Alcaldes de Vega Baja y Loíza: lo que hay que hacer, lo que han hecho y lo que no quieren hacer con los animales realengos

Opinión/Mascotas

Publicado por RescatistasPR Trabajando Unidos

𝐃𝐮𝐫𝐚𝐧𝐭𝐞 sus años de 𝐢𝐧𝐜𝐮𝐦𝐛𝐞𝐧𝐜𝐢𝐚 𝐥𝐨𝐬 𝐚𝐥𝐜𝐚𝐥𝐝𝐞𝐬 𝐝𝐞 𝐕𝐞𝐠𝐚 𝐁𝐚𝐣𝐚 𝐲 𝐋𝐨í𝐳𝐚, 𝐌𝐚𝐫𝐢𝐨 𝐂𝐫𝐮𝐳 𝐌𝐨𝐥𝐢𝐧𝐚 𝐲 𝐉𝐮𝐥𝐢𝐚 𝐍𝐚𝐳𝐚𝐫𝐢𝐨, 𝐡𝐚𝐧 𝐠𝐚𝐬𝐭𝐚𝐝𝐨 𝐦á𝐬 𝐝𝐞 $𝟕𝟑,𝟎𝟎𝟎 𝐞𝐧 𝐞𝐥 𝐫𝐞𝐜𝐨𝐠𝐢𝐝𝐨 𝐲 𝐝𝐢𝐬𝐩𝐨𝐬𝐢𝐜𝐢ó𝐧 𝐝𝐞 𝐚𝐧𝐢𝐦𝐚𝐥𝐞𝐬, cosa que podría describirse como una estrategia simplista, pero sumamente cruel.

¿Dónde ha estado el esfuerzo de ambos para abordar el problema de raíz? Hasta el momento, ninguno de ellos ha mostrado iniciativa para implementar un plan de esterilización en sus municipios. Mucho menos le han dado prioridad a la creación de campañas educativas sobre tenencia responsable, una acción clave para reducir la cantidad de animales abandonados.

En un intento de justificar su inacción, Mario y Julia, han querido “coger pon” del esfuerzo de los ciudadanos rescatistas. Estas personas, con recursos limitados y financiamiento propio, están haciendo el trabajo que corresponde a los jefes municipales responsables del bienestar público, seguridad y salubridad de su pueblo. 𝐄𝐥 𝐝𝐢𝐧𝐞𝐫𝐨 𝐧𝐨 𝐥𝐞𝐬 𝐟𝐚𝐥𝐭𝐚, 𝐥𝐨 𝐪𝐮𝐞 𝐥𝐞𝐬 𝐟𝐚𝐥𝐭𝐚, a Mario y a Julia, 𝐞𝐬 𝐥𝐚 𝐯𝐨𝐥𝐮𝐧𝐭𝐚𝐝 𝐩𝐚𝐫𝐚 𝐢𝐦𝐩𝐥𝐞𝐦𝐞𝐧𝐭𝐚𝐫 𝐬𝐨𝐥𝐮𝐜𝐢𝐨𝐧𝐞𝐬 𝐫𝐞𝐚𝐥𝐞𝐬 𝐲 𝐬𝐨𝐬𝐭𝐞𝐧𝐢𝐛𝐥𝐞𝐬, humanitarias y de sentido común.

Al igual que el alcalde de Bayamón, que se sacó un albergue de la manga para apaciguar críticas, Mario y Julia han ideado un Comité de Control Animal bajo la Asociación de Alcaldes de Puerto Rico.

Este comité no es más que una fachada burocrática que refuerza la conocida percepción de que, en Puerto Rico, cuando el gobierno no tiene intención de actuar, crea un comité.

El pueblo se enfrenta a una verdad incómoda: 𝐥𝐚 𝐟𝐚𝐥𝐭𝐚 𝐝𝐞 𝐚𝐜𝐜𝐢ó𝐧 𝐝𝐞 𝐞𝐬𝐭𝐨𝐬 𝐚𝐥𝐜𝐚𝐥𝐝𝐞𝐬, 𝐣𝐞𝐟𝐞𝐬 𝐦𝐮𝐧𝐢𝐜𝐢𝐩𝐚𝐥𝐞𝐬, 𝐧𝐨 𝐞𝐬 𝐦𝐮𝐲 𝐝𝐢𝐟𝐞𝐫𝐞𝐧𝐭𝐞 𝐚𝐥 𝐪𝐮𝐞 𝐥𝐨𝐬 𝐚𝐛𝐚𝐧𝐝𝐨𝐧𝐚, 𝐚𝐥 𝐪𝐮𝐞 𝐧𝐨 𝐞𝐬𝐭𝐞𝐫𝐢𝐥𝐢𝐳𝐚, 𝐚𝐥 𝐪𝐮𝐞 𝐧𝐨 𝐜𝐮𝐢𝐝𝐚, 𝐚𝐥 𝐪𝐮𝐞 𝐧𝐨 𝐫𝐞𝐬𝐩𝐞𝐭𝐚 𝐥𝐚 𝐯𝐢𝐝𝐚 𝐝𝐞 𝐬𝐞𝐫𝐞𝐬 𝐬𝐢𝐧𝐭𝐢𝐞𝐧𝐭𝐞𝐬.

Mientras los ciudadanos luchan con las consecuencias del problema, mientras cientos de miles de animales sanos mueren de manera innecesaria, se perpetúa lo que podría describirse como un lucrativo «Negocio de la Matanza de Animales» en la isla.

Es hora de que estos alcaldes pongan fin a la falta de respeto hacia sus comunidades. La inacción y las excusas ya no son aceptables cuando las vidas inocentes están en juego.