Jaime Torres Torres
Periodista y Editor
Prensa sin censura
A Filiberto lo saludan en su cumpleaños 90 gente de la lucha y parroquianos en general que este 26 de abril llegan al cementerio del Río Blanco de su natal Naguabo para depositar flores en su panteón mientras se leen poemas y se entona La Borinqueña revolucionaria a su memoria, tras casi 18 años de su asesinato en su casa en Hormigueros durante una emboscada del FBI aquel humillante 23 de septiembre de 2005, Día del Grito de Lares.
Filiberto fue recordado, desde el magisterio de Ernesto Guevara ‘El Che’, como un revolucionario del Amor. Así lo señaló su viuda Elma Beatriz Rosado en una entrevista exclusiva con Prensa sin censura que conserva la actualidad de 2021..


“El amor es la cualidad más linda de un revolucionario, palabras inspiradas por Ernesto Guevara […] Esa revolución que personas como Filiberto hacen, la hacen en nombre del amor, de la humanidad y en nombre de la dignidad. Filiberto sentía que toda su lucha era para sus hijos. Él veía a los puertorriqueños como a sus hijos. Los sacrificios que hizo de estar ausente de su Familia eran para estar junto a su Familia extendida, que eran los puertorriqueños. El visualizaba un Puerto Rico donde todo el mundo tuviera acceso al trabajo y donde no estuviéramos dependiendo, como pasa comúnmente en Puerto Rico, que los políticos van a Washington a pedir dinero y regresan con los titulares de los millones que consiguieron para Salud y Educación. No. Filiberto pensaba que en Puerto Rico se debía incentivar el trabajo y hacer esfuerzos para que Puerto Rico produjera lo básico para sus necesidades básicas”, dijo Elma Beatriz.
También reflexionó sobre la urgencia de educar integralmente al País sobre el derecho de los pueblos a la autodeterminación.
“Filiberto planteaba que era necesaria una transferencia de poderes. Hostos decía que para poder elegir, uno debía elegir desde una soberanía. Uno tenía que ser dueño de su propia conciencia, algo que ha sido carcomido por Estados Unidos. Filiberto decía que cuando el pueblo haya experimentado la soberanía no tendría problema en conservarla”.
Otro reto que enfrenta la lucha por la liberación nacional es superar la polarización, tribalismos y antagonismos, incluso en las lides nacionalistas e independentistas.
“Filiberto decía: ‘la unidad entre las luchas populares y la lucha por la liberación e independencia guardan una relación políticamente muy estrecha. El germen de la liberación está presente en el pueblo y ahí está el espacio de una genuina vanguardia revolucionaria que puede estar en posición de ir unificando a todas las luchas populares en una de contenido liberador y justiciero’. Filiberto pensaba que la unidad entre los puertorriqueños era fundamental, vital y necesaria. Era importante que nos acercáramos los unos a los otros y no necesariamente desde el independentismo como única solución. Él era independentista y estaba con sus compañeros independentistas, pero también invitaba al pueblo que no lo era”.
Una herida que no se ha sanado ni cicatrizado fue el asesinato de Filiberto Ojeda Ríos el 23 de septiembre de 2005, Día del Grito de Lares. “Vuelvo a hablar de la educación y de las actitudes de las administraciones colonialistas que hemos tenido en Puerto Rico. Una de las cosas que mencionaba Filiberto era con respecto de la sicología del colonizado o esa actitud que se impone mayormente aquí a través del sistema de educación, porque en las guías que tenemos en el Departamento de Educación es increíble que Eugenio María de Hostos no figure. Muchas veces los fondos federales que vienen llegan marcados con unas cláusulas de cómo usarlos. Estar como una rémora de Estados Unidos es una situación indigna. Es momento que esto se resuelva. Si la gente supiera cuál es el destino o cómo se podría uno gobernar sin tener que estar sometido a los dictámenes de una nación extranjera”.
Consciente de la fragmentación del independentismo, en el mensaje del 23 de septiembre de 2005 Filiberto aludió a la necesidad urgente del consenso.
“Que fueran generosos y estuvieran enfocados en lo que era necesario hacer y no estar pendientes a las peleas chiquitas. Él hacía la invitación a cada uno desde su trinchera: a los que luchaban desde la plataforma electoral, desde los movimientos políticos y comunitarios, y desde las organizaciones sin fines de lucro. El instaba a que todo el mundo se educara y desarrollara una conciencia para nosotros de que lo importante tiene que ser Puerto Rico y no pensar en nosotros mismos, sino en lo mejor para Puerto Rico”.
Antes de retornar al clandestinaje, Filiberto trabajó con tesón en pro del Frente Popular para la Salvación Nacional. “Era una organización que incluía otras organizaciones, compañeros individuales, puertorriqueños y puertorriqueñas, inclusive había personas que creían en la estadidad. Esa organización lo que pretendía era unir a los puertorriqueños y dar a conocer cuales son las luchas y trabajos que hace uno y el otro y se desarrolla orgullo por el trabajo propio. Fue un proyecto de mucha energía en el que participaron puertorriqueños y puertorriqueñas de toda índole. Hubiese tenido un buen final, pero luego de eso tuvo que acudir al clandestinaje. Pienso que era un proyecto mágico y buenísimo para los puertorriqueños”.
Iluminada por el magisterio de Filiberto, esta mujer de la Patria advirtió que si bien otras épocas tuvieron sus heroínas y héroes que lucharon y trascendieron como signos de resistencia, no se puede pretender un relevo de mártires ni menos esperar por la llegada de un nuevo mesías o salvador.
“Muchas veces me encuentro con personas que me preguntan dónde está ‘el o la’ que nos van a ayudar. Mientras preguntamos eso, la otra pregunta sería qué estoy dispuesto a hacer y hasta dónde estoy dispuesto a avanzar. Cada uno de nosotros tiene una responsabilidad. No se trata de venir a esperar un mesías o una figura que lo va a resolver todo. Creo que si nosotros somos conocedores, conscientes desde nuestras propias capacidades y si seguimos los pensamientos de Betances, de Hostos, Filiberto y Albizu, si nosotros estudiamos nuestra historia y si nos hacemos conscientes de nuestro deber para con la Patria, nos podemos conectar los unos con los otros para adelantar la Patria y lograr que Puerto Rico sea un Puerto Rico digno. Las fuerzas se constituyen cuando uno se une al otro. Debemos dejar de mirar a las gradas para ver de donde va a salir ese líder. Reconozco que hay personas con capacidad de liderato. Ojalá que se puedan unir con las personas que buscan alguna guía. Pero dentro de cada uno de nosotros hay una energía potencial que tenemos que echar a andar para hacer lo que hay que hacer”.