El mejor café gourmet se elabora en Utuado

Agricultura

Prensa Sin Censura

Desde la Hacienda Tierra Viva en el Barrio Ángeles de Utuado, trasciende el reconocimiento internacional al Café Quinto Cielo con la mayor puntuación de perfil clásico puertorriqueño.

Así lo informan a Prensa Sin Censura los esposos Laura Rivera y Blake Horwitz, pareja emprendedora que cultiva un café orgánico sin pesticidas y herbicidas dañinos en su finca regenerativa y sostenible en Utuado.

“El café es proceso natural “Collor”. El café de especialidad siempre es en grano entero. Así que el grano molido nunca es una muestra para catación. Así que para ser específicos y técnicos, el ganador del galardón es el grano entero. Porque ese es selecto en múltiples etapas. El café molido siempre es de segunda. Es nuestra cosecha de nuestra finca y es café color proceso natural, donde el café no se lava, pero el proceso de selección es siempre para el café de grano entero”, explicó la agricultora puertorriqueña Laura Rivera.

Café Quinto Cielo es resultado de una operación pequeña, que se remonta al 2018. “Durante la pandemia nos mudamos de lleno a nuestra propiedad aquí en Puerto Rico en el 2020 y hemos desarrollado una vida completamente diferente. Vivimos una vida plena de campo, criando nuestros animales para nuestro propio consumo, sembrando nuestra propia comida y desarrollando este producto de café, con la esperanza de inspirar a otros a dejar de usar veneno y hacerlo de forma natural sostenible que sane la tierra”, expresó Laura.

La calidad del Café Quinto Cielo la describen con una palabra sencilla: pureza.

“Para nosotros poder decir que nuestro café es ciento por ciento libre de pesticidas y herbicidas, tiene que ser de nuestra finca o de fincas que nosotros verificamos que no se utilizan elementos tóxicos en la agricultura”, explicó Laura.

“El 97% del café a nivel mundial es altamente fumigado con glifosato y otros químicos horribles; solamente el 3% del café es orgánico limpio”.

Laura Rivera y Blake Horwitz

“En el mundo del café de especialidad se aprecia y se reconoce el café de proceso natural, conocido en Puerto Rico, como café Collor. Sólo se cultivan las cerezas maduras rojas y se secan sin pilar o removerle la piel y la pulpa. El café se seca entero, lo que contribuye tremendamente al perfil del café al dejarle la piel y todas las azúcares en el proceso del secado. Estás permitiendo que el café mantenga su estado natural, de principio fin en el proceso del secado, creando así un perfil más dulce y más balanceado. El otro beneficio es que no tienes el problema de uso excesivo de agua en el proceso del despulpación, y tampoco tienes la preocupación del manejo de desechos que se descomponen y su impacto en el medio ambiente. El resultado de nuestro proceso nos ha brindado un café de un perfil clásico puertorriqueño de muy alto calibre”, explica Laura.

“Nuestra isla solamente produce un 30% del café que consume y los números son aún más bajos para la producción de nuestra comida, nuestros vegetales, nuestras frutas nuestras carnes”, sostuvo.

Los esposos Laura Rivera y Blake Horwitz también participan de mercados agrícolas locales a través de plataformas en Isabela y Moca, incluso en el área de San Juan, donde el consumidor que procura alimentos limpios u orgánicos y regenerativos [sin pesticidas y herbicidas] los ordenan y reciben en un punto de encuentro semanalmente.

Laura y Blake abandonaron su vida en la ciudad de Chicago, donde estuvieron establecidos, pero “por el ambiente tóxico que nosotros percibimos en el manejo de la pandemia”, optaron por regresar a Utuado.

“Esta propiedad se hizo con miras a retirarnos en un futuro no tan cercano. Llega la pandemia y decidimos coger un receso de la locura que estaba manifestándose en la ciudad de Chicago y venirnos a la finca y despejarnos la mente y estar en el campo con aire limpio y fresco. Mientras estábamos aquí, pues nos ponemos a sembrar comida, porque entendemos que el sistema alimentario también está corrompido, no se puede confiar en lo que se compra en el supermercado. Pasa un año y le pregunto a mi esposo qué vamos a hacer. ¿Si vamos a regresar a Chicago? Mi esposo estadounidense me dice que no quiere volver a Chicago para nada”.

