René Pérez: un flow más humilde y menos arrogante

Lcda. Yolanda Rodríguez Torres

Para Prensa sin censura

La música ha sido y es un arte que combina estados de ánimo, sentimientos a otros, a través de ritmos y melodías. La música para muchos de nosotros, es nuestro escape y parte de la belleza de la vida.

Sé también que la música a través del tiempo responde al momento histórico en que se crea la misma.

Con la más reciente polémica del Sr. René Pérez por las fuertes declaraciones que èste hiciera contra Jay Balvin, (que dejan mucho que desear) por el alegado boicot de Balvin a la celebración de los Premios Grammy Latino, me di a la tarea de leer sobre algunos artículos relacionados con el género urbano y el reguetón.

Puerto Rico se distingue por ser el mayor país con la mayor cantidad de exponentes de ese género.

Para poder escribir sobre este tema escuché una ‘canción’ interpretada por Residente y Don Omar, titulada, Flow HP. La misma comienza con la palabra hijo de p…, luego hace alusión al uso de drogas como la marihuana y la cocaína. También alude a los puntos de drogas. Estereotipa a las mujeres, llamándolas, ‘santitas’. Nunca había escuchado tanta palabra burda en una canción.

Conforme a un estudio que se realizara en el 2019 en una Universidad de Helsinki (Finlandia) se concluyó lo siguiente: Escuchar reguetón puede causar:

1)Angustia. La mayoría de las canciones de Reguetón presentan unos modelos de sociedad inalcanzables;

2)Confusión en su escala de valores;

3)Problemas de autoestima;

4)Hipersexualización

5) Desarrollo precoz

Amen, del daño que puede causar el hecho de exponer a los niños a este tipo de música del cual, muchos no podrán entender las palabras y frases que se expresan en ese género.

Las imágenes que constantemente se ilustran en los videos y en las presentaciones de estos intérpretes son en casas lujosas, repartición de dinero, joyas grotescamente costosas y por supuesto, la mujer como objeto sexual en su máxima expresión. Se envía una idea equivocada de que es muy fácil conseguir todos esos privilegios materiales.

Haciendo una analogía, recuerdo que en una ocasión se le preguntó a Don Rafael Ithier qué pensaba sobre la salsa romántica de los ‘90 y éste muy atinado, contestó: “Para enamorar a una mujer, no hay que quitarle la ropa”.

Sin embargo en el género urbano, ni siquiera se hace alusión a quitarle la ropa, se le agarra de aquí y allá y se le denigra.

Yo nunca he escuchado a un reguetonero condenar los feminicidios ni la violencia de género. Ni siquiera René Pérez que cree tener la verdad absoluta sobre todo, ha dicho una palabra.

Lo único que encontré en mi búsqueda fueron unas palabras de otro intérprete del género, Arcángel, quien dijo: “las mujeres se pasan pidiendo respeto, pero se las pasan enseñando el cul…’ ¡Vaya barbaridad!

La música de reguetón es una industria de hacer mucho dinero. Tanto es así que artistas consagrados como Joan Manuel Serrat, Carlos Vives, Ricky Martin, Rubén Blades han tenido que hacer colaboraciones con estos intérpretes para poder seguir en el mercado.

En otra ocasión escuché a Rubén Blades, en una conferencia de prensa, criticando el género urbano y dijo que esa música sería efímera porque no se imaginaba a un reguetonero cantar a los setenta años las mismas canciones. ¿Y qué pasó? Rubén Blades terminó haciendo una colaboración con René Pérez. ‘La vida te da sorpresas’…

Mi mayor inquietud sobre la música urbana es la glorificación del hedonismo, del placer por placer.

Probablemente, encuentre detractores sobre mi escrito, pero de eso se nutren las democracias.

Finalmente, desearía que el ganador de 31 Grammy y el que ha osado por pedir que se cambie la letra del himno de Puerto Rico, utilice sus millones de seguidores, así como lo hizo para la salida de Ricardo Rosselló, para ser más humilde y menos arrogante. La fama es efímera.

Y por último no podemos permitir que la cultura sea un espectáculo más y no dejemos que ‘ la vida deje de ser vida, para ser representada’.