Trascendental texto sobre la Invasión Norteamericana del 25 de julio de 1898 a Puerto Rico

(Nota del Editor: primero de una serie de artículos conmemorativos del 124 aniversario de la invasión de EEUU a Puerto Rico basados en el libro “Diario de Guerra de Ángel Rivero Méndez” del profesor José A. Mari Mut)

José A. Mari Mut

El diario es un compendio de anotaciones variadas hechas por Ángel Rivero Méndez desde el 1 de marzo de 1898, cuando asumió la dirección del castillo de San Cristóbal, hasta el 23 de octubre, cinco días después de la instalación del gobierno militar estadounidense en San Juan. Durante esos siete meses y tres semanas, Rivero apuntó detalles interesantísimos sobre los preparativos para la defensa de San Juan y las acciones militares sucedidas tanto en la isla como en la capital. Sin embargo, tanto o más interesantes que las notas bélicas han sido para mí sus anotaciones sobre la vida cotidiana durante el conflicto, detalles que pocos historiadores anotan y que con el tiempo se olvidan.

A través de sus apuntes vemos cómo, contrario a la creencia generalizada que los puertorriqueños esperaban con brazos abiertos a los americanos, al comienzo de la guerra el apoyo a España fue casi unánime. Pero una serie de grandes decepciones, incluyendo la destrucción de la flota española en Filipinas, la derrota del destructor Terror por el crucero estadounidense que bloqueaba el puerto de San Juan, la pérdida de la flota de Cervera en Santiago y la invasión por Guánica, lograron que aquel optimismo inicial se convirtiera en pesimismo y poco después en resignación y aceptación de una nueva realidad.

Angel Rivero Méndez nació en 1856 en el municipio de Trujillo Bajo, hoy un barrio de Carolina. Completó sus primeros estudios militares en la Academia de Infantería de Puerto Rico. Entre 1885 y 1889 estudió en las academias militares de Toledo y Segovia, especializándose en artillería y obteniendo el grado de ingeniero industrial. Su inclinación por la escritura se nota en la publicación, mientras estudiaba, de un libro sobre la ciudad de Toledo. Regresa a Puerto Rico en 1891 y en 1896 recibe el rango de capitán. Más tarde ese mismo año se retira del servicio activo y queda en reserva.

Por culpa de un artículo que publicó en el periódico La Integridad Nacional, es arrestado y encarcelado en El Morro. Durante su estadía allí solicita la baja total del ejército, pero el gobernador Macías le pide que se una a la defensa de la capital y le nombra gobernador del castillo de San Cristóbal. Poco después de regresar al servicio activo decide escribir un libro sobre la guerra y comienza a tomar notas para el mismo. Rivero abandonó el ejército poco después de la guerra y se convirtió en un exitoso comerciante.

Angel Rivero murió en el 1930. Sus restos descansan con los de Manuela, su esposa, cerca de las murallas de San Juan.

Diario de Guerra de Ángel Rivero Méndez

Notas de mi cartera.—Desde el mismo día en que subí la rampa del castillo de San Cristóbal, para tomar el mando de sus baterías, comencé este Diario. Como verán mis lectores, son notas del momento, sin ilación, a veces inconexas y pueriles. Al revisar este documento no he querido poner ni quitar en él una sola palabra; mi deseo es que conserve su verdadero sabor de aquella actualidad.


Contiene muchas noticias que entonces parecían ciertas y que luego resultaron falsas. El buen juicio del lector sabrá apreciarlas en su justo valor.


MARZO 1, 1898.– Ceso en mi situación de supernumerario y ocupo una plaza de capitán en el 12.o batallón de artillería de plaza, con el mando de la 3.a compañía, siendo al mismo tiempo gobernador del castillo de San Cristóbal, jefe de sus baterías y de las exteriores de San Carlos y Santa Teresa. El teniente Andrés Valdivia me hace entrega de la compañía y baterías. Recibo órdenes de cargar diez proyectiles por cada pieza.


MARZO, 2.– Ayer, a última hora, pasó frente a esta capital el acorazado español Oquendo; después de comunicar con el semáforo, siguió viaje al Oeste.


MARZO, 3.- El general Macías, acompañado de sus ayudantes, giró una visita a mi castillo. Todo lo encontró bien.


MARZO, 5.– Llega a mis manos un número de La Correspondencia Militar de Madrid, que dice lo siguiente: «Hasta los gatos quieren zapatos.- Puerto Rico, que ya tiene su Gobierno insular, con sus ministros autónomos y sus diputados, etc., etc., quiere, ahora, debutar como isla insurrecta, y ya se prepara, en Florida, una expedición filibustera para desembarcar en aquella isla. Pero no hay que asustarse; aun en el caso de que dicha expedición llegara a desembarcar en las costas de la pequeña Antilla, ya se encargaría de evitarlo el digno general Macías. El asunto no tiene importancia. Cuatro soldados y un cabo bastan para sofocar allí cualquier intentona.»


MARZO, 6.- Recibí nuevas órdenes para cargar 10 proyectiles más por cada pieza.


MARZO, 10.– Hoy por la mañana salieron hacia Santurce y Río Piedras en paseo militar algunas fuerzas de infantería de la guarnición, además una batería de montaña. Como tales paseos son poco frecuentes, el hecho ha causado bastante alarma.
Pasé revista de material y encontré que todas las espoletas de tiempo están deterioradas. Se pone un cable a Madrid pidiendo otras de repuesto. Contestan: «Remitan fondos.»


MARZO, 14.– William Freeman Halstead, corresponsal del New York Herald, fue hoy reducido a prisión por la guardia de la batería de San Antonio y conducido al Morro. Este sujeto, con una cámara, sacaba fotografías de las defensas de la plaza. «A este fotógrafo le huele la cabeza a pólvora», ha dicho el general Ortega.

