Nota del Editor: Tercero de una serie de artículos. Prensa sin censura agradece a la autora su excelente, oportuna y reveladora colaboración.
Dra. Martha Quiñones Domínguez
Especial para Prensa sin censura
La economía empática se ubica desde el lado de la comunidad para entender, comprender y compartir los problemas desde la perspectiva del otro (incluso las emociones y los sentimientos), conocer lo que los demás necesitan y entender ese otro punto de vista, para conectar con las personas.
Es investigación acción participativa “un proceso por el cual miembros de un grupo o una comunidad oprimida, colectan y analizan información, y actúan sobre sus problemas con el propósito de encontrarles soluciones y promover transformaciones políticas y sociales”.
Por ejemplo, permite sentir la pobreza, sentir la exclusión y entender lo que sucede para trabajar el problema desde adentro.
Una de sus herramientas es escuchar para concebir el otro punto de vista. Para cambiar las prioridades al enfrentar la forma de resolver los problemas. Para organizar la sociedad y la economía de una forma diferente donde la gente importa, la educación, la salud, los ancianos/as, los niños y niñas, el medioambiente, la alimentación, la vivienda, entre otros que son claves en la agenda.
Es una economía que coloca primero a las personas y el medioambiente y a la vez genera riquezas y valor económico pensando en la calidad de vida.
En todos se busca resolver problemas sociales y económicos ordenando las prioridades colectivas, estableciendo criterios para las propuestas económicas, pero pensando en la gente y su bienestar, que construye capacidad y la optimización de los sistemas de soporte necesarios.
Así podemos decir que es el conjunto de actividades realizadas que satisfagan las necesidades y generen riquezas e ingresos afirmado en relaciones de solidaridad, cooperación y reciprocidad que privilegien al ser humano y el trabajo. Es desde el corazón porque entiende y trata a las personas; es un análisis crítico y dialéctico que permite entender la dimensión de la economía en la búsqueda de soluciones.
La economía empática es intangible, representa el valor de todas las relaciones que posee la sociedad, situación que no se puede medir, pero si apreciar. Es el trabajo en equipo y solidario que crea redes sociales de apoyo y discusión-análisis continuo. Depende de la capacidad perceptiva, que es por donde incorpora el mundo, es su forma de entender la liberación del ser humano de la esclavitud a la que le somete la economía capitalista-neoliberal-dependiente.
La empatía como herramienta social permite responder a las crisis económicas y sociales de manera que podamos ver los aspectos económicos, ambientales y sociales desde el otro lado y poder crear una economía que responda a las personas y que integre a todos en la sociedad y a la vez sea solidaria. Es devolverle la economía a las Ciencias Sociales e impartirle más poder de cambio y transformación social. Es hacer economía de resistencia, donde la capacidad del ser humano se utiliza para hacer frente a la crisis, superarla y transformarla, fortaleciéndose como sociedad y sembrando esperanza. La empatía funciona con redes que transmiten información y que conectan, que se enlazan de forma transversal y de ahí que hablemos de la planificación transversal (similar a una columna vertebral), donde la empatía es la médula (espinal) y la resistencia es la sangre que la transforma. Por eso podemos hablar de economía de la liberación y descolonización.
La economía con inteligencia social
La economía con inteligencia-social es una herramienta de educación y trabajo para comunicarse de forma empática, con autoconocimiento, con información de lo que escucha y es asertiva, respetando a los demás. Es una economía apoyada en la investigación científica, con aportaciones de apoyo social y con eficiencia económica, es inteligencia colectiva que ayuda a diseñar estrategias económicas y sociales, una economía más conectada con el ser humano, más inteligente, que responda a la sociedad y no a los intereses económicos.
Permite hacer la economía eficiente porque estudia y entiende los problemas, busca soluciones, innova y crea para entender a los otros. De esta manera se diseñan políticas que responden a las necesidades y objetivos sociales, pero conectando a las personas para que podamos entender, donde la empatía es una herramienta de gestión social, que depende de nuestra capacidad intelectual para interactuar, conectar y entender.
La economía con inteligencia social es parte de la economía empática, integra los aspectos del género, de la equidad, de los derechos humanos, problemas ambientales, de raza, para conectar con los demás, y utilizar esas capacidades humanas para gestionar los recursos y establecer relaciones positivas, es una forma de hacer economía más eficiente, con menos recursos, pero pensando en la gente.
La clave de la economía con inteligencia social es poder innovar, poder crear y lograr empatía social, utilizando esos saberes, esos espacios intersticiales y formas de actuar para desde ahí construir. La llamamos economía con inteligencia social y empática, utilizando ese concepto para integrarlo a la economía, de manera que podamos crear una economía diferente, una economía empática o economía de la liberación, es lo que Eugenio María de Hostos señalaba como poder social para transformar la sociedad.
