Modesta Díaz Segarra: La Invisibilización de la Primera alcaldesa afrodescendiente en Puerto Rico y su legado en la política local

Por Misael Pérez Prieto

Poeta y Ensayista

La historia política de Puerto Rico ha sido narrada, en gran medida, desde una perspectiva que privilegia a las élites criollas y a los grandes protagonistas de la política partidista, relegando al margen a figuras que, aunque fundamentales en la configuración de la vida municipal, han sido invisibilizadas por su origen étnico o su posición de género. Entre estas figuras se encuentra Modesta Díaz Segarra, la primera alcaldesa afrodescendiente de Puerto Rico, cuyo legado ha sido minimizado a pesar de su trascendental impacto en la política local y en la lucha por la equidad de género y raza en la isla.

Juramentó para fungir como alcaldesa del municipio de Hormigueros – aceptó la encomienda de su cargo el 17 de noviembre de 1932 a las 3:00 p.m.

El silencio histórico en torno a Modesta Díaz Segarra

A pesar de que su gestión marcó un precedente en la política puertorriqueña, Modesta Díaz Segarra ha sido excluida de los relatos oficiales que construyen la memoria colectiva de Puerto Rico. Su figura no es ampliamente reconocida en los estudios sobre la participación de las mujeres en la política, ni se le atribuye el mérito de haber sido una pionera en la administración municipal. Esta omisión responde a un fenómeno recurrente en la historiografía puertorriqueña, en la cual las mujeres afrodescendientes han sido doblemente marginadas: primero, por su condición de género en un sistema patriarcal; y segundo, por su ascendencia africana en una sociedad que ha privilegiado la blanquitud como criterio de prestigio y autoridad.

Una trayectoria forjada en la comunidad

Modesta Díaz Segarra no llegó al poder por herencia ni por imposición de las élites partidistas. Su liderazgo emergió desde las bases comunitarias, donde trabajó incansablemente para mejorar las condiciones de vida de los sectores más vulnerables. En un contexto de desigualdad estructural, su ascenso a la alcaldía representó una ruptura con la tradición política que favorecía a los hombres blancos de clase alta como únicos capaces de ejercer la gobernanza. Su gestión municipal se enfocó en la inversión en infraestructura básica, la ampliación de los servicios sociales y la promoción de una administración transparente y cercana al pueblo.

La lucha contra el racismo y el sexismo en el gobierno municipal

A lo largo de su mandato, Díaz Segarra enfrentó una serie de desafíos que no solo provenían de la administración pública, sino también del contexto social y político de la época. La intersección de su identidad como mujer y afrodescendiente la convirtió en blanco de ataques velados y explícitos, tanto por parte de sus adversarios políticos como de sectores conservadores que veían su liderazgo como una anomalía en el sistema político puertorriqueño. Su resistencia ante estos obstáculos es un testimonio de su fortaleza y de su convicción en la capacidad de transformación desde la política local.

El papel de las mujeres afrodescendientes en la política puertorriqueña

El caso de Modesta Díaz Segarra permite abrir un debate más amplio sobre la participación de las mujeres afrodescendientes en la política de Puerto Rico. Aunque la historia oficial ha privilegiado figuras como Felisa Rincón de Gautier, la primera mujer alcaldesa de San Juan, la realidad es que muchas mujeres negras han desempeñado roles fundamentales en el desarrollo de las comunidades puertorriqueñas sin recibir el reconocimiento que merecen. La omisión de estas figuras en la historiografía es sintomática de una estructura de poder que sigue reproduciendo la invisibilización de la negritud en el espacio público.

El legado de Modesta Díaz Segarra en el presente

A pesar de la falta de reconocimiento oficial, el impacto de la gestión de Modesta Díaz Segarra sigue presente en la memoria colectiva de quienes vivieron su administración. Su liderazgo sentó las bases para la participación de más mujeres en la política municipal y demostró que el poder local podía ser ejercido desde una perspectiva más inclusiva y comprometida con las comunidades marginadas. En un momento en el que la representación de las mujeres afrodescendientes en la política sigue siendo limitada, su historia cobra una renovada importancia como símbolo de resistencia y empoderamiento.

Hacia una reivindicación histórica

El caso de Modesta Díaz Segarra es una muestra de cómo la historia de Puerto Rico ha excluido sistemáticamente a ciertas figuras que no encajan en el canon tradicional de liderazgo político. Reconocer su legado no solo implica hacer justicia a su contribución, sino también redefinir el concepto de liderazgo en la isla, incorporando narrativas que reflejen la diversidad étnica y de género de la sociedad puertorriqueña. Es hora de reivindicar su figura, no solo como un hito en la historia política de Puerto Rico, sino como un modelo de liderazgo comunitario que sigue siendo relevante en la actualidad.

Modesta Díaz Segarra falleció en 1996. Foto/Municipio de Hormigueros

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