MARZO, 15.– Doy principio al emplazamiento de tres cañones Ordóñez, de 15 centímetros, en la batería de San Carlos. Esta batería domina la bahía y todo el frente de tierra. No tengo aparatos de fuerza ni nada para montar estos cañones, y subirlos, pesando cada uno varias toneladas, desde el fondo del foso hasta la batería, cien pies de altura. Me estoy arreglando con unos palos de buque que he conseguido en la Marina y algunos trozos de madera. Valdivia está al frente de la operación: Mis artilleros trabajan muchas horas.

MARZO, 21. – Nada nuevo ha ocurrido hasta hoy. Practicamos ejercicios diarios. Los ayudantes del general Macías y algunos de sus favoritos juegan todas las noches al tresillo hasta las dos de la madrugada.

MARZO, 27.– Se celebra la primera elección general, después de implantado en Puerto Rico el régimen autonómico.

MARZO, 30.- Diariamente se sigue practicando ejercicios simulados; ni un solo artillero de los que guarnecen las baterías ha oído en su vida el disparo de un cañón; como tenemos pocas municiones, las reservamos para el enemigo, si es que se declara la guerra.

ABRIL, 2.– El capitán de Ingenieros, Montesoro, con una sección de telegrafistas militares, está montando en Fajardo una estación heliográfica.

ABRIL, 5.- Nada nuevo hasta hoy. Esta mañana, a las diez y treinta minutos, fondearon en el puerto los buques españoles de guerra Vizcaya y Almirante Oquendo, vienen de la Habana y fue a recibirlos, a la entrada, el cañonero Ponce de León. Manda el Vizcaya el capitán Antonio Eulate, y es segundo comandante el capitán de fragata Manuel Roldán.
Cada buque está tripulado por 497 hombres y su desplazamiento es de 7.000 toneladas. Son exactamente iguales; están armados cada uno con dos cañones Hontoria, de 28 centímetros, 10 de 14, 20 de tiro rápido y 8 tubos lanzatorpedos. El capitán de navío, Juan Lazaga y Garay, manda el Almirante Oquendo.

ABRIL, 6.- Con motivo de la llegada de los acorazados españoles, muchas casas han adornado sus fachadas con banderas y colgaduras nacionales; anoche se quemaron fuegos de artificio en la bahía.

ABRIL, 7.- Los giros sobre Nueva York están a 91 por 100. Hoy, Jueves Santo, se ha utilizado por primera vez las dos fuentes públicas provisionales del acueducto de esta capital. Una está colocada en la plazuela de Colón, esquina a San Francisco y Norzagaray, y la otra en Puerta de Tierra, cerca de la plaza de la Lealtad. Dieron principio las obras del acueducto, siendo alcalde Matías Ledesma, y se continuaron, ejerciendo el mismo cargo Antonio Ahumada; y estas fuentes han sido colocadas desempeñando la alcaldía el doctor Francisco del Valle Atiles.

A petición del gobernador general, los periódicos y partidos políticos acuerdan una tregua en la candente lucha que están sosteniendo; Aquilino Fernández, Mascaré y otros periodistas, que estaban presos, han sido puestos en libertad.
Se establece la censura previa para la Prensa.
Anoche tuvo lugar en el teatro un banquete con que la oficialidad de tierra obsequió a la de los acorazados en puerto; hubo discursos y todos presagiaron una victoria sobre la escuadra americana. Solamente un alférez de navío dio la nota contraria; he anotado sus últimas palabras: «No hablen ustedes más de coronas de laurel, porque, seguramente, cuando llegue el momento del combate, nos coronaremos de agua de mar, dados el poder del enemigo y nuestra escasa potencia.» Tal discurso fue fríamente recibido y el orador amonestado; y no lo pasó muy mal porque era un nieto del almirante Méndez Nuñez, según me dijeron.

Se publica un interesante documento que suscriben todos los compromisarios que han de elegir senadores y consejeros del Parlamento insular; protestan de la campaña política que contra el partido triunfante -el partido liberal- se viene realizando, y terminan haciendo un llamamiento al país «contra todo enemigo exterior, porque estamos dispuestos a todo sacrificio por el honor de nuestra raza y por la gloria de nuestra bandera». Lo firman 155 portorriqueños, todos hombres prominentes; entre ellos Manuel Camuñas, Masferrer, Toro Ríos, Antonio R. Barceló, Elíseo Font y Guillot, José G. Torres, Octavio García Salgado, Manuel Mendía, Diego Becerra, José Muñoz Rivera y Juan Vicentí.

ABRIL, 9.– Salen, con rumbo a Cabo Verde, los acorazados Vizcaya y Almirante Oquendo. Se ha prohibido a la Prensa que publique esta noticia.
Ha causado gran alarma el que ayer, en el vapor Virginia, que zarpó con rumbo a Saint Thomas, embarcase Hanna, cónsul general de los Estados Unidos, y además Waymouth, prominente ciudadano americano. Es motivo de muchos comentarios el hecho de que en el consulado americano está izada la bandera inglesa en vez de la americana.

ABRIL, 10.- En el vapor Virginia embarcaron también, según he sabido, Manuel del Valle Atiles, corresponsal del New York Herald, y Paul Van Sikler, encargado de la refinería de petróleo, establecida en Cataño.


ABRIL, 13.- Ayer, a las cinco de la tarde, salió hacia Ponce, una sección de artillería de montaña, con dos piezas sistema Plasencia.
Los periódicos de hoy publican la noticia, tomada de la Prensa española, de que el Gobierno italiano ha vendido a España los acorazados de 6.840 toneladas Venus y Garibaldi. Veremos si se confirma la compra.


