Comunicado de Proyecto Dignidad
(San Juan, Puerto Rico – 28 de abril de 2025) – “Todos los que defendemos la libertad de expresión, el debate de ideas en la Universidad, la seguridad y los valores fundamentales en los espacios educativos denunciamos enérgicamente las prácticas de censura ejercidas por el Consejo General de Estudiantes (CGE) de la Universidad de Puerto Rico (UPR), Recinto de Río Piedras. Asimismo, exigimos la eliminación inmediata de los baños inclusivos, un modelo que ha fracasado rotundamente, pone en riesgo la seguridad de las estudiantes y amenaza los fondos federales de la institución bajo las nuevas políticas públicas del gobierno de Donald Trump,» expresó Cristian García Rodríguez, estudiante de la Facultad de Ciencias Sociales y presidente del Capítulo de Proyecto Dignidad en la UPR de Río Piedras.
En un acto reciente que refleja un patrón alarmante de represión, el estudiante Jan Carlos Tousset subió un video a sus redes sociales que evidencia cómo fue interrumpido sin justificación durante su turno en la Asamblea Estudiantil celebrada el miércoles, 23 de abril, simplemente por cuestionar la inacción del Consejo ante la falta de seguridad en los denominados «baños inclusivos» frente a actos lascivos reportados.
El estudiante expresó una preocupación compartida por muchas personas: estos baños mixtos, que permiten la entrada libre de hombres y mujeres, han generado incomodidad y temor entre las estudiantes, especialmente niñas y jóvenes, quienes reportan sentirse acosadas.
Testimonios recopilados revelan experiencias inquietantes, como la de una estudiante que, mientras estudiaba hasta tarde en la biblioteca de la Escuela de Derecho, encontró a un hombre masturbándose en un baño inclusivo, escuchando los gemidos y notando el movimiento de las llaves en su bolsillo.
Otra estudiante relató una experiencia similar en el edificio de la Escuela de Derecho, describiendo la situación como «sumamente incómoda y desagradable». «Mientras más se propaga el video y mis denuncias, más jovencitas me escriben para contarme sus propias experiencias. Ellas no hablan por temor a las represalias, pero alguien tiene que hacer algo por ellas y yo no tengo miedo de hacerlo,» expresó Tousset, estudiante de Administración de Empresas.
Estos incidentes no son aislados. La propia División de Seguridad y Manejo de Riesgos (ONDSMR) de la UPR ha emitido alertas documentadas, como la del 27 de marzo de 2025, que reportó un acto lascivo en el área de la Ave. Universidad, y otra del 2 de abril de 2025, que informó sobre una persona caminando en ropa interior por la calle Mariana Bracetti, ambos relacionados con conductas inapropiadas en o cerca de estos espacios. Aunque las personas inescrupulosas siempre han merodeado los alrededores de la UPR, los baños inclusivos han eliminado las barreras que antes disuadían a estas personas de acercarse a posibles víctimas, permitiéndoles entrar sin ser cuestionados y aumentando el riesgo para las estudiantes en un espacio donde, aunque deberían sentirse seguras, muchas sienten que están más vulnerables.
“El modelo de baños inclusivos ha fracasado. Lejos de promover una convivencia segura, ha creado un ambiente de inseguridad y temor, especialmente para las mujeres, al facilitar que personas con intenciones indebidas se acerquen a sus víctimas sin levantar sospechas. Este modelo no debe ser permitido más, ya que no solo pone en peligro la integridad física y emocional de las estudiantes, sino que también amenaza los fondos federales de la UPR. Bajo la administración de Donald Trump, las políticas públicas han cambiado drásticamente, priorizando el sentido común sobre ideologías fallidas y cuestionando iniciativas que no garanticen la seguridad y la privacidad en espacios públicos. La insistencia en mantener los baños inclusivos podría resultar en la pérdida de fondos federales esenciales para la universidad, afectando a toda la comunidad académica.” Lisie Burgos Muñiz.
