(Nota del Editor: El siguiente es el último de 4 artículos en los cuales exponemos la decadencia económica de Estados Unidos. En un próximo escrito el autor expondrá sobre la decadencia militar de Estados Unidos.)
Antonio Camacho
Uno de los pilares que le dan sostén al imperio norteamericano, además del poder armamentístico y el dominio económico que adquirió después de la Segunda Guerra Mundial gracias a la destrucción que sufrieron los demás países beligerantes, es la imposición del dólar como divisa internacional. La fortaleza del imperio es relativa al predominio del dólar. Es el pilar fundamental en que se sostiene.
Es un hecho que la razón por la cual Estados Unidos invadió Irak y Libia, no fue porque tuvieran regímenes dictatoriales que violaban los derechos humanos. Para una potencia imperial, como Estados Unidos, eso no tiene importancia mientras sean sus aliados, como es el caso de Israel, Arabia Saudita y Egipto, por señalar algunos.
La verdadera razón para invadir esas naciones, fueron las amenazas de Saddam Husein y Muamar el Gadafi de eliminar al dólar en las transacciones petroleras. Naturalmente, un imperio que se vale de su moneda para pagar sus guerras y sostener y cargarle al resto del mundo su exorbitante deuda, no podía permitir semejante peligro. Pero el mundo cambia y a China, Rusia, Irán y a la India no las puede invadir con la misma impunidad; además, dadas las sanciones y embargos que Estados Unidos sigue imponiendo extraterritorialmente, se sumarán a estas naciones otras, que como un acto de autodefensa se ven obligadas a sustituir al dólar en sus transacciones comerciales.
Es importante señalar que la moneda de China, el Yuan, en los últimos años ha venido abriéndose paso y, gradualmente, restándole participación al dólar como moneda de reserva mundial. Este año entró en circulación su versión digital que tiene un gran potencial de ganar preeminencia en las transacciones comerciales.
El Yuan cuenta con unas particularidades favorables que no posee el dólar; ventajas que a largo plazo le aseguran un crecimiento constante como moneda de intercambio internacional:
1. Está infravalorado, se cotiza a un valor mucho menor que su valor real.
2. No es propenso a responder a las fluctuaciones del mercado. China no sufre del endeudamiento y los déficits comerciales que sufre Estados Unidos.
3. Está respaldado e impulsado por el gran crecimiento económico nacional y los mega proyectos en desarrollo donde no participa Estados Unidos. Estos proyectos son: La Ruta de la Seda, que se extiende por un gran número de países en los cinco continentes; la Organización de Cooperación de Changai, que abarca el 65% de las transacciones mundiales y el 70% de la riqueza; la Asociación Económica Integral Regional (RCEP), la mayor organización comercial del mundo, integrada por 14 países de Asia y Oceanía y que abarcara 2100 millones de consumidores y el 30% del Producto Interno Bruto mundial y el BRICS (La Organización económica entre Brasil, India, Rusia, China y Sur África) que cuenta con el 40% de la población mundial y el 20% del producto interno bruto.
4. China es uno de los mayores productores y compradores de oro. El país cuenta con 3.389 áreas mineras, explotadas por unas 400 compañías. Las 13 mayores acapararon el año pasado el 59,77% del oro refinado y el 41,04% de la producción minera. Todo el oro que se extrae va a las reservas del Estado. Se desconoce en realidad cuantas miles de toneladas posee, pero todo indica que en un futuro no muy lejano, fijará, al igual que hizo Rusia con el rublo, el yuan al oro.
Otro elemento que a largo plazo debilitará al dólar son las monedas digitales, especialmente el Bitcoin. No muchas personas saben que el origen de estas monedas tiene como cimiento una súper tecnología digital, llamada cadena de bloques, la cual está revolucionando todos los campos del saber humano y, en particular, la robótica, inteligencia artificial e informática.
Tecnología con la que se pueden hacer cosas fuera de nuestra imaginación, como es la naturaleza misma del Bitcoin. Esta moneda no requiere de bancos ni Reserva Federal para ser emitida. Se puede transferir sin intermediarios de persona a persona desde cualquier lugar del planeta. Cada recipiente cuenta con un complejo y seguro sistema de seguridad que con la tecnología actual es imposible de romper. La moneda pasa por un proceso de minado como el oro. Minado que lo realizan millones de personas alrededor del planeta. Cada persona es su propio banco. Se le puede dar seguimiento a las transacciones de cada moneda hasta el infinito. Ningún gobierno la puede regular, manipular, controlar. Y en la cadena de bloques la información no se puede alterar y está distribuida entre miles de millones de ordenadores por todo el planeta.
Dadas todas estas características, podemos asegurar que en las próximas décadas, el Bitcoin sustituirá muchas de las monedas nacionales y erosionará al dólar como divisa de reserva mundial. No es por capricho que el Presidente Nayib Bukele de San Salvador y la República Centro Africana han adoptado el Bitcoin como moneda de curso legal ni que políticos y funcionarios de la Reserva Federal pongan los gritos en el cielo.
Podemos percibir cuan frágil está la situación del dólar al ver cómo, a pesar de que Rusia está enfrascada en una guerra y ha sufrido la imposición de miles de sanciones, se ha disparado el valor del Rublo al ser fijado al patrón oro.
Como mencionamos anteriormente, en las últimas décadas China ha estado comprando grandes cantidades de oro en los mercados internacionales y almacenando todo el que mina en su territorio. Imaginen, ¿qué pasaría si decide desbancar al dólar fijando el yuan al patrón oro como respuesta a unos Estados Unidos hegemónicos que siguen violando la política de una sola China con su apoyo a los separatistas de Taiwan?
Sin lugar a duda, los inversores mundiales buscarán refugio en el yuan, el dólar sufrirá un gran daño y, por consiguiente, a mediano plazo, perderá su predominio como la divisa más importante en las transacciones mundiales. Lo demás, si no estalla la guerra nuclear, sería la historia de lo que fue el imperio más poderoso del mundo.