ABRIL, 14.– El doctor Francisco del Valle Atiles, alcalde de la ciudad, ha publicado un bando en que fija los siguientes precios a las subsistencias: Arroz valenciano, siete centavos libra; habichuelas blancas, ocho centavos libra; ídem coloradas, 10 centavos libra; jamón, 30 centavos libra; manteca corriente, 20 centavos libra; tocineta, 20 centavos libra; bacalao, 10 centavos libra; papas, cinco centavos libra; carne de res vacuna, 28 centavos kilo; carne de cerdo, 40 centavos kilo, y pan, ocho centavos libra.

ABRIL, 15.– Luis Muñoz Rivera, secretario de Gracia y Justicia y también de Gobernación, ha publicado una circular reglamentando a la Prensa; se castigará con arresto y multa a los que publiquen falsos rumores tendentes a subir el precio de las subsistencias.
Se asegura, en secreto, que las relaciones entre España y los Estados Unidos son en extremo tirantes.
Ha llegado un cable de Madrid ordenando que se preparen cien mil raciones de boca para nuestra escuadra, que debe llegar de un momento a otro.

ABRIL, 17.- La Gaceta Oficial inicia hoy una suscripción, de carácter nacional, para cubrir los gastos de guerra; el documento está autorizado por el general Macías y encabezado por el Municipio de la ciudad con una cuota de 25.000 pesos.

ABRIL, 18.– Presidida por Manuel Fernández Juncos, tiene lugar, en el Ateneo, una reunión para reorganizar la Asociación de la Cruz Roja. Se nombran inspectores y oficiales, organizándose ambulancias y hospitales de sangre.

ABRIL, 19.– Anoche se reunió la juventud de San Juan, capitaneada por Francisco Marxuach, Alvaro y Manuel Palacios y Tomás Acosta, llegando a un centenar; visitaron al gobernador general, manifestándole que estaban ansiosos de pelear por la causa de España. El general Macías los felicitó efusivamente, y a su salida aquel centenar de jóvenes fue vitoreado por el pueblo.

ABRIL, 20.- Hoy hemos terminado de montar dos de los tres cañones de la batería de San Carlos. Mis artilleros han trabajado duramente, y más que todos el teniente Valdivia.

ABRIL, 21.– La Gaceta de hoy publica un decreto suspendiendo las garantías constitucionales.
Anoche tuvo lugar en el teatro, bajo la presidencia del doctor Francia, secretario de Gobierno, la reunión provisional para formar un nuevo batallón de Voluntarios. Una Comisión fue nombrada, bajo la presidencia de Vicente Balbás, para llevar a cabo tal idea.
Se ha organizado la escolta del general Macías; la componen 40 jóvenes de las mejores familias de San Juan; por unanimidad ha sido proclamado capitán el joven Ramón Falcón y Elías, y como instructor el comandante de ingenieros Julio Cervera, ayudante del capitán general.

El catedrático del Instituto, Rafael Janer y Soler, está organizando en Puerta de Tierra una compañía de Voluntarios. Janer ha sido siempre un ferviente defensor de la causa de España, y sus artículos, en la Prensa diaria, son leídos con mucho interés.

Ha circulado de mano en mano un telegrama de Saint Thomas, recibido por una casa de comercio que oculta su nombre; el telegrama dice así: «Guerra probable.»

Esta tarde ha circulado una Gaceta extraordinaria conteniendo el siguiente telegrama del ministro de Ultramar: «Nuestro embajador en Washington ha pedido sus pasaportes; mañana saldrá de esta corte el de los Estados Unidos; hoy tuvo lugar la apertura del Parlamento, aclamándose, con frenesí, a Sus Majestades. Partidos se han unido al Gobierno para repeler toda agresión extranjera. Muy levantado el espíritu público. Madrid, 19 de abril de 1898.»

La Prensa publica un extracto del Convenio de París, de 1856, según el cual España y los Estados Unidos fueron las dos únicas naciones que se reservaron el derecho de, en caso de guerra, hacer uso de buques mercantes armándolos en corso.

Hasta el poblado de Cataño organiza su guerrilla de voluntarios; la manda José G. Pastor.
Se hace grandes elogios de las señoritas Amparo Fernández Náter, Goyco, Larrínaga, Larroca, Cottes y Soler, por su valioso concurso en favor de la Cruz Roja.

ABRIL, 22.- Hoy se ha proclamado en esta ciudad, con el aparato de rigor, la ley Marcial o Estado de Guerra.
Los secretarios del Gabinete autonómico han publicado un manifiesto dirigido al país.

ABRIL, 23.– Ha circulado una Gaceta extraordinaria conteniendo una proclama dirigida a los habitantes de Puerto Rico, firmada por el general Macías. Es un documento muy bien escrito que ha llamado mucho la atención.
Todo esto representa que estamos en guerra. El entusiasmo general, en San Juan y en toda la Isla, no puede ser descrito; una fiebre de guerra lo invade todo. Frente al cuartel de artillería se ha colocado hoy cuatro cañones, modelo Krupp, de bronce.

ABRIL, 24.– Un cablegrama recibido hoy en San Juan, desde la Habana, anuncia, confidencialmente, que todas las fuerzas insurrectas en aquella provincia, y a su frente Máximo Gómez, han depuesto su actitud rebelde, entrando en dicha ciudad al grito de ¡viva España! Esta noticia es comentada con gran calor y gran regocijo. (1) Esa fue una de tantas noticias falsas circuladas para levantar el espíritu público.- N. del A.

En Comerío hay gran entusiasmo patriótico; anoche se reunió la juventud de dicho pueblo en los salones del Municipio, dándose principio a la recluta para formar una guerrilla, y fueron pronunciados varios discursos, siendo muy celebrados los del doctor Gómez Brioso y el licenciado Jiménez, quienes pusieron de relieve la justicia de nuestra causa y la sinrazón del Gobierno americano. El Municipio contribuyó con mil pesos para la organización de dicha fuerza, cuyos uniformes serán cosidos por las señoritas de la población.

