‘Hostos continúa en el exilio y continúa siendo un proscrito’

Nota del Editor: hoy 11 de enero, en que se conmemora el aniversario 186 del natalicio del prócer Eugenio María de Hostos, es oportuno publicar una reflexión crítica que su nieta Teresa publicó en este medio el año pasado, en la que expone cómo la colonia y el imperio intentan borrar de la memoria popular a los hombres y mujeres ilustres de Puerto Rico.

Teresa María de Hostos

Exclusivo Para Prensa sin censura 

En una ocasión en que mi mamá María Asunción y yo estábamos de visita en casa de don Paco Matos Paoli y doña Isabelita Freyre, don Paco dijo algo que quedó acuñado en mí para el resto de mis días: «En Puerto Rico, que no ha dejado de ser una colonia, se practica y se promueve la pedagogía del olvido». 

Esta máxima de don Paco no dejó de darme vueltas en la cabeza y en la actualidad vuelve porque a mí me parece que, la mayoría de la gente, se ha dejado seducir y arrastrar por ese propósito, ese fin muy bien llevado a cabo. En cuanto a mi abuelo Eugenio María de Hostos, en primer lugar, comenzó por trastocarse la fecha de su nacimiento y la conmemoración de su natalicio cuando, en aras de imitar lo que Estados Unidos había hecho muchos antes: cambiar las efemérides del calendario al lunes más cercano con la idea de alargar el fin de semana. 

Primeramente, el gobierno estableció que el natalicio de Hostos se conmemoraría el segundo lunes de enero. Si bien es cierto que algunas organizaciones políticas y culturales continuaron homenajeando a Hostos el día 11, eso trastornó la malograda memoria colectiva porque al preguntar la fecha de nacimiento de Hostos oí gente contestar el disparate de “el segundo lunes de enero» independientemente de la fecha. 

Eso se hizo no sólo con Hostos sino con el resto de las figuras ilustres incluídas en el calendario puertorriqueño. Posteriormente, varias de las malas administraciones gubernamentales que nos han aquejado sobre todo en los últimos años, hablaban de eliminar días feriados porque en Puerto Rico hay «demasiados días feriados», cuando esa supuesta abundancia se debe a que están incluídas las efemérides impuestas por Estados Unidos. Y lo lograron de la manera más abyecta: hicieron una mezcolanza absurda para conmemorar a los presidentes de EU conjuntamente con «las mujeres y hombres próceres de Puerto Rico». 

Así dieron al traste con Hostos y De Diego, por ejemplo, y sin embargo, añadieron el día de la ciudadanía mal llamada «americana» y más recientemente, el «Juneteenth» los cuales no representan ningún problema en el calendario de días feriados. Ahora bien, aún cuando el Natalicio de Hostos era un día feriado, tanto para empleados del gobierno como para muchos (no todos) de la empresa privada, no significa que hubiera ni el conocimiento ni el respeto básicos por su figura. 

En varias ocasiones oí decir que Eugenio María de Hostos era una calle en Hato Rey, que Hostos «se había ido de Puerto Rico» y que por qué tenía que celebrarse si pasó la mayor parte de su vida fuera de Puerto Rico», y un largo etcétera de idioteces como esas. En la actualidad, hay un mareo y una especie de soberbia pseudointelectual que se adjudica autoridad para dizque desmitificar a personajes ilustres y enlodarlos con el fango megalómano más que para colocarlos en su justa dimensión humana. 

Todo lo mencionado antes, contribuye enormemente en afectar cada día más nuestra endeble y pésima memoria colectiva. En el caso de Hostos, como en el caso de otras egregias personalidades con las que cuenta nuestra historia, implica que Hostos continúa en el exilio y continúa siendo un proscrito. 

Aun así, han olvidado que de nuestros corazones no podrán exiliarlo. El propio Hostos dio esta especie de alerta para que sirva de recordatorio: «Los pueblos deben consagrar sus grandes natalicios, no tanto a regocijarse, cuanto a examinarse; no tanto a enorgullecerse, cuanto a estimularse; no tanto a hincharse de vanidad, cuanto a robustecerse de conciencia». 

Nos falta memoria. Debe ser porque nos falta mucha conciencia.