisiones, la EPA informa que las comunidades puertorriqueñas se están exponiendo al peligroso óxido de etileno en Añasco, Fajardo, Salinas y Villalba. En Fajardo y Salinas una de cada cinco personas se identifica como afropuertorriqueña.
Estas áreas acogen plantas de esterilización de dispositivos médicos. Puerto Rico cuenta con la mayor cantidad de instalaciones de esterilización que emiten este químico que cualquier otra jurisdicción de los Estados Unidos.
Según la directora de la División de Protección Ambiental del Caribe para la EPA, Carmen Guerrero: “Hay algunas comunidades donde, por la exposición a este gas a largo plazo, el riesgo es alto. Como este riesgo es demasiado alto, las comunidades tienen el derecho de estar informadas, y es nuestro deber proveer esta información nueva que la EPA tiene”.
La EPA ha comenzado una campaña de alcance comunitario hacia las poblaciones que se enfrentan al mayor riesgo.
LA INACCIÓN GUBERNAMENTAL PROPULSA EL RACISMO AMBIENTAL
Hay paralelismos impactantes con la forma con la que se trata a las comunidades de bajos ingresos y racializadas —particularmente las comunidades negras y latinas— que son más propensas a vivir cerca de lugares del Superfondo y que experimentan altas incidencias de cáncer.
La respuesta del gobierno a los desperdicios tóxicos es lenta e inadecuada en las comunidades de bajos ingresos y racializadas en comparación con aquellas más pudientes que tienen efectos graves a la salud continuos.
Puerto Rico se ha enfrentado a tendencias preocupantes de inacción gubernamental y de consecuencias nocivas a la salud. El caso más famoso es el de Vieques, una isla cerca de la costa este de la Isla Grande que está saturada con metales tóxicos.
Una de cada cuatro personas en Vieques es afropuertorriqueña. El gobierno federal usó a Vieques como un campo de prácticas militares por seis décadas y después lo abandonaron. A sus residentes también.
La isla sigue siendo uno de los ejemplos más prominentes en cuanto a cómo el gobierno de los EE. UU. intentó cubrir cuán extenso fue el daño a la salud de los residentes con cáncer. Las comunidades puertorriqueñas asumen, además, el peso añadido del “colonialismo ambiental” mientras el gobierno y las corporaciones estadounidenses extraen, contaminan y se enriquecen a costa de los recursos naturales del archipiélago.
Los puertorriqueños, en tanto, tienen pocos recursos o poder formal para enfrentar la degradación ambiental y presionar para que haya acciones gubernamentales que exijan responsabilidades a los contaminantes por envenenar las comunidades.
EL ASMA Y LAS ENFERMEDADES RESPIRATORIAS: ¿UN “MISTERIO”?
Alrededor del 14% de los puertorriqueños reportaron tener asma en algún momento de la vida, cerca del doble de la cantidad de lo reportado por las personas blancas en los Estados Unidos.
A pesar de ello, algunos científicos han dicho que esta “alarmante tasa alta de asma” es un “misterio” y que es “incomprensible”, aunque esta gran incidencia ha persistido por décadas.
La niñez puertorriqueña es particularmente susceptible a desarrollar enfermedades respiratorias que les afectan a lo largo de la vida. Un estudio reciente muestra que la niñez puertorriqueña que sufre de una enfermedad respiratoria durante la infancia tiene más probabilidad de desarrollar asma más adelante.
Los científicos que comparan a los puertorriqueños que viven en Puerto Rico con los residentes de Estados Unidos de ascendencia puertorriqueña recalcaron que la menor incidencia de desarrollar asma entre aquellos que habitan en los Estados Unidos “pudiera sugerir un efecto ambiental asociado con vivir en Puerto Rico que afecte la prevalencia del asma”.
Un estudio reciente ha mostrado que la pobre calidad del aire, como la materia particulada en el aire a raíz de la contaminación, aumenta el riesgo de padecer de asma. Ya que los puertorriqueños que viven en el archipiélago sufren de asma en incidencias mayores que los que viven en el Bronx -y se enfrentan a tasas de mortalidad más altas que otros grupos demográficos que viven en los Estados Unidos- el gobierno federal debería lidiar con los estresores ambientales altos que hay en la isla.
Las compañías farmacéuticas han violado la Ley de Aire Limpio en Puerto Rico al emitir químicos peligrosos al aire:
• En el 2020, la EPA multó a TAPI Puerto Rico (una filial de TEVA Pharmaceuticals) con más de $500,000 por supuestamente violar la Ley de Aire Limpio en su planta de Guayama. La EPA identificó emisiones de diez toneladas anuales de acetonitrilo, un contaminante peligroso de aire, y TAPI no produjo un informe obligatorio de inventario de químicos tóxicos liberados en cuanto a su uso de naftaleno. El naftaleno es un químico que se convierte en un vapor tóxico.
• En el 2016, la EPA multó a Pfizer con $190,000 por no divulgar información sobre químicos peligrosos en su planta de Barceloneta, en violación de la Ley de Aire Limpio. Pfizer usaba amonia líquida y gas de metilamina. La amonia puede irritar las vías respiratorias y es sumamente corrosiva. La metilamina es altamente flamable y afecta la piel, las vías respiratorias y los ojos.
• En el 2014, la EPA multó a Pfizer con más de $300,000 por no tener controles apropiados de contaminación del aire en la misma planta de Barceloneta. Se arriesgaban a filtrar cloruro de metileno, un contaminante del aire y que puede ocasionar mareos, náuseas y daño hepático. La EPA también halló que Pfizer no estaba examinando su equipo de control de contaminación del aire.