Una Comisión recorre San Juan pidiendo donativos, con objeto de obsequiar a la escuadra nacional, que se espera en puerto de un momento a otro, con 50 novillos, 50 cuarterolas de vino, 25.000 cajetillas de cigarrillos, 20.000 tabacos y 50 cajas de vino Jerez.

Un periódico de los más radicales, de esta ciudad, escribió hoy este suelto: «¡Viva España! En todos los pueblos de la Isla se alistan entusiastas voluntarios de todas las clases sociales para prestar su concurso al Gobierno y defender el honor nacional. Puerto Rico responde a su acrisolada historia de lealtad y sabrá demostrar ostensiblemente que no hay españoles de otras provincias que les supediten en amor a la patria. Antes que extranjeros, en nuestra propia tierra, mil veces la muerte. ¡Viva España! ¡Viva Puerto Rico!»

Se dispone la organización de guerrillas, dando preferencia a los licenciados del Ejército y paisanos de buena conducta, comprendidos entre veinte y cuarenta años. El sueldo es de diez y ocho pesos a los guerrilleros; veinte a los cornetas; veintidós a los cabos, y treinta a los sargentos. Es nombrado como organizador general el coronel Obregón, y realiza todos los trabajos el capitán Salvador Acha.

Empieza el éxodo; solamente en el día de hoy han salido de San Juan, para el campo, más de trescientas familias; conseguir un carro o un coche cuesta mucho tiempo y dinero.
Esta tarde, a las tres, subió al Palacio de Santa Catalina una nutrida comisión de obreros, ofreciendo formar un Cuerpo de macheteros.
Las esposas de los generales Macías y Ortega se han afiliado a la Cruz Roja.

Jóvenes de muy pocos años acuden a sentar plaza en el batallón «Tiradores de Puerto Rico»; un hijo de Francisco Gatell, de trece años de edad, se inscribió esta mañana.
Los víveres no escasean; los huevos se venden a seis por doce centavos, y las gallinas a sesenta centavos una.

Hoy salieron en un tren especial para la finca de San Patricio, cedida generosamente por los hermanos Cerecedo, todos los niños y niñas del Asilo de Beneficencia.

Esta mañana se entregó el armamento al batallón «Tiradores de Puerto Rico». Se advierte gran entusiasmo en toda la Isla; Mayagüez, Arecibo, Maricao y Carolina van en cabeza.

ABRIL, 25.– La Plana Mayor del batallón «Tiradores de Puerto Rico», es como sigue: Subinspector, coronel Obregón; primer jefe, Leopoldo Fajardo; comandantes, Francisco Bastón y Vicente Balbás; abanderado, Andrés Ovejero; médico, Francisco R. de Goenaga; practicante, José Salgado; capellán, Manuel López; músico, Francisco Verar; Capitanes, Tulio Larrínaga, Juan Bautista Rodríguez, Reinaldo Paniagua y Manuel Román; primeros tenientes y segundos, Jorge G. Gómez, Antonio Geigel, Rafael Palacios Salazar, Jaime Sifre, Arturo Guerra, Damián Monserrat, Alberto González, José G. del Valle, Casimiro de las Heras, Juan Pulgar, Miguel Cañellas Vergara, Avelino Elizalde, Ramón María Meléndez, Antonio Alvarez Nava, Juan B. Mirabal, Miguel Aguayo y José Bazán; sargentos, Lupercio Oller, Lorenzo Barreiro, Arturo Contreras, Juan Iglesias, José Cazuela Geigel, José Porrata, Juan Roselló, José Fernández Callejo, Luís Coy, Antonio Bazán, José Muñoz, José Sanjurjo, Enrique Decoro, Jaime Mirabal y Rafael Castro.

Esta tarde se le escapó un tiro de revólver, en el cuartelillo, al teniente del batallón «Tiradores» José Bazán, hiriéndose en la mano derecha; también resultó herido por el proyectil Tulio Larrínaga, capitán del mismo Cuerpo. Esta fue la primera sangre derramada durante la guerra.
ABRIL, 26.- Hoy fondeó el buque de guerra francés Almiral Rigault de Genually, al mando del capitán M. Neny.

En todos los pueblos de la Isla continúa la organización de guerrillas, y se siguen practicando ejercicios.

Los giros sobre España están al veintiséis por ciento; no los hay sobre el extranjero.
El ministro de Ultramar ha telegrafiado al Secretario de Hacienda de esta Isla, Manuel Fernández Juncos, autorizándole a girar por un millón de pesos, con destino a los gastos de la guerra.

ABRIL, 27.- Manuel Egozcue, vicepresidente de la Diputación provincial, ha establecido, desde hace algunos días, un servicio de cables diarios desde la Habana. Un periodista catalán de aquella ciudad, de apellido Torra, envía 100 palabras cada día. Accedo a los deseos de Egozcue para interpretar estos cables, los cuales se entregan gratis a toda la Prensa.
Queda prohibida la circulación por cable de despachos cifrados.
Se publica un decreto prohibiendo la exportación de ganado vacuno.
La señora Dolores A. de Acuña es confirmada como presidenta de la sección de señoras de la Cruz Roja local.
Bajo el mando del teniente de Voluntarios, Francisco Alamo, se forma una sección de ciclistas, correos de órdenes, afectos al Gobierno de la plaza.

ABRIL, 28.– Ayer visitó al general Macías, en su despacho, un grupo numeroso de mujeres del pueblo, quienes le ofrecieron sus servicios. A su salida de Palacio todas llevaban al brazo la insignia de la Cruz Roja.
El cuartelillo de la escolta del Capitán general se ha instalado en los bajos del Ateneo, donde se mantiene una guardia. La cuadra para los caballos de esta escolta, ha sido construida en la Marina, en un solar cedido gratuitamente por Ramón H. Patrón. Algunos de los caballos son propiedad de los jinetes y otros han sido prestados por personas acomodadas de la Isla.
El uniforme de este Cuerpo es de tela azul, de la llamada mezclilla, con franjas blancas en el pantalón y bocamangas también blancas, modelo de caballería; usan las mismas divisas que el Ejército, gorras blancas o sombreros reglamentarios; los oficiales portan sables y revólveres y los jinetes machetes de media cinta, Collings.

