Residente: ¿conveniente o decadente?

Editorial

JAIME TORRES TORRES

Periodista y Editor

PRENSA SIN CENSURA

Después de escuchar “Bajo y batería”, la descarga de Residente contra Cosculluela, con tristeza admito que ya es obvia la decadencia en el contenido de las letras del popular exponente urbano.

¿Conveniencia? Anoche acumulaba en YouTube 4.3 millones de vistas y en Spotify y otras plataformas de streaming millones de tocadas.

¿Lo podría hacer de otra manera? Si, pero es el negocio. Residente rapea pa’ las gradas porque hay un sector que disfruta de la violencia de este tipo de líricas, una especie de morbo de la cultura hip-hopera, en que la sangre parece correr pero nunca llega al río del ‘Show Business’.

Atrás parece que quedó la valiente denuncia anticolonial de “This Is Not América”. Pero ahora, con su virtuosismo para la rima, arsenal retórico y dominio de la poesía urbana, destruye al Coscu en el momento de su desgracia personal.

Un poco de historia

La sapiencia y el verbo revolucionario de Residente fue evidente en “Querido FBI”, su respuesta al asesinato de Filiberto Ojeda Ríos en 2005. Luego el grupo Calle 13, entonces talento exclusivo de White Lion Records, firmó un contrato multimillonario con la transnacional Sony Latin.

La primera entrega de René Pérez y sus hermanos Eduardo e Ileana Cabra, hoy iLe, incluyó temas como “La aguacatona”, “Hormiga brava”, “Vamo animal” y “La madre de los enanos”.

Hubo dos versiones: la de letras explícitas y contenido no apto para menores y la limpia, que en verdad tuvo poco de pulcritud.

Pensamos: “bueno, después de su descarga contra los federales por la emboscada y asesinato de Filiberto, Calle 13 busca su nicho en la música urbana”.

El segundo disco siguió la línea del primero y se observaron señales de cambio (tal vez madurez y sofisticación) cuando en “Los de atrás vienen conmigo” Calle 13 grabó “La Perla”, hace 15 años, con Rubén Blades.

Desde entonces, las colaboraciones con luminarias de la canción de contenido social se sucedieron unas tras otras, llegando Calle 13 y Residente a lugares insospechados en el espectro de la música urbana internacional y barriendo en los Grammy, acumulando más de una treintena.

Las colaboraciones de René con Mercedes Sosa (“Un niño en la calle”), con Serrat (“Nada personal”) , Silvio Rodríguez (“Ojos color sol”) y Susana Baca (en “Latinoamérica”, también con Lucecita en vivo) catapultaron su carrera e imagen a otro nivel.

Su combatividad a políticos de dudosa reputación como servidores públicos, como Luis Fortuño y Jorge Santini, y su militancia en la cruzada contra el corrupto Ricardo Rosselló en el verano de 2019 terminaron de convencer a no pocos que Residente era el nuevo juglar de la canción social y de denuncia política.

El disco “Residente” y su mega éxito “Hijos del Cañaveral” consolidaron su proyección como un artista de un discurso en plena evolución estilístico y de contenido de sobrada pertinencia y actualidad social.

Pero, los que lo idealizamos por el desierto de autenticidad que caracteriza la música popular contemporánea, comprendimos rápido que René nadaba entre dos mares: el de la música con conciencia y la del ‘Flow hijo e puta’, como grabó con Don Omar.

Imaginamos el dilema y la lucha interna que en términos éticos, artísticos e intelectuales debe librar porque pienso que es imposible complacer a dos públicos: a la fanaticada joven que le gusta el ‘maleanteo’ y el ‘bellaqueo’ y el público selecto que prefiere escuchar música, aunque sea urbana, para pensar acariciando la esperanza.

Las tiraderas a Tempo, J. Balvin y ahora a Cosculluela revierten en ganancias en metálico. Las colaboraciones con Serrat y Mercedes no. Hay que vender cervezas [promueve la Residente en su rap] y capitalizar el streaming.

Al final del día, según la opinión de este periodista que lleva más de 30 años cubriendo el acontecer musical local e internacional, es un asunto de credibilidad. Hay quien dirá que es ‘marketing’ y teatro porque quien cantó el ‘Flow Hijo e Puta’ y ahora le tira a Cosculluela es Residente y el que cantó “Hijos del Cañaveral” y “This Is Not América” posiblemente René Pérez.

¿Del cañaveral a la molienda? ¿Del pináculo creativo a la decadencia? ¿De la conciencia al negocio? Residente y René, en su contradictoria dualidad y en el presente desierto de creatividad, tienen todo el derecho a grabar lo que les venga en gana en una cultura urbana donde hoy amanecimos con unas estrellas y mañana con unos estrellados…

“Bajo y batería” es una descarga de odio y violencia que tiene implícito su trasunto político e ideológico. Cosculluela, el anexionista penepé, respondió al nacionalista rapero en la lógica y deliberada saga del morbo de la sangre urbana que nunca llega al río…

Sugerencia: no ataque al emisor, debata sus ideas con argumentos fundamentados y no fundamentalistas.