JAIME TORRES TORRES
Fan del binomio Blades-Colón
Hoy me voy a quitar el sombrero de cronista cultural que durante las pasadas cuatro décadas ha documentado el acontecer musical nacional.
Hoy me olvidaré del diploma.
Ahora no escribe el periodista que reseñó los discos y conciertos del binomio Willie Colón-Rubén Blades.
Tampoco se expresa el reportero que cubrió sus conferencias de prensa y los entrevistó en decenas de ocasiones.
Prefiero expresarme como el simpatizante que, desde mucho antes de cursar un grado universitario en Periodismo y Radio, escuchó y tarareó “El cazanguero”, “Pablo Pueblo”, “Plantación adentro”, “Pedro Navaja”, “Manuela” y “Ligia Elena”.
Hoy escribe el melómano, entonces un estudiante universitario de escasos recursos que se quedó a pie la tarde que usó el pasaje de la guagua pública que lo llevaría a su domicilio para comprar los 8-Tracks de “Maestra Vida Vol. I y II”, acabaditos de salir en 1980.
Escribe el Fan, sí, en mayúscula, que atesora en dvd el concierto “Una sola casa: Latinoamérica unida”, producción de Promotores Latinos en que Blades y Colón, en la Sala Antonio Paoli del Centro de Bellas Artes de Puerto Rico y con el acompañamiento de la Orquesta Filarmónica Arturo Somohano, interpretaron parte de los álbumes “Maestra vida”, “Solo”, “Fantasmas” y “Canciones del Solar de los Aburridos”.
El fiebrú que compró sus discos en los formatos de cartucho, casete, elepé y cd y que los ha vuelto a adquirir en vinilo de 180g.
El coleccionista e historiador a quien gentilmente Willie le escribió el prólogo del libro sobre la historia de Héctor Lavoe.
El ciudadano que sirvió de puente para que Rubén, con el desprendimiento y la solidaridad que le caracterizan, ayudara a la niñez pobre de Loíza. El mismo Rubén al que un sábado temprano le cambiamos la agenda sin consulta previa y en vez de Loíza lo llevamos a Radio Universidad a una entrevista, mereciendo las expresiones de su molestia e incomodidad. [Esa mañana conocí su carácter, puntualidad y formalidad.]
Como quien suscribe, de seguro, Rubén y Willie tendrán miles de admiradores alrededor del mundo y en cada latitud, posiblemente gente que en algún momento los miraron como amigos. [Maestra Vida, camará, te da y te quita, te quita y te da…]
Personas, como nosotros, que siempre acariciaron la esperanza de un reencuentro tras la demanda que en 2007 Colón radicó por cobro de dinero contra Blades a nivel federal, luego de casi un lustro del concierto “Siembra, 25 años después”, celebrado a casa llena en mayo de 2003 en el Estadio Hiram Bithorn en una presentación de Ariel Rivas y César Sainz.
Duele la presente controversia tras el lanzamiento [realmente el reconocimiento del Grammy] de la reposición de la secuencia de “Siembra” en su 45 aniversario con la Orquesta de Roberto Delgado.
Entristece porque [ojalá nos equivoquemos] acentúa el abismo que los distancia, cuando podrían, 45 años después, continuar cosechando laureles con el disco más exitoso en la historia de la salsa.
Rubén, con 75 años, y Willie, de 73, se encuentran -aunque Colón un poco más frágil- en salud física e intelectual como para sentarse a componer; escribir una secuela de “Siembra” y presentarla al mundo como respuesta a la presente coyuntura sociopolítica mundial.
Quizás no es factible grabar, pero sí recorrer los escenarios mundiales con una serie de conciertos en que no solo interpreten el cancionero de “Siembra”, sino los éxitos de “Metiendo mano”, “Maestra Vida”, “Canciones del Solar de los Aburridos”, “The Last Fight” y “Tras la tormenta”, aparte de sus hits por separado. [He de admitir que el sonido de Willie Colón no tiene comparación o como cantó Lavoe: con Willie Colón se baila mejor.]
No es una utopía; realmente era una gran posibilidad si limaban asperezas y si Colón se disculpaba por la pérdida de tiempo y dinero que representó demandar para al final retirarse.
Los egos pudieron más que el compañerismo y la admiración mutua que los unió en 1975 en la sesión de “The Good, The Bad & The Ugly”, en que con “El cazanguero” se alzó el telón de uno de los binomios más excitantes de la historia de la salsa, género que revolucionaron por la sapiencia y pertinencia sociopolítica de sus canciones.
Para el melómano, la controversia Blades-Colón es absurda. Quizá es que pienso, con reverencia, en su contribución a la cultura popular y en el chance de reconquistar nuevas generaciones con su salsa para que el latino use la conciencia.
La fractura de su relación es tan inverosímil como pensar en un distanciamiento, de estar vivo, entre John Lennon y Paul McCartney o imaginar desavenencias entre Cortijo e Ismael Rivera.
Coño, ¡qué mucho extraño a Héctor Lavoe!
Escribió Jaime Torres Torres, el salsero y admirador del binomio Colón-Blades.
Abrimos el hilo…


Saludos Jaime: Ojalá se pudiera dar ese reencuentro, pero creo que ahora el abismo q los separa es más hondo. Un abrazo.
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El ego, aunque se justifique el motivo que se pudiera esgrimir para justificar una postura, es una rémora en la vida. A veces tenemos que mirar el macro. Un abrazo!
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Porque extrañas a Hector Lavoe? Obviamente todos el mundo 🌎 extraña a Hector!!,,que quisistes decir?
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… que sí Héctor estuviera vivo estaría trabajando con Willie [su inteligencia emocional era robusta y no se hubiese distanciado por egos].
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La 🎶 creada e interpretada por por Blades y Colon, es una joya musical. Me encantaría volverlos a ver juntos interpretando todas esas canciones que forman parte de mi vida y de muchos..lamentablemente como usted dice, pudo más el ego, q el compañerismo..pero….nada es imposible y creo en los milagros…
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