Se publican noticias muy agradables sobre la escuadra yankee, remitidas oficialmente de la Habana por el general Blanco. «Los hombres están acobardados; el Texas no puede navegar; el New York no es más que un pontón y los demás buques corren parejas con los anteriores. Los han pintado de gris, según se asegura, para que no se les vean las deficiencias.»

ABRIL, 29.- El capitán de ingenieros Barrera, Jefe de la sección de heliógrafos, ha establecido una estación cerca de Aibonito que comunica con San Juan.

ABRIL, 30.– El Banco Español se suscribe con 20.000 pesos para el fondo de la guerra; Sucesores de L. Villamil, con 10.000; Silva, Ochoa y Santisteban, con 5.000 cada uno.
Entra, procedente de Palma de Mallorca, el bergantín Vírgenes con carga de provisiones.
Los zapadores auxiliares se organizan en dos compañías; son éstos los bomberos de la ciudad.
Entra el vapor alemán Abydos con carga general, procedente de Mayagüez.

MAYO, 2.- Tocan a su término los trabajos para obstruir la entrada del puerto. Ha sido habilitado el remolcador Borínquen, al mando del oficial de Marina D. José Manterola, y este buque siempre tendrá colgados un regular número de torpedos de contacto, que fondeará en la Boca del Morro en el momento oportuno.
Otras minas han sido ancladas en el canal de entrada, dejando entre ellas un estrecho paso, bien conocido. Estas minas son boyas llenas de pólvora, a cuyo explosivo se ha añadido una pequeña caja de cinc con algodón pólvora y sus cebos eléctricos; alambres aislados van a parar a los arrecifes, debajo de la batería de San Fernando, donde se ha levantado una caseta. Aquí habrá guardia permanente de un oficial de Marina, a cargo del explosor Breguet, para volar estas defensas caso de que el enemigo intente forzar el puerto.
En dicha batería de San Fernando se ha montado dos cañones de tiro rápido y un proyector eléctrico para iluminar de noche el canal de entrada, sacados del crucero Isabel II. En todos estos trabajos, que fueron hechos bajo la dirección del comandante del crucero Concha cooperó el electricista de la Sociedad Anónima Luz Eléctrica, Manuel A. Ruiz, quien para dar luz al reflector, y como la corriente local sólo alcanzase 110 voltios, acopló en serie varios pequeños dínamos, levantando el voltaje todo lo necesario.

La Gaceta publica este cable recibido de Cuba: «Escuadra española batió en Cavite a la escuadra yanqui, compuesta de buques blindados y protegidos, haciendo su retirada con grandes averías. Nuestros buques eran uno de hierro y dos protegidos.»
La noticia produce entusiasmo delirante; banderas, colgaduras y músicas por las calles. Hoy es, además, día de gran fiesta nacional.
Entró el vapor inglés Specialist.

MAYO, 3.- Hoy estrenó su uniforme la sección de macheteros de Puerto Rico. La instruye el capitán Cámara.
La prensa de hoy publica el siguiente anuncio: «Las personas que deseen obtener una fotografía del bizarro general Montojo, héroe de Cavile y vencedor de los yanquis en aguas Filipinas, puede conseguirla en el taller fotográfico de Feliciano Alonso, calle de San Francisco, número 42.»
En Vieques se ha organizado la Cruz Roja, al igual que en todos los demás pueblos de la Isla. Es presidente el doctor Jaspard; Carlos Le Brum e Ildefonso Leguillou, vicepresidentes; tesorero, Adolfo Riekehoff, y secretario, Antonio Sarriera Egozcue, profesor normal; siendo vocales S. Paz y F. Alvarez.

Ayer, durante la jura de bandera del batallón de Voluntarios, núm. 2, en Bayamón, hubo grandes fiestas y misa de campaña. La señorita Rosa Martínez Jiménez se presentó vestida de cantinera al frente de la fuerza.

Se asegura que los yanquis tienen un miedo horrible al arma blanca. Guillermo Atiles García acaba de publicar un artículo lleno de datos y de incidentes por él presenciados, probando cómo corren los norteamericanos delante de los machetes. Por lo que pueda ocurrir, mandaré afilar mi sable.

Hoy le tocó a los barberos contribuir para los gastos de guerra; todos dan, poco o mucho. Juan Apellániz encabeza la suscripción con 10 pesos, y la termina con 40 centavos Francisco Furnis.
Corre de boca en boca la noticia de que una escuadra española ha bombardeado ayer la ciudad de Nueva York, causando en ella terribles destrozos.

Acabo de recibir una carta de Utuado, en que me dicen que aquella población se desbordó al llegar la noticia de nuestro triunfo naval en Manila; hombres, mujeres y niños se lanzaron a las calles dando vivas a España y a nuestros marinos; el abogado Santoni y Osvaldo Alfonso, arengaron a las masas, en verso el primero y en prosa el segundo.

Hoy se ha celebrado en la cárcel el Consejo de guerra para ver y fallar la causa instruida por espionaje contra William Freeman Halstead, repórter del New York Herald. Formo parte y soy el capitán más antiguo de los seis del Consejo; el procesado dijo que no deseaba hacer declaración alguna. Aun cuando la opinión militar pedía la pena de muerte, nosotros lo hemos condenado a nueve años de presidio y accesorias.
Sigue el entusiasmo en la Isla; Guayanilla y Naguabo baten el record; Juan Garzot ha regalado los uniformes para los macheteros de este último pueblo.