Los estudiantes reconocen el esfuerzo de la representante Burgos, de Proyecto Dignidad, quien radicó una medida el 9 de enero de 2025 para prohibir los baños inclusivos en todas las dependencias gubernamentales, exigiendo baños exclusivos para mujeres y hombres. Esta legislación, que cuenta con el respaldo del presidente de Proyecto Dignidad, César Vázquez Muñiz, ha recibido el compromiso de la gobernadora Jenniffer González-Colón, quien se ha comprometido a firmarla una vez sea aprobada por la Cámara de Representantes y el Senado. Este paso es crucial para garantizar la seguridad y la privacidad en los espacios públicos, incluyendo los recintos universitarios, y para proteger los fondos federales de la UPR frente a las políticas federales actuales. Los estudiantes vetados por los actuales directivos del Consejo General de Estudiantes expresan que gran parte del estudiantado silente está esperanzado en que los cuerpos legislativos aceleren el trámite de esta medida.
Los estudiantes universitarios Tousset y García manifiestan que a pesar de la gravedad y legitimidad de estas sus denuncias, el CGE no solo silenció a Tousset, como se observa en el video compartido, sino que, ambos fueron declarados «personas no gratas» en una moción aprobada el 23 de abril de 2025 durante una Asamblea General, por el supuesto de cometer «actos agresivos que no se deben permitir». Esta decisión, lejos de fomentar el diálogo, constituye un intento de estigmatizar y castigar a quienes alzan la voz de manera pacífica y ordenada para exigir seguridad y respeto.
Los estudiantes Tousset y García hacen un llamado urgente a las autoridades de la UPR, al Consejo General de Estudiantes y a la comunidad universitaria en general para que:
- Cesen las prácticas de censura y se garantice el derecho de todos los estudiantes a expresar sus preocupaciones sin temor a represalias ni estigmatización.
- Eliminen de inmediato los baños inclusivos, reemplazándolos por baños de acuerdo a la realidad biológica del estudiantado, que prioricen la seguridad y la privacidad de los estudiantes, como medida para proteger a la comunidad y preservar los fondos federales ante las nuevas políticas del gobierno federal.
- Se investiguen las quejas sobre inseguridad, tomando en serio los testimonios y las alertas de seguridad emitidas por el DSMR.
- Se fomente un diálogo verdaderamente inclusivo que permita abordar las diferencias de opinión con respeto, transparencia y compromiso con la seguridad de todos los miembros de la comunidad universitaria.
«La UPR debe ser un espacio donde se prioricen la seguridad, la privacidad y los valores que garanticen una convivencia sana, no un lugar donde se experimente con políticas fallidas que ponen en riesgo a las estudiantes y a la institución misma. Exigimos que el Consejo General de Estudiantes rinda cuentas, revoque la moción contra Jan Carlos Tousset y Cristian García Rodríguez, y actúe de inmediato para eliminar los baños inclusivos y atender las preocupaciones de seguridad planteadas,» expresó el Dr. César Vázquez Muñiz, presidente de Proyecto Dignidad.
Por su parte, Roger Colón presidente de la Juventud Digna, invita a los medios de comunicación, organizaciones estudiantiles y al público en general a unirse a esta denuncia y a apoyar la lucha por una universidad que priorice la libertad, la seguridad y el respeto mutuo, mientras protege su sostenibilidad financiera frente a las nuevas políticas federales.


Como el coro del famoso merengue «los nenes con los nenes y las nenas con las nenas». Es sentido común. Nadie puede sentirse feliz de ir a un baño que podría representar un riesgo a la intimidad y a la seguridad. No hay que ser ultra derechista y moralista, para reconocer que es un grave peligro. Como egresada de bachillerato y maestría, en mi amada UPR de Río Piedras, abogo a que eliminen esa práctica.
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Los sustos en los baños de la UPR datan, al menos, de cuando yo estudiaba, en la década del 70. Siempre se hablaba de ligones y hasta de seguimientos en los pasillos solitarios. Ahora debe de haber menos guardias y más «enfermitos», por tanto, los ligones se sienten más libres para actuar.
El problema de esta panda conservadora es que su interés real no es que las muchachas se sientan más seguras: es que los y las Trans no usen los baños donde se sientan cómodos/as, sino donde los religiosos digan. Es hasta gracioso que gente que envía fotos insinuantes y hasta con desnudos por las redes se sientan tan temerosas u ofendidas de que los Trans entren a sus baños… Coherencia, señoritos.
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