Cuando la Fe de una persona es tóxica

Espiritualidad

Por Roberto Torres Collazo

Profesor y Laico Católico

La fe tóxica tiene nada o muy poco que ver con el seguimiento de Jesús. En el siguiente artículo no pasamos juicio valorativo sobre las intenciones, eso es algo que pertenece solo a Dios, solo criticamos determinadas prácticas de la fe tóxica.   

Un tipo de fe tóxica gira en torno al templo. Asiste a todos los eventos, a todas las reuniones, es líder, cumple al pie de la letra el rito, sigue la tradición meramente por costumbre y no se pierde una misa o culto.

Es una fe tóxica porque envía el erróneo mensaje de que hay que estar en la iglesia todo el tiempo para estar “bien” con Dios. Cuando de sobra sabemos que hay muchos que van a la iglesia y en la calle su práctica de fe es horrible.

No estamos diciendo que sea inapropiado asistir a la iglesia, lo que queremos decir es que el centro de la fe no es el templo, sino el seguimiento de Jesús que va más allá del templo.

Otra manifestación de la fe tóxica es el conformismo, que se refleja en expresiones tales como, “yo creo en Dios, yo no robo, no mato, no hago mal a nadie”, pero tampoco hace bien a nadie, es decir, comete pecado de omisión, Santiago, 4,17, “El que sabe lo que es correcto y no lo hace, está en pecado”.

Creer en Dios no es suficiente, con demasiada frecuencia hay líderes políticos creyentes corruptos, que despojan sus pueblos de sus recursos naturales, que apoyan proyectos que favorecen las ganancias de los seguros médicos y no la salud de los pueblos.

La fe en Jesús es verificable en hechos objetivamente positivos hacia los demás, Mateo 25, 31-46, “Todo lo que le hiciste a los demás, me lo hicieron a mí” especialmente hacia los indefensos y los empobrecidos. La indiferencia hacia los que sufren y el silencio frente a las injusticias puede ser producto de una fe pequeña o muerta. La fe se demuestra con hechos concretos, como anota Santiago 2,14-19, “Hermanos, si uno dice que tiene fe, pero no viene con obras, ¿de qué sirve? ¿Acaso lo salvará la fe? Si un hermano o una hermana no tienen con qué vestirse ni qué comer y ustedes le dicen: ‘Que les vaya bien, caliéntense y aliméntense’, sin darle lo necesario para el cuerpo, ¿de qué les sirve eso?, si no produce obras, es una fe que está muerta” o tóxica.  

La siguiente práctica de fe tóxica es evidente en aquellos líderes cristianos que se dedican a enseñar y predicar solamente sobre Biblia. Caen en la bibliolatría, rendir culto a la Biblia. Toman todo literalmente de la Biblia sin considerar el contexto histórico y los géneros literarios. Usan textos selectivamente para justificar el odio hacia sus enemigos [la comunidad LGTBQ+, las feministas, los izquierdistas, ambientalistas, otras denominaciones cristianas y religiones].

De manera similar a la fe tóxica del templo y la conformista, esta fe tiende a ser generalmente conservadora, ultraconservadora, neofascista o sionista.  

La fe tóxica tiene sus consecuencias como el conformismo, el miedo, el individualismo, el odio, el fanatismo, una fe desencarnada de las realidades, la indiferencia hacia las y los que son víctimas de las guerras, el cambio climático etc. Esto explica también en parte por qué mucha gente no quiere saber nada de las iglesias. La respuesta contra la fe tóxica es seguimiento de Jesús.

José Ma. Castillo nos dice que el seguimiento consiste en ponerse de parte de los sectores y pueblos oprimidos, luchar por su liberación, soportar las contradicciones, el enfrentamiento con los poderosos y vivir una profunda mística de amor y unión con Jesús.

El GPS de la fe cristiana es el seguimiento de Jesús, en otras palabras, parecernos a El, abrazar su proyecto del reinado de Dios y su justicia, internalizar sus criterios, valores y sentimientos traducidos en acciones comunitarias, gestos y palabras para el siglo 21.

Referencias

Biblia Latinoamericana (1972). Versión Latinoamericana. Ecuador.

Cabestrero, T. (2015). Jesús; el hombre que ama como Dios. Editorial Desclée de Brouwer. España.

Castillo, M. J. (2005). El Seguimiento de Jesús. Ediciones Sígueme: España.

Mesters, C. (2005). Las Parábolas de Jesús. Editorial Verbo Divino: Brasil.

Piñero, A. (2014). Año I; Israel y su mundo cuando nació Jesús. Editorial Laberinto: España.

Foto/Pensamiento Protestante

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