MAYO, 4.- Fondea el correo español Alfonso XIII armado con modernos cañones. Ha traído para el Ejército 900 cajas de bacalao, 199 barriles de tocino, 3.615 sacos de harina, 200 de garbanzos, 16 cajas de cartuchos Máuser y 14 de medicamentos. Conduce alguna tropa de refuerzo. Este buque queda agregado a los de guerra fondeados en el puerto.
Entra el bergantín Buenaventura, argentino, con 233.300 kilos de tasajo.
El secretario de Hacienda, Fernández Juncos, ha subastado 200.000 pesos en giros, con cargo al millón donado por España.

MAYO, 5.– Se impone un recargo de dos centavos a cada carta y de cinco a cada telegrama; también se ordena un descuento de 5 por 100 sobre todos los sueldos insulares y municipales.

MAYO, 6.- Las últimas fuerzas de mi batallón abandonan el viejo cuartel de la plazuela de San Francisco; cada sección se acuartelará en lo sucesivo en la batería que guarnezca.
Desde temprano está frente a la plaza un gran vapor con tres chimeneas, sin bandera alguna.

MAYO, 7.– El doctor Manuel Fernández Náter ha sido nombrado médico del batallón Provisional núm. 4, alojado en el cuartel de Ballajá; ha renunciado su sueldo.
La Gaceta ordena que el tipo de prima del oro americano sea de 100 por 100.

MAYO, 8.- Acabamos de recibir dolorosas noticias acerca del combate de Cavite; fue todo lo contrario de lo que publicó la Gaceta. La escuadra de Montojo ha sido destruida totalmente por la que mandaba el comodoro Dewey. La noticia causa un efecto aplastante.

MAYO, 9.– Aparece, viniendo del Oeste, el vapor Tres Chimeneas ( 2 ) Nombre que dio el pueblo al crucero auxiliar Yale.- N. del A.; dicen que es un crucero auxiliar llamado Yale.
Ha salido hacia el Oeste el crucero auxiliar Alfonso XIII; al divisarlo el Tres Chimeneas huyó. El Alfonso XIII siguió su rumbo.
Entra un vapor inglés abarrotado de carbón y víveres.
Ha visitado mi castillo y baterías exteriores el general Ortega. No fue muy exigente; me preguntó si no estarían más elegantes los cañones pintados de color rojo; le contesté que el color actual de las piezas era el reglamentario.
Esta mañana fondeó el buque de guerra alemán Geier, teniente Jacobsen, de 1.640 toneladas; hace salvas y le contesto como encargado que soy de esta operación. El teniente Jacobsen visitó la plaza y mi castillo, almorzó conmigo y tomó muchas notas, ofreciendo enviarme lo que publique acerca de la guerra y de Puerto Rico.
El doctor Pedro del Valle, inspector general, ha pasado hoy una revista a todas las ambulancias, hospitales de sangre y material de transporte y curación a cargo y costeado por la Cruz Roja. Según me dice, está satisfecho y hace elogios del hospital de sangre del Instituto y de otro establecido en el Arsenal a cargo del doctor Puig. Del Valle no descansa un momento, yendo y viniendo de Santurce a San Juan; pero el general Ortega me dijo hoy que este doctorcito olía a yankee y que él no lo perdería de vista.

El general Ortega inspecciona todas las ambulancias y hospitales de la Cruz Roja acompañado del Jefe de sanidad militar Batlle.
Los colonos de la isla de la Culebra se reunieron el 24 del mes pasado, y a iniciativa del vecino Leopoldo Padrón, acordaron formar entre todos una guerrilla para «oponerse a los intentos de cualquier corsario o cualquier enemigo del exterior, dando así a nuestra querida España una prueba de nuestra lealtad y de lo que son capaces un puñado de portorriqueños orgullosos de su raza». Firman el acta, levantada con fecha 26 de aquel mes, L. Padrón, P. Mulero, J. Pérez Moran, Félix Ayala, Ricardo Romero, José A. Lebrón, Justino Quiñones y Guillermo R. Scamaroni. Hasta los de Culebra se arman….. ¡lagarto!

MAYO, 10.- Hoy muy temprano reapareció frente a mi castillo el buque fantasma o Tres Chimeneas; está a tiro y pedí permiso para hacerle fuego, permiso que no llegó hasta las doce, hora en que el buque estaba fuera del alcance de mis cañones. Para que muestre los colores de su bandera, a las doce y diez minutos le disparo un cañonazo. El primero de la guerra.

MAYO, 11.- El teniente coronel Augusto Pamies ha sido nombrado comandante militar de Bayamón.
El teniente coronel Aznar, jefe del batallón de artillería, se cayó hoy de su caballo, fracturándose una costilla.

MAYO, 12 (por la tarde).- ¡Ya vinieron! Estoy rendido; desde las cinco hasta las ocho de la mañana hemos contestado al fuego de la escuadra americana. Mis baterías han disparado 185 cañonazos; las bajas son muy pocas.

MAYO, 13.– ¡Qué noche la última! La escuadra americana permaneció toda la tarde de ayer a la vista y creíamos seguro un bombardeo nocturno. Nadie ha dormido. Hoy, al salir el sol, vimos que el enemigo había desaparecido; se fueron….. ¡feliz viaje!
¡Cuánto valiente! Asombra hablar con tanta gente que asegura presenció el bombardeo desde las murallas.

Muchas personas recogen proyectiles enteros y cascos de los mismos. Pedro Giusti exhibe en sus vidrieras la punta de un enorme proyectil; este pedazo pesa 131 libras; Giusti compra proyectiles enteros y fragmentos de los mismos. En el Parque de artillería hemos reunido gran cantidad de granadas de cabeza perforante; muchas no tienen carga interior, y la mayor parte de las espoletas están inútiles.