Cuando construyeron la casa, aprovecharon para sembrar arbolitos de café porque entendían que su localización en Utuado es apropiada para el cultivo del grano.

“Estando conscientes de que el 97% del café a nivel mundial es altamente fumigado con glifosato y otros químicos horribles, solamente el 3% del café es orgánico limpio. Estas cifras son referencias del café comercial. El café de especialidad es el mercado más limitado, con prácticas de cultivos y procesos más delicados y exigentes. Decidimos desarrollar siembra en nuestras 16 cuerdas que tenemos en tres fincas en el barrio Ángeles de Utuado. El café se tarda años en dar frutos, así que seguimos sembrando el café, seguimos desarrollando la finca, seguimos limpiándola con sistemas naturales, sembrando plantas compatibles con el café y sembrando comida para nosotros, haciendo también huertos caseros y empezamos a incorporar animales”.

Optaron por razas de oveja que se adaptan con facilidad al entorno de las montañas utuadeñas. “Producen carne para nosotros consumir. De hecho, estas son ovejas de pelo. No son ovejas de lana, y también terminamos eliminando muchas de las razas comunes de gallinas, ponedoras y de pollos de carne, porque entendemos que son genéticamente alterados o modificados y son dependencia de un sistema, porque la cría no es como el animal que lo engendró. Así que nos enfocamos en animales que se reproduzcan y que sean razas establecidas por cientos de años para así mantener soberanía alimentaria”.

Los esposos Laura y Blake también han tenido que lidiar con los burocráticos trámites que impone el gobierno del Estado Libre Asociado.

“Te puedo decir que nuestra experiencia para permisos con el gobierno fue chocante. Realmente no hay un aprecio, ni respeto para aquel que quiere hacer una aportación a la agricultura de Puerto Rico. Al pequeño agricultor se le tiene que dar más apoyo. Cuando vienen grandes inversionistas, las cosas se mueven con fluidez, porque obviamente hay dinero para pasar de mano en mano. Y la historia nos enseña que estas grandes instituciones lamentablemente muy pocas veces realmente tienen buenas intenciones. Su enfoque es ciento por ciento producción en masa y ganancias. Puerto Rico ha sufrido grandemente por la implementación de prácticas comerciales agrícolas. Desde herbicidas y pesticidas, abonos químicos, a base de petróleo, que han terminado devastando nuestros cuerpos de agua y destruyendo la vida del suelo y simultáneamente la salud del pueblo. Entendemos que hay que hacer un llamado a todo puertorriqueño, para que entienda que la salud es reflejo de nuestro medio ambiente. Estamos comiendo comidas tóxicas. Estamos respirando aire tóxico. Estamos caminando en suelos tóxicos. Mi esposo y yo somos personas mayores. Él tiene 62 años y yo tengo 58 años. Y no tomamos ningún medicamento, no tenemos ninguna condición y entendemos claramente que es por los hábitos y las decisiones que hemos tomado con nuestro estilo de vida”.

La recompensa por su respeto a la Tierra y la promoción de la salud es el reciente reconocimiento a la elaboración del Café Quinto Cielo, otorgado por la institución Coffee Review, que se dedica a catar café de todas partes del mundo.

“Este galardón es para nosotros un honor, especialmente porque es reconocido como tasa clásica puertorriqueña porque este es nuestro hogar. Nuestra producción no es suficiente para estar en supermercados ni se presta para distribución en masa porque nuestra finca es pequeña y por eso decidimos ofrecerlo directamente al consumidor. También es modelo para que pequeños productores de lo que sea puedan ver que no hay que tener intermediario, que si se puede vender directamente del campo al consumidor”.

Para conocer más de los emprendedores esposos Laura Rivera y Blake Horwitz visite su página http://www.haciendatierraviva.com/es.