Alexis Morales-Cales
Historiador y Folclorista
Hagamo una diferenciación entre DEBATE y POLÉMICA. Entre DISIDENCIA y DISCORDIA. Debate y disidencia son procesos constructivos con miras a confrontar ideas y llegar a conclusiones. Polémica y discordia son acciones destructivas que no tienen otro propósito que no sea promover agendas personales o políticas.
Me distancio de esas dos acciones destructivas y me dirijo al debate y disidencia productivos. Los que conocen el procedimiento parlamentario así lo pueden confirmar.
He estado dentro del debate relacionado con la herencia taína, y en la disidencia con la historia oficial aceptada. He cuestionado la frase de “cuando a sus playas llegó Colón”, porque Colón no llegó nunca. Vio la Isla desde la nave, y bajaron marinos a buscar agua. Y siguió Colón de largo sin entrar a la Isla.
Siguiendo esa línea, soy de los que sostienen que mucho antes que Colón, miles de años antes, habían venido otros que fueron los verdaderos descubridores de América y Puerto Rico. Eso ha quedado evidenciado, entre otras pruebas, con la colección de piedras escritas conocidas como ”LA BIBLIOTECA DE AGUEYBANÁ.”
En la zona donde fueron halladas las piedras fueron sacadas cientos de piezas taínas de las cuales se desconoce el paradero. Un relacionado con el Instituto de Cultura, Amílkar Tirado llevó un vehículo de carga lleno de ese tipo de piezas, que les fueron entregadas en calidad de préstamo para el ICP por parte de vecinos de la zona.
Fui testigo ocular de eso. Incluso, mi familia prestó una tinaja de barro, evidentemente taína, completa, que se había conservado en la familia por generaciones. Esas piezas estaban relacionadas con la Biblioteca de Agueybaná.
En 1982 científicos especializados de los principales laboratorios de investigación en el mundo certificaron como auténticas las piedras, indicando que se trataba de una escritura antigua con orígenes en el Mediterráneo.
Aún con esa evidencia, el Instituto de Cultura no aprobó una expedición arqueológica en un yacimiento en Guayanilla, donde se perfilaba una relación con ese pasado pre colombino. El Dr. Pedro Escabí, director del Centro de Estudios Etnográficos de la UPR, había hecho la exploración preliminar y vio unas evidencias a flor de tierra. Se iniciaron las gestiones, pero el ICP. sujeto a los cambios de gobierno, descontinuó el plan luego de las elecciones de 1984.
Para entonces llegaba por segunda vez a la División de Arqueología el antropólogo Ovidio Dávila, quien siempre ha negado la validez de las piedras.
En 2001, la entonces Directora Ejecutiva del Instituto de Cultura Puertorriqueña, Dra. Teresa Tió, mostró interés en reanudar la investigación del yacimiento en Guayanilla. Pero la División de Arqueología del ICP desalentó el proyecto.
Las alegaciones presentadas se resumen en una visión hispanófila propia de la agencia. Así me lo confirmó la propia Dra. Tió. Pero de nuevo, el director de la División de Arquelogía, Ovidio Dávila, desaprobó la investigación. Según Dávila, las piedras eran falsas, alegando que eran marcas hechas con un machete por un sacerdote de Guayanilla.
En 2019, el Laboratorio de Arqueología de la Universidad de TelAviv, institución más acreditada en la materia, dio el resultado final y concluyente. Las piedras de la colección tienen una antigüedad de alrededor de 3,000 años, y fueron escritas en Guayanilla. Demostrando así que hace tres milenios, 30 siglos, ya había una civilización con escritura en ese pueblo. Y el hecho de que la anciana que reveló su existencia las identificara como “Biblioteca de Agueybaná” confirma que era una escritura conocida por los taínos. Ya no quedan dudas. El ICP debe revisar sus teorías sobre la historia precolombina en general y la llegada de visitantes de otras partes del mundo mucho antes que Colón. El ICP ha tenido acceso a muchos documentos que arrojarían luz. Han sabido de una mujer de ascendencia taína nacida alrededor de 1790, en lo que sería entonces territorio del Municipio de Yauco y por lo tanto registrada en la parroquia de ese pueblo. Los encargados de la investigación histórica en la agencia saben que alrededor de 1880 esa mujer recibió la extremaunción por parte del párroco José María Nazario y Cancel, en la parroquia del ahora municipio de Guayanilla.
No representa ninguna dificultad para el ICP revisar actas de nacimiento, bautismo y demás sacramentos de la mencionada india y sus descendientes, para establecer una línea genealógica que nos traiga a los actuales descendientes. De hecho, en los antiguos registros parroquiales se inscribían aparte tanto a los negros como a los indios.
Esta investigación no es puro entretenimiento. Es la búsqueda de las raíces ancestrales y de la evidencia de una civilización muy antigua, conocimiento que incluso puede servir para proyectos turísticos. Siendo así, no hay excusa para que el ICP complete la investigación de la Biblioteca de Agueybaná.
Los mismos que habían sostenido la tesis de que las piedras no eran auténticas, tienen la oportunidad de enmendar su error y pasar a ser parte de la historia reconstruyendo la historia. Creo que el antropólogo Ovidio Dávila tiene la capacidad para aportar mucho en esa dirección, dejando atrás los prejuicios que el ICP ha tenido por décadas.