Creo que muchos cañones de la escuadra enemiga han quedado inservibles, porque las bandas de cobre de algunos proyectiles han desaparecido y el rayado del ánima ha mordido en el acero de las granadas.

Recibo una carta del pueblo de Carolina, en la cual me avisan que alguien anunció allí, el día 12, mi muerte; aquel buen párroco y muchos amigos me rezaron un rosario en la iglesia. ¡Agradecido!
Esta mañana la lancha del Arsenal recogió, fuera de la Boca del Morro y al Este de la isla de Cabras, un bote que dejó abandonado la escuadra enemiga; está pintado de color de chocolate y enarbola una bandera blanca. No tiene nombre ni número.

Ayer, poco después de cesar el bombardeo, se hizo a la mar el crucero de guerra francés Almiral Rigault que sufrió el fuego fondeado en puerto; cuando este buque pasó frente a las baterías de San Fernando y Santa Elena, su marinería, subida a las vergas y correctamente alineada, saludaba con ¡vivas a España! a los artilleros de aquellas baterías y éstos contestaban con ¡vivas a Francia! La música de a bordo tocaba la Marsellesa. El crucero, más allá del Morro, cambió saludos de banderas con la escuadra enemiga y siguió su rumbo sin obstáculo alguno.

El mismo día, y a la vista de la escuadra enemiga, entró en puerto el vapor inglés Roath con 3.000 toneladas de carbón Cardiff.

Las Monjas Carmelitas fueron conducidas hoy, en el tranvía, al palacio de la Convalecencia de Río Piedras. Algunas, que llevaban más de cuarenta años de clausura, mostraban gran asombro.

La Gaceta publicó hoy una Orden general dando cuenta del ataque de ayer.
Se concede a los Voluntarios movilizados, como gratificación, el abono de medio plus de campaña.

El oro americano se cotiza a 125 por 100 de prima.
Toda la Prensa publica artículos vibrantes de patriotismo; recorto algunos que en su día serán muy útiles.
Ha circulado una Gaceta Extraordinaria, con un despacho del Ministro de la Guerra, felicitando, en nombre de S. M., a los defensores de San Juan.
Anoche recibió un cable de su Gobierno el cónsul de Inglaterra, preguntándole si era cierto que San Juan y sus defensas habían sido arrasadas por la Escuadra del almirante Sampson. El cónsul, Mr. George W. Grawford, contestó, en el acto, negando tan ridícula información, y añadió que, en aquellos momentos, diez de la noche, dos bandas militares estaban tocando en la plaza principal, la cual se hallaba tan concurrida como en los días de grandes fiestas.

MAYO, 14.- Frente al cuartelillo de artillería de montaña se encontró enterrado un gran proyectil, de 33 centímetros de calibre; estaba intacto.
El Municipio de esta ciudad acordó dar las gracias al abogado Bosch, por haber trasladado en sus ómnibus, gratis, a Santurce, a los enfermos del hospitalillo de Santa Rosa.

Entre los oficiales que mandaban, o estaban en las baterías el día 12, son portorriqueños los capitanes Ramón Acha, José Iriarte, Fernando Sárraga, Angel Rivero y el teniente Policarpo Echevarría; también servían las piezas, como artilleros, Leopoldo Vázquez Prada, Enrique García, Samuel Fonfrías, Juan Soto, R. Loira, Andrés Rodríguez Barril y otros más.
Armando Morales, ingeniero militar auxiliar, pasó todo el tiempo del combate en mi castillo, prestando excelentes servicios en el manejo de los aparatos provisionales para apreciar las distancias.

En la casa número 7 de la calle del Cristo, donde habita el capitán retirado Francisco Gómez Villarino, cayeron tres proyectiles, de los cuales dos hicieron explosión, reduciendo a escombros tres habitaciones amuebladas y la despensa, donde tenía sus provisiones del mes para unos veinte jefes, oficiales y empleados, que comían en dicha casa.

Al siguiente día del bombardeo, D. Ramón Valdés, propietario del tranvía de Bayamón y Cataño, obsequió con un rancho a todas las familias pobres del primer pueblo; hoy puso a disposición de los pobres de San Juan y Cataño varios trenes, para que, gratuitamente, pudiesen regresar a sus domicilios, siendo utilizados por más de 300 personas; el día del bombardeo solamente se cobró pasaje a los que quisieran pagarlo; pero los pobres fueron gratis.

Falsa alarma; el crucero auxiliar, al que le disparé el día 10, ha vuelto a presentarse, aproximándose a las Bocas de Cangrejos, donde arrió un bote; se toca generala, y sale un buen golpe de tropa, incluso una batería de montaña, para aquel sitio; regresan, poco después, por haberse alejado el vapor enemigo ( 3 ) Terminada la guerra, y en una entrevista que celebré con un oficial del Yale, al preguntarle por qué envió aquel bote a la playa, me contestó: «Porque vimos, desde a bordo, una arena muy blanca, que nos venía muy bien para la limpieza de los pisos, y mandamos el bote, que nos trajo mucha de ella, de excelente calidad.- N. del A.

MAYO, 15.– El temor se inicia entre los habitantes de San Juan. La vista de los grandes proyectiles enemigos, que se encuentran por todas partes, ha sobrecogido a los más esforzados. Desde mi castillo diviso, hacia Santurce, una larga fila de carros, coches y gente a pie: son los que se marchan. En la bahía navega un gran número de botes de vela; todos llevan sus proas hacia Cataño. Ser, en estos días, dueño de un coche o de un bote de vela, es una gran cosa.

