Los sanadores tesoros de la Madre Tierra

Jaime Torres Torres

El anamú le salvó la vida.  

La educadora etnobotánica María Benedetti trabajaba en el Jardín Botánico de Caguas. Por un accidente, terminó en el hospital donde, por error, le dieron glucosa por la vena.

Dentro de una semana, perdió la memoria. No podía dar clases ni trabajar. Comenzaba a hablar y a media oración se le olvidaba de qué hablaba. Pensó que tenía Alzheimer, y se preparó para morir. Hasta que una naturópata la diagnosticó con un caso agudo de hongo, alimentado por aquel suero de glucosa.

“Yo sabía que el anamú bajaba la azúcar en la sangre y que mata hongos. Ese olor que tiene es azufre y el azufre está presente en el ajo y la cebolla. Así me curé”, dijo Benedetti al hablar del anamú, la yerba que el cabro no masca, durante su más reciente Recorrido Etnobotánico, celebrado en la Finca Pajuil de Hatillo, de JeyMa.

Primero practicó una danza y canto ancestral como un saludo y en reciprocidad a las bondades de la Pachamama.

También acudió a la ofrenda del tabaco como agradecimiento y respeto a las plantas, que lo conciben como un regalo.

María Benedetti es un milagro de la Madre Tierra que, mediante sus publicaciones, talleres y conferencias, contribuye a Puerto Rico con información valiosa sobre los secretos curativos, medicinales y nutritivos de nuestra flora.

La primera estación fue un arbusto de higuereta o ricino. (La comparó con el árbol de yagrumo, cuya hoja tiene dos caras.) La higuereta, conocida en Estados Unidos como palma cristi, tiene poderosas propiedades antiinflamatorias, alivia el dolor de cuello y es útil para liberar los coágulos de leche en los senos de madres lactantes. También se usa sobre el seno en la prevención del cáncer, como cataplasma en un brasier y hasta se puede dormir con la hoja después de amartiguarla con calor, vapor, machaca o con aceite de ricino.

El Taller-recorrido etnobotánico en la Finca Pajuil de árboles y plantas medicinales tuvo como segunda estación la albahaca santa o Tulsi que es antiviral e inmunoestimulante, si se consume en te.

“Tomar un remedio con fe es decir: ‘Esta es mi medicina. Voy a ser constante y consistente porque creo en ella y ella me va a sanar’. Tenemos que recordar que si un médico te da un antibiótico lo debes tomar cada 8 ó 12 horas, por ciertos días, según diga. Esto es lo mismo. Hay que tomarla cuatro veces al día y con el estómago vacío si es para fines curativos”, explicó María.

El taller incluyó orientación y práctica sobre las hojas de neem (el árbol farmácia), almendro (para problemas de la piel), papaya (que le curaron la chikungunya en sólo 4 días), la verbena para fiebres y para estimular el crecimiento del pelo, el zumo de la fruta del pajuil para aliviar la mala barriga, y las flores del roble para dolor de menstruación.

El lema de María Benedetti es la comida debe ser nuestra medicina y no la medicina nuestra comida, como lamentablemente le ocurre a tantas personas que mañana, tarde y noche toman cocteles de cápsulas y pastillas para tratar enfermedades que podrían curar con una nutrición sana.

Los próximos talleres de María Benedetti, cuyos títulos serán Recorrido Montuno (de árboles y yerbas silvestres), se llevarán a cabo en Rincón el 14 de agosto y el domingo 28 de agosto en la Finca Yararí en Jayuya.

Oportunidades para hacer una pausa y descubrir las bondades de la Pachamama y sus maravillosos regalos para vivir en óptima salud.

Información en el (939) 255-2235 y (787) 230-4699.

Los próximos talleres de María Benedetti, cuyos títulos serán Recorrido Montuno (de árboles y yerbas silvestres), se llevarán a cabo en Rincón el 14 de agosto y el domingo 28 de agosto en la Finca Yararí en Jayuya.

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