Fiona y su estela de tinieblas y pesadillas en Orocovis

Lcda. Yolanda Rodríguez Torres

Ex Jueza

Hágase la luz…

En el libro de Génesis (1;3-5) Dios dijo: ‘ Hágase la luz y la luz se hizo. Dios vio que la luz era buena y nos apartó de las tinieblas”.

Sin pretender ser una experta en teología, por lo acontecido en Puerto Rico en las últimas semanas por la falta del buen manejo de la empresa LUMA para energizar el sistema eléctrico, este pasaje bíblico cobra vigencia, ya que muchos necesitamos electricidad por lo terrible que es vivir en las tinieblas.

En mi caso particular, mi barrio Bermejales estuvo 23 días en tinieblas y escribo esto porque así nos sentíamos: olvidados en la oscuridad. Amén de los recuerdos de lo sucedido durante el azote del Huracán María y sus nefastas consecuencias. Esto provocó que pensásemos que estaríamos en tinieblas por mucho tiempo.

Nuestro estado de indefensión e incapacidad parecía sacado de la obra de García Márquez, ‘La mala Hora’. Esa hora bajo los estragos de lluvias. Relata el autor que el gobierno nunca ganó la batalla ante la mala hora, destinada a llegar.

Nuestras tinieblas durante esos 23 días eran de incredulidad porque cómo es posible que en una Isla donde se inyectaron tantos millones para reparar el servicio eléctrico, el paso del Huracán Fiona nos expuso al peligro, indefensión y en muchos casos al sufrimiento por las pérdidas humanas y materiales. Unos más que otros. Pero todos sabemos la respuestas sobre lo sucedido. Esto ocurrió por el problema de siempre y los de siempre.

El gobernador Pedro Pierluisi al ser abordado por miembros de la prensa sobre la cancelación del contrato de gobierno con la empresa LUMA, siempre contesta lo mismo: “No podemos volver al pasado’, pero conforme a lo vivido en las últimas semanas, creo que estamos peor que en el pasado.

Una buena amiga y compañera de profesión me dijo que luego de ver los estragos que el Huracán Ian dejó en Cuba, no volvería a quejarse. Le indiqué que nuestro problema no es la consuetudinaria queja, es que sencillamente lo que ocurrió en Puerto Rico luego de Fiona, nunca debió ocurrir porque fue el resultado de una fallida e inoportuna respuesta gubernamental.

Desconozco si los altos gerenciales de la empresa privatizadora sabrán lo que es dormir o acostarse sin sueño, perder la mayoría de las comidas que necesitan refrigeración, tener el temor de que cada vez que enciendes la estufa de gas explote, y quedarse completamente incomunicados por que los accesos y las salidas desaparecieron, entre otras cosas.

En mi pueblo Orocovis consta que el Alcade José “Gardi” Colón dio el máximo y luchó para que todos los barrios estuviéramos energízanos. Se enfrentó hasta con sus pares.

Sé que mi historia no es la única y hay muchas más dramáticas. Siempre son los pobres o menos aventajados los que más sufren. Eso es así en todo el Mundo, por distintas razones pero por una en particular: la realidad de vivir en desventajas financieras.

Lo que sí sé es que Puerto Rico no puede volver a estar en tinieblas por negligencias de otros, como LUMA y la administración Pierluisi. porque como Dios sentenció en el Génesis al crear la luz, éste vio que era buena para toda su creación.

La energía eléctrica es un servicio esencial; es un derecho indiscutible del Pueblo. No podemos permitir que unos inescrupulosos e insensibles nos vuelvan a dejar en tinieblas.

Piénselo.

Imagen/Unsplash

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