El disparate de la Ley sobre Venta, Uso de Pirotecnia y Fuegos Artificiales en Puerto Rico

Editorial-Salud-Mascotas

JAIME TORRES TORRES

Prensa Sin Censura

El P. de la C. 37, de la autoría del representante novoprogresista y presidente cameral Carlos ‘Johnny’ Méndez Núñez, es una amenaza a la salud de los niños con autismo, ancianos con Alzheimer y de las mascotas.

El autor original fue el representante, hoy retirado, Ángel Bulerín. Johnny Méndez lo retoma y refiere a la Comisión de Seguridad Pública.

La intención es crear la “Ley sobre la Venta, Uso de Pirotecnia y Fuegos Artificiales en Puerto Rico”.

Del Artículo 9, que versa sobre el periodo autorizado para ventas y distribución de fuegos artificiales para el consumidor, se desprende que se dividirá en dos (2) periodos:

(a) del 1 de junio al 31 de julio de cada año, para las conmemoraciones de la independencia de los Estados Unidos (4 de julio) y de la Constitución del Estado Libre Asociado de Puerto Rico (25 de julio); y

(b) del 15 de noviembre al 7 de enero de cada año, para conmemorar el periodo navideño, despedida de año y Día de Reyes.

Esto es un disparate que revela la falta de empatía y sintonía de la presente administración del Partido Nuevo Progresista con la paz de los ciudadanos más vulnerables y el bienestar de los perros, gatos y otras mascotas de la familia puertorriqueña.

Hoy, de 7pm a 9pm en vivo por las páginas de Prensa Sin Censura en Facebook e YouTube, se analizará el tema en compañía de un panel de expertos.

Crónica sobre la violencia pirotécnica 

Don Mengol, porteador público de 80 años, jugaba dominó con sus amigos, cuando un mozalbete tiró un petardo y la detonación le provocó un infarto fulminante.

Willy, jovencito autista de 12 años, experimentó un ataque de pánico que degeneró en otro de epilepsia que le arrebató la vida un fin de año por la estruendosidad de las detonaciones en su vecindario.

Akira ladró desesperada cuando escuchó las primeras explosiones de Nochebuena. Parecían cuartos de dinamita y quién sabe qué otra cosa, pero corrió despavorida, rompió una verja y se perdió.

La abrazadera, los calmantes y el aceite de cáñamo no la tranquilizaron. Su familia la buscó y cuando la hallaron una de sus patitas delanteras estaba fracturada y sus quejidos de dolor estremecían sus almas.

La Despedida de Año, con mucho pesar para sus dueños, Akira la pasará encerrada en una jaula.

La historia de Chanel, mi perra, es parecida. Con la detonación de pirotecnia, aunque fuera a una milla de distancia, se desesperaba y huía. Llegó, con su lomo, a romper ventanas para entrar a la casa. Con sus patas y colmillos rompió puertas de madera. Escarbó bajo verjas para deslizarse por un hueco, correr e intentar huir cruzando por un portón del vecindario, donde casi muere desnucada al no poder cruzar con su cuerpo.

Una tarde la encontré sin aliento y con los ojos vidriosos. Desesperadamente, soplé su hocico y le devolví el aliento, trasladándose de inmediato a la clínica veterinaria.

¿Qué tuvieron en común los difuntos Mengol y Willy? Que la detonación de pirotecnia les hizo mucho daño…

¿Qué tienen en común Akira y Chanel? Que, como no pocos perros y gatos, tampoco soportan la detonación de pirotecnia. También que sus dueños cada año se apertrechan en el veterinario para, al final, despertar de un leve letargo y ladrar desesperadas.

Hace unos años se reportó de un perro de la Unidad Canina de la Policía que no soportó las detonaciones y murió de un infarto.

La realidad es que la pirotecnia, de manera insospechada, hace su agosto en cada diciembre, burlándose de los agentes de la Unidad de Explosivos de la Policía por su contrabando en las comunidades.

Ahora, con el Proyecto de la Cámara 37,  pretenden comenzar con el relajo en noviembre y también en fechas de julio.

Ha faltado voluntad. De un lado, del Colegio de Veterinarios de Puerto Rico, que -tal y como sucede con tantos fármacos- experimentan bonanza en esta época, pero sin resolver problemas porque lo que recetan es para tranquilizar a las mascotas, no para aislar de su agudo sentido de la audición el desesperante ruido de cada detonación.

¿Los políticos? Bien, gracias. 

Hubo un proyecto, el PS 502, que buscaba prohibir el uso, posesión y distribución de artificios de pirotecnia a los fines de proteger la salud física y emocional de los ciudadanos, proteger el ambiente y prevenir la crueldad animal.

Incluso, contempló la prohibición de su distribución y venta en todo Puerto Rico. ¿Qué pasó? Pasó sin pena ni gloria precisamente por la influencia política de los grandes intereses que se lucran con su venta y contrabando.

En la Despedida de Año no solo sufren las mascotas, sino los ancianos, los enfermos mentales y los niños autistas. 

Tampoco parece que basta que cada año personas se lesionen o pierdan la vida, como ocurrió la madrugada del 1 de enero de 2022 con el estudiante de Berklee, Jared Rodríguez Calderón, cuya familia no se recupera de su trágico e inesperado deceso.

¿Qué otra tragedia se necesita que ocurra para que la policía, los veterinarios y los políticos de turno rescaten el Proyecto 502, lo atemperen a una realidad social que recrudece en Puerto Rico y prohíban para siempre la pirotecnia?

Cruzar sus brazos, recetar calmantes que raras veces funcionan y no regular el uso de la pirotecnia revelan que poco les importan los ancianos, los niños autistas y las mascotas…

Chanel.

Un comentario en “El disparate de la Ley sobre Venta, Uso de Pirotecnia y Fuegos Artificiales en Puerto Rico

  1. Muy lamentable esta decisión porque cada año es insoportable el mal uso de la pirotecnia en este país y la venta sin control que existe.

    Hasta los Municipios para las Fiestas Patronales hacen mal uso y sin control de horarios.

    Solicitamos una reconsideración y enmienda a este proyecto por el daño que hacen estos artefactos a la vida humana, animal y la naturaleza.

    Gracias.

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