JAIME TORRES TORRES
Periodista y Editor
PRENSA SIN CENSURA
El accidente en Cayey, en que un sujeto de 78 años atropelló a seis personas que desde la plaza de recreo Ramón Frade León disfrutaban, junto a una nutrida concurrencia, de un espectáculo que se celebraba en la Casa Histórica de la Música Cayeyana, podría salirle caro al alcalde Rolando Ortiz, quien insiste en un pueblo peatonal seguro, pero olvida que sin patrullaje de la policía estatal y sin guardia municipal eso no es posible.
Según la pesquisa de la policía, Roberto Rodríguez Valentín manejaba su carro Suzuki Vitara, color negro, año 2005 por la calle Nuñez Romeo y al llegar a la altura de la plaza pública, perdió el control y atropelló a seis personas, identificadas como Carmen M. Ortiz, de 58 años, Carmen M. Rivera, de 71, Arturo Colón, de 71, Carmen A. Ortiz, de 75, William Ortiz, de 51, y Dayana Robles, de 53 y quien fue transportada al Centro Médico de Río Piedras en condición de gravedad.
El problema del alcalde, según informaron varios residentes de Cayey, es que insiste en usar la Casa Histórica de la Música Cayeyana como espacio para parte de los espectáculos en vivo. Por lo tanto, se reúne mucha gente en el borde de la calle.
Ya que Cayey carece de policía municipal, lo ideal sería que los músicos toquen en la concha acústica y las personas se acomoden en el medio de la plaza, recomendaron algunos constituyentes. En otras palabras, el alcalde no usa el espacio correctamente.
La Calle Nuñez Romeu, la del accidente, es muy estrecha por la construcción de amplias aceras en que la gente coloca sus sillas y mesas al borde de la misma.
En la calle paralela a la del accidente, la José de Diego, hubo tres restaurantes, que aparentan estar cerrados. Cuando abrieron acostumbraban poner sillas y mesas en la vía vehicular, a pulgadas de los carros que transitan por el lugar.
Se incluyen dos videos: uno de una actividad en la Casa Histórica de la Música Cayeyana y otro capturado por las cámaras del lugar durante el accidente.
Son muchos los constituyentes que han criticado el diseño de las aceras anchas para acomodar mesas, la cantidad de barras y restaurantes, la falta de estacionamiento, las calles cerradas, la falta de rotulación por los cambios en el tránsito y la inexistencia de policía municipal, que es indispensable en un ayuntamiento que se promueve como destino turístico.
Las personas que asisten a las actividades en la Casa Histórica de la Música Cayeyana son, en su mayor parte, adultos mayores. La calle es extremadamente estrecha y no hay espacio para maniobrar, aún si la plaza estuviera desierta.
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La acera frente a la Casa Histórica de la Música Cayeyana no debe usarse como «tarima» para los músicos, coinciden las personas que se comunicaron con Prensa sin censura.
“Eso obliga a los asistentes a verlos justo al lado de los kioskos, con las mesas y sillas a pulgadas de una calle estrecha. Caramba, hay una concha acústica enorme en la plaza. Esa es la tarima donde los músicos tienen y merecen estar. Frente a la concha hay un espacio enorme para que los asistentes puedan llevar sus sillas y disfrutar seguros. Casi imposible que un carro llegue hasta allá”, dijo un empleado municipal que no quiso identificarse por temor a represalias.
Todo parece indicar que por la falta de planificación y seguridad, el municipio de Cayey podría enfrentar una demanda millonaria por daños.
Afortunadamente, nadie perdió la vida.
Declaraciones autorizadas del alcalde de Cayey, Rolando Ortiz Velázquez
“Este ha sido un hecho lamentable, y sobre todo inexplicable, porque nunca antes habíamos experimentado algo así en el centro urbano. De hecho, en el diseño y reconstrucción de la plaza pública se tomaron en consideración estrictas medidas de seguridad de tránsito para la plaza y calles aledañas. Deseo expresar nuestros deseos de recuperación a los involucrados, y agradecer la rápida atención de las personas que se encontraban en la plaza y ayudaron a manejar la situación”.
Prensa sin censura 
He estado en la Casa de la Cultura en Cayey y es un lugar acogedor. No habría ningún impedimento para que esté abierta -y venda sus refrigerios y piscolabis- cuando haya actos en la concha acústica. Para algo la construyeron…. ¿o será otro tumbe?
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