La economía desde la perspectiva dominante (neoliberal-dependiente) no habla de la sociedad, del ser humano, de las necesidades y los ciudadanos como agentes de su propio cambio, es excluyente y no fomenta la equidad. En este enfoque todo cambio se debe hacer con un proceso de planificación, donde identifiquemos los problemas y definamos la visión de país que queremos de forma transversal, como cuestiones sociales, la educación, la lucha contra la pobreza, la protección del ambiente, la ciudadanía, la cuestión de género, la cuestión de raza, la diversidad, los derechos humanos, etcétera, que se atraviesan de forma transversal.
La economía empática con inteligencia social es presentar una nueva forma de hacer la economía y construir la sociedad de forma inteligente y colectiva. La transversalidad permite poder conectar todo y eliminar o controlar esas desconexiones sociales que existen. Habla del ser humano, su bienestar y felicidad, de las conexiones geográficas, ambientales, urbanas y sociales, de género, de raza, de la cultura como un elemento importante al hacer economía, de conservar el ambiente y la salud, es atar esas consecuencias inesperadas en la economía intersticial, que busca esos espacios para llenarlos y funcionar.
La planificación transversal es diálogo social, es participación y es compromiso; se ha convertido en un proceso articulador que permite interrelacionar cada sector económico con la sociedad y el medioambiente. Es concebir lo transversal como el enfoque para conseguir la transformación. La planificación transversal es un proceso continuo, que establece la transversalidad como una herramienta que articula y da seguimiento a todo en la sociedad, pero que, además, es capaz de cambiar y retroalimentarse de todo los que se hace, evaluando continuamente las acciones y políticas públicas.
Crea ejes dedicados al proceso de formación de capital nacional, investigación y renovación del capital utilizando el instrumento de ejes transversales con el fin de dar un enfoque integrador de carácter interdisciplinario que recorren la totalidad de la economía con la finalidad de crear condiciones favorables para proporcionar el desarrollo local y endógeno integrándolo al desarrollo exógeno.
La planificación transversal es esa forma de ver la economía y la sociedad de manera integrada, como una gran columna vertebral o espina dorsal, que le da movimiento, fuerza, une, articula y nutre la economía y la sociedad, además de articular los diversos planes regionales, de desarrollo y crecimiento económico, social, cultural y ambiental y ayudar a desarrollar la economía con diversos movimientos de forma flexible (doblarse, rotarse o torcerse). Existe una relación empática y simbiótica entre todos los componentes económicos, sociales, culturales y ambientales donde cada uno es diferente y necesario.
Es lo que le da articulación e integración a la economía con la sociedad: es articular el conocimiento que surge de los diferentes aspectos de la realidad, los incorpora en el desarrollo y se convierten en ejes. Lo transversal lleva a adquirir capacidades conceptuales (conocer hechos, información, etcétera), actitudinales (formas de ver la vida, de reaccionar, etcétera) y procedimentales (formas de hacer las cosas, metodologías, etcétera) para abordar las situaciones sociales.
Los ejes transversales interactúan interdisciplinaria, multidisciplinar y transectorialmente, por lo cual es necesario introducir cambios de mentalidad, empezando por cuestionar abiertamente los modelos económicos, proponiendo alternativas, de ahí la propuesta alternativa.
Los ejes transversales están fuertemente vinculados con las estrategias de diálogo y participación, con investigación y desarrollo, innovación y creación. Eso es economía del conocimiento con la comunidad; es la universidad trabajando con la gente; es crear nuevos conocimientos utilizando los viejos conocimientos.
Las instituciones pueden aprovechar los ejes transversales para caracterizar y definir su propia identidad, de acuerdo con las orientaciones que se deseen impartir. Es menester incorporar los ejes transversales en el modelo de desarrollo, que requiere de una planificación y de un diseño que permitan articular las diversas unidades productivas, las regiones, los productos y la simbiosis industrial-comercial, para que esta unión se haga en forma racional y coherente.
La planificación transversal del desarrollo permite articular políticas públicas de desarrollo, que favorezcan el crecimiento, y, a la vez, podemos evaluar y transformar los procesos que no cumplen o que podamos identificar como no compatibles, pero en especial permite sacarlos de las manos de los políticos de turno y dar la participación y el diálogo que los actores sociales requieren para que se apoderen del mismo y se comprometan.
El elemento importante, y que es transversal, es el diálogo social acomo elemento que apodera a los ciudadanos, lleva al compromiso de lo que será la economía empática. La planificación desde arriba no funciona, no logra compromiso, debemos mirar el desorden y desde ahí comenzar a planificar transversalmente, desde abajo hacia arriba, en esos espacios intersticiales.
No te pierdas mañana el cuarto artículo de esta serie, titulado “Enfoque alternativo, consecuencias inesperadas”, y comparte este contenido en tus redes.

