El grupo de Ciudadan@s por un Luquillo Resiliente (CLR) se da cita hoy martes, 13 de septiembre, a las 10 A.M. frente a la alcaldía, para exigirle al ejecutivo municipal, Jesús G. Márquez Rodríguez que gestione la paralización de la construcción del hotel sobre el Humedal Monserrate y ofrezca detalles sobre ésta.
Tras reunión con el alcalde el pasado 2 de agosto, CLR ha quedado en espera por documentos públicos que debieron estar disponibles en los archivos del municipio para ese entonces. El Municipio tiene la responsabilidad de darle respuestas a sus constituyentes. Desde entonces, CLR y residentes de Luquillo han estado esperando por:
• Plan de Acción que explique cómo mitigar la inexistencia del humedal y los problemas de infraestructura adyacentes que acarrea esta construcción
• Evidencia de Vistas Públicas
• Propuesta del Proyecto
• Declaración de Impacto Ambiental (DIA)
• Estudios Hidrológicos
• Plan de Ordenamiento Territorial
• Resolución de Política Pública Ambiental
• Cualquier otra información relevante a la construcción y a la proyección operacional del hotel
Hasta el momento no han recibido ninguna respuesta. La preocupación de los residentes incrementa cada día más con la aceleración de la construcción y la falta de atención a estas peticiones por parte del municipio y otras oficinas gubernamentales.
Ante el rampante abuso con los permisos e impunidad que existe actualmente en Puerto Rico, es preocupante la falta de transparencia que ha habido en Luquillo con relación a este proyecto. No hemos visto la propuesta del proyecto ni el plan de mitigación junto a un plan de mitigación aledaño a la construcción.
Con los problemas preexistentes del municipio, no podemos dejar a un lado la construcción de un hotel en un pueblo que enfrenta serios problemas de erosión costera y hace más vulnerable a la comunidad ante fenómenos atmosféricos, como el huracán María.
El generar una cantidad promedio de 150 empleos (donde no se garantiza un alto porcentaje de luquillenses contratados) no puede ser argumento para justificar la mala planificación y violentar un espacio natural que cumple con una función importante para el bienestar de aproximadamente de más de 18,000 mil habitantes, según datos del propio municipio.
Ese espacio, que según el alcalde es un “humedal artificial”, servía de hogar a una variedad de fauna y flora, mitigaba las inundaciones y protegía los arrecifes de las escorrentías. Todos sabemos que los arrecifes sirven de barrera al fuerte oleaje evitando la erosión costera y la deforestación aumenta los índices de calor, sin hablar de su contribución al cambio climático.
