Las ‘megaiglesias’ del ‘evangelio diferente’

Por Antonio Spadaro y Marcelo Figueroa

La Civiltà Cattolica

Un impulso fundamental a estas ideas de «prosperidad evangélica» se dio con el denominado movimiento «Word of Faith», que tuvo como principal mentor al pastor y autoproclamado «profeta» Kenneth Hagin (1917-2003).

Una de las características de Hagin eran visiones recurrentes que lo llevaban a dar una interpretación singular de algunos textos muy conocidos de la Biblia.

Tal es el caso, por ejemplo, de Mc 11,23-24: «En verdad os digo que si uno dice a este monte: “Quítate y arrójate al mar”, y no duda en su corazón, sino que cree en que sucederá lo que dice, lo obtendrá. Por eso os digo: todo cuanto pidáis en la oración, creed que os lo han concedido y lo obtendréis».

Estos dos versículos son para Hagin pilares de la «teología de la prosperidad».

Según afirma, la fe milagrosa, para traducirse en obras, debe ser sin incertidumbres, en especial en las cosas imposibles: debe declarar de manera específica el milagro y creer que será obtenido de la manera imaginada.

Hagin también enfatizó otro aspecto: que el milagro deseado se considere como sucedido. Es decir, se debe desplazar su realización del futuro al pasado.

Tanto Kenyon como Hagin comprendieron que la comunicación de masas era un instrumento fundamental para la rápida difusión de sus enseñanzas. El primero se sirvió de su show personal «Kenyon’s Church of the Air» [«La Iglesia del aire de Kenyon»], y el segundo, del programa «Faith Seminar of the Air» [«El seminario de fe del aire»].

Hay algunos predicadores que pueden citarse como continuadores de las teologías de Kenyon y Hagin y de su estrategia de comunicación. El primero de ellos es Kenneth Copeland —que fue «ungido» por el mismo Hagin como sucesor suyo—, con su programa televisivo «Believer’s Voice of Victory» [«La voz de victoria del creyente»], que ha difundido en gran parte del mundo estas doctrinas.

Del mismo modo, Norman Vincent Peale (1889-1993), pastor de la Marble Collegiate Church de Nueva York, alcanzó popularidad con sus libros con títulos elocuentes en su significado: El poder del pensamiento positivo; Cambia tus pensamientos y cambiará todo; Guía para una vida apacible. Peale fue un predicador exitoso que llegó a mezclar marketing y predicación.

En Estados Unidos millones de personas frecuentan con asiduidad «megaiglesias» que difunden estas teologías de la prosperidad. Los predicadores, profetas y apóstoles enrolados en esta rama extrema del neopentecostalismo han ocupado espacios cada vez más importantes en los medios de comunicación de masas, han publicado una enorme cantidad de libros que se han convertido rápidamente en superventas y han pronunciado conferencias que muy a menudo llegan a millones de personas a través de todos los medios disponibles de internet y de las redes sociales.

Nombres como Oral Roberts, Pat Robertson, Benny Hinn, Robert Tilton, Joel Osteen, Joyce Meyer y otros han acrecentado su popularidad y riqueza profundizando, enfatizando y extremando este evangelio.

Joyce Meyer afirma que su programa televisivo «Enjoying everyday life» [«Gozar de la vida de cada día»] llega a dos terceras partes del mundo a través de la radio y la televisión y ha sido traducido a 38 idiomas.

Lo que resulta absolutamente claro es que el poder económico, mediático y político de estos grupos —a los que hemos definido genéricamente como «evangélicos del sueño estadounidense»— los hace mucho más visibles que el resto de las Iglesias evangélicas, también que las de la línea pentecostal clásica.

Además, su crecimiento es exponencial y directamente proporcional a los beneficios económicos, físicos y espirituales que prometen a sus seguidores: bendiciones todas que están muy lejos de las enseñanzas de una vida de conversión propia de los movimientos evangélicos tradicionales.

Si bien surgieron y pasaron después por diversas denominaciones, estos movimientos han recibido no pocas críticas también de los grupos de aquellas iglesias carismáticas que han mantenido su religiosidad evangélica basada en los milagros, las profecías y los signos.

Muchos sectores evangélicos tanto tradicionales (bautistas, metodistas, presbiterianos…) como recientes han criticado con dureza estos movimientos, llegando a denominar lo que proclaman como «un evangelio diferente».

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Foto/Aleteia

Un comentario en “Las ‘megaiglesias’ del ‘evangelio diferente’

  1. ¿Un evangelio diferente ?… Le pondría como jerga boricua » Una gansería diferente», por aquello de predicar el lucro personal, que se obtiene, a través de la fe y «dogmas»de dicha iglesia o religión, mal llamada así. Gansería, aquí como sinónimo de persona codiciosa.

    Me parece increíble cómo estos expertos en propaganda, mercadeo y publicidad saben manipular a la perfección a mentes ambiciosas por ser ricos, amparados en el subterfugio de su fe «cristiana». Es triste y a la vez preocupante que caigan en ello, como «víctimas » inocentes del mal. Basta ya.

    Recordemos la base de la iglesia: Los 10 mandamientos y las enseñanzas de Jesús, con su ejemplo de humildad, solidaridad y amor a todos, sin distinciones de ningún tipo. ¿Ricos o pobres?, eso no importa ante Dios. Somos sus hijos y mientras más espíritu de servicio tengamos ante nuestros hermanos necesitados, más le imitaremos, aunque lo que podamos compartir, sea una sonrisa, un abrazo o compañía.

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