Asediado todo Puerto Rico por el racismo ambiental y colonial

(Nota del Editor: quinto y último de una serie de artículos.)

Dra. Martha Quiñones Domínguez

El racismo ambiental y colonial se práctica contra toda la Isla, consciente e inconscientemente, y lo vemos en todos lados pues es impuesto y mantenido por instituciones legales.

Es un racismo intersectorial y complejo que no se visibiliza formalmente, pero se manifiesta en relaciones sociales, económicas y políticas y también ambientales. Cuando analizamos los proyectos propuestos para el municipio encontramos que los mismos son nefastos para la salud, el ambiente y en todos engañan a las personas a pesar de que pasan por documentos que evalúan esos impactos.

Pero como señalamos el racismo ambiental es complejo e impuesto y mantenido por instituciones legales que son establecidas en la colonia, se justifican con que traen desarrollo y crecimiento económico, pero al final solo encontramos daños a la salud y el ambiente y ningún beneficio económico. El racismo ambiental y colonial se evidencia ante la falta de acción del gobierno, los llamados a defender la salud y el ambiente.

Los problemas de salud son el resultado en cada caso, pero no hay estudios oficiales. El Departamento de Salud de Puerto Rico manifiesta que no le importa la situación de la población, manifestado en la falta de estudios y vigilancia ambiental en estos casos y eso es racismo ambiental y colonial.

No existe investigación oficial sobre los indicadores socioeconómicos de la salud, sin embargo, las personas han señalado los problemas de salud continuamente. En el caso Battery Recycling Co., sí hay evidencia de los problemas de salud, pero el Departamento de Salud de Puerto Rico no le ha dado seguimiento o se ha preocupado por la situación de salud de estas familias.

Los daños a la Reserva Natural del Caño Tiburones han sido reportados por análisis privados realizados por la comunidad, son evidentes en fotos que muestran indicios de contaminación, de descargas de materiales contaminantes.

El racismo ambiental y colonial se manifiesta en que no hay estudios oficiales, no hay monitoreo y las agencias de Puerto Rico (DRNA y JCA) y las federales (EPA) no han dado seguimiento a las condiciones ambientales de su fauna, flora y agua de la reserva. Y no aceptan los análisis realizados por las comunidades.

El desprecio a la vida humana se manifiesta en no tomar acción ante los reclamos de la comunidad, que presenta sus evidencias, pero no las atienden por no ser expertos. Eso es racismo ambiental y colonial, y es de parte del Gobierno que no hace cumplir la Constitución, las leyes ambientales y los reglamentos. Por eso flexibiliza los reglamentos y simplifican los procesos de manera que no se pueda probar que hay injusticia ambiental y a la vez racismo ambiental y colonial.

En la evaluación de Justicia Ambiental que se presenta en los documentos se concluye que las comunidades no son de bajos ingresos y por eso no hay injusticia ambiental en escogerlas. Según los documentos, señalan los que hacen la investigación que hacen uso de los manuales establecidos por el Gobierno para realizar los mismos, en donde la variable clave es el ingreso familiar.

Ante la heterogeneidad de las comunidades, donde hay gente que no reciben ingresos, gente que vive del seguro social o pensión, gente que trabaja ganando el mínimo y gente trabajando ganando un poco más el promedio de ingresos y la mediana de ingresos da como resultado que no hay pobreza.

Otra forma de racismo ambiental y colonial se manifiesta en ese desprecio y violencia en los discursos de que eres contrario al desarrollo, o que eres de izquierda, o que eres un problemático, o que no entiendes porque no tienes conocimiento (e ignoran tus argumentos porque no tienes título universitario que lo avale ignorando el conocimiento local. que se exponen en forma inconsciente en las vistas públicas. Pero también se manifiesta en persecuciones, exclusiones, que te ignoren, que no te dejen hablar o en lo que se ha identificado en Puerto Rico “tu derecho al pataleo” o a la protesta aunque no te hagan caso. Es perverso el racismo ambiental y colonial.

El racismo ambiental y colonial lo podemos documentar en relación a: 1) la violencia oculta de la contaminación causada y el daño a la salud; 2) el activismo comunitario contra la degradación socio ambiental que se organiza para luchar en contra de la contaminación y los daños a la salud; y, por último, 3) la ruptura de la conexión humana con el entorno natural, desarraigando o dañando el ambiente.

Desigualdades: Aunque las comunidades no hablan de racismo ambiental, ni de desigualdad, ni del capitalismo, estos son el detonante de la justicia ambiental que reclaman.

Las injusticias sociales y ambientales tienen orígenes comunes, es el capitalismo que degrada para unos y propicia el lucro abusivo para otros y el otro la colonia que impone la explotación. Las desigualdades son la raíz del problema de la construcción de ese racismo ambiental y colonial. Por el empeño que lo más importante es el crecimiento económico, obtener los fondos federales y se olvidan de las personas.

El Poder: El racismo ambiental que tiene que ver con el que maneja el poder y la forma en que se ejerce excluyendo, aislando y explotando a las personas, su salud y el ambiente. Es el espacio donde las autoridades omiten, ignoran las leyes ambientales, favoreciendo a unas empresas (con subsidios y/o disminuyendo impuestos) para atraerlas, sin importar si son nocivas para el ambiente, la salud o coloca en riesgo a las poblaciones. Pero también incluye dar privilegios a grupos que defienden al grupo dominante, que a su vez sostiene y perpetúa el racismo ambiental como señalaba Chavis (1987).

Corregir el error – El llamado es a deconstruir pensamientos racistas, denunciarlos y buscar alternativas. Describió que se trata de un ejercicio de reconocer la interseccionalidad del racismo, evaluando las opresiones y privilegios que las personas y comunidades viven en los diferentes aspectos de su vida. El racismo ambiental y colonial que es la violencia oculta de la contaminación causada, de no dejar participar y consultar a las comunidades, de dañar la salud y que no respondan pues lo único que importa es la empresa, es conseguir fondos federales. Corregir el error es cambiar esos estilos de racismo ambiental y colonial.

Corregir la institucionalización del racismo ambiental y colonial consciente e inconsciente – Esta indeterminación jurídica‑política de Puerto Rico, entre ser y no ser parte de EEUU y la modalidad de establecer un gobierno neo-colonial por medio de la Junta de Control/Supervisión Fiscal y avalada por un gobierno electo que no manda (marioneta), ha propiciado la imposición de categorías políticas particulares para este territorio, así como un alto grado de conflictividad social.

Institucionalizar el racismo: De igual forma encontramos que el racismo se institucionaliza y se impone por instituciones legales, educativa, económicas entre otras. El racismo ambiental y colonia se sufre cotidianamente ante la denegación de los derechos colectivos políticos donde el ejercicio del poder se establece desde afuera, corregirlo es corregir el problema estructural que representa la colonia.

Los indicadores de racismo ambiental y colonial son aplicables para analizar otros casos en cualquier municipio.

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