A la una y media de la mañana de hoy, Gregorio Cruz, cabo de mi batería y de la guardia establecida en la batería de San Carlos, por distracción, cayo al foso desde una altura de 100 pies. La primera noticia de la desgracia la tuve por el practicante José Rosario y los camilleros Juan Vizcarrondo, Roberto Vizcarrondo, Severo González, José de Jesús Tizol y Antonio Trujillo, que se presentaron en mi castillo conduciendo al herido. El cabo Cruz fue curado por el doctor Queipo, auxiliado por Rosario y Tizolito. Esto es una prueba más del celo con que trabaja la Cruz Roja.

El auxiliar de zapadores, Nicanor González Cintrón, falleció en la madrugada de ayer, en el Hospital militar, a consecuencia de las graves heridas que recibió durante el bombardeo. Nació en San Juan y contaba sesenta y dos años de edad; era ebanista, vendía bastones y dio pruebas de gran valor y espíritu patriótico.
Tan pronto terminó el bombardeo, se presentó en el Morro un paisano y, sin dar su nombre, dejó 20 pesos para los heridos.

Muchas familias se refugiaron la mañana del día 12 en la casa de José Patiño, jefe del resguardo de la Aduana, tomando allí café y otras cosas. Este mismo Patiño auxilió al joven Alvaro Palacios, de la escolta del general, quien a causa de resbalar su caballo vino al suelo, estropeándose gravemente una pierna, siendo curado por el médico de Marina Pedro Arnau.

Anteayer un joven, guardia de Orden público, el cual iba subido a la plataforma de un coche del tranvía, donde se aglomeraba mucha gente, tuvo la desgracia de caer a la vía, recibiendo heridas mortales. En el acto, las damas de la Cruz Roja, Belén Miranda, viuda de Orbeta, y Obdulita de Cottes, ayudadas por el secretario general Gordils, le prestaron auxilios eficaces, conduciéndole, primero, al colegio de las madres y luego a la clínica del doctor Ordóñez, donde, después de ser curado, falleció. El teniente Zamorano, de Voluntarios, y Wenceslao Escobar, de la Cruz Roja, también prestaron ayuda.

Los ingenieros Abarca y Portilla, dueños de las fundiciones a sus nombres, el día del bombardeo y al frente de las brigadas de auxiliares, concurrieron a los castillos del Morro y San Cristóbal. Antonio Acha es el segundo de Abarca, y en dicho día prestó sus servicios en el Morro.
En Río Piedras no cabe la gente; hay casas muy pequeñas donde cada noche duermen cincuenta personas. El alcalde, Enrique Acosta, se desvive para auxiliar y complacer a la invasión de turistas que llenan su pueblo. Como no hay casas para todos, por las noches, los alrededores del pueblo tienen aspecto de romería. Centenares de personas duermen debajo de los árboles.

En el Hotel Inglaterra, el día 12 y en la habitación de su dueño, Anacleto Agudo, cayó una granada que dobló en dos la cama. Agudo, a quien conocí como cadete de artillería en Segovia, no estaba, felizmente, a dicha hora, en su lecho, y a esto debe la vida.

El día 12, al terminar el bombardeo, Luis Muñoz Rivera, jefe del Gobierno insular, dirigió a los alcaldes de la Isla el siguiente telegrama: «Desde el amanecer once barcos enemigos atacan esta ciudad. La plaza responde vigorosamente. Espíritu tropas y paisanos levantadísimo. Proyectiles causan poco daño. Hay algunos heridos y contusos. Créese nuestras piezas producen averías escuadra yankee que se retira alejándose fuego y suspendiendo cañoneo. Mantenga tranquilidad redoblando vigilancia exterior y estimulando valor, patriotismo pueblo.—LUIS MUÑOZ RIVERA.»

El vapor alemán Valencia arriba con 2.000 toneladas de carga, entre ella 1.000 sacos de arroz y mucho bacalao, queso y mantequilla.
También toma puerto el vapor Restormel, procedente de Cardiff, abarrotado de carbón.
El vapor francés Olinde Rodríguez entra a medio día.

Recorto del periódico El País: «La botica del señor Guillermety, tesorero general de la Cruz Roja, y en donde se despachan la medicinas para todas las secciones de esta benéfica Institución, estuvo el día 12 de mayo, desde que empezó el bombardeo, abierta y con su jefe Guillermety al frente de todos sus empleados, los cuales se multiplicaban para servir las recetas que llegaban; don Fidel atendió con esmero y prontitud, tanto en su establecimiento, como fuera de él, a todo y a todas las personas. Vimos allí a muchos solicitando amparo, el que hallaron acto continuo y de buen agrado; en esta farmacia se despachó gratis todo lo que fue pedido durante el día.»
Lo primero que hacen los pasajeros que, por la mañana, vienen de Santurce, es averiguar si está o no señalado el vapor de las tres chimeneas. Ya como que hace falta.

MAYO, 17.- Hoy, como santo del Rey de España, hemos vestido de gala y al salir el sol, hago las salvas de Ordenanza. Como hubiese olvidado dar aviso a la población, al tercer cañonazo centenares de personas llenaban la carretera de Santurce y una escuadrilla de botes de vela ponía sus proas a Cataño, llenos de fugitivos. Hubo personas que averiguaron la verdad al llegar rendidas a Río Piedras. A petición del alcalde se me advierte, por el capitán general, que cada vez
que vaya a hacer salvas, lo avise a los periódicos para conocimiento de la población.
Las compañías de Santurce, 5.a y 6.a de Voluntarios, y su sección montada, prestan servicios de patrulla, por la noche, hasta Martín Peña.
Ha sido nombrado comandante militar de Santurce el teniente coronel Eustasio González y ayudante el teniente Valdivia. Gumersindo Suárez y Manuel Cañals se han suscrito, cada uno, con 25 pesos para sufragar los gastos de las compañías de voluntarios que prestan servicio en dicho poblado. José Trueba, primer teniente de la 5.a compañía, ha regalado a la misma un lujoso banderín. El segundo teniente Evaristo Huertas, ha construido, por su cuenta, un cuartelillo.

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