La inmunidad natural es superior

Dr. José W. Rodríguez Zayas

Inmunólogo

La inmunidad adquirida de una infección anterior de COVID-19 brinda una protección fuerte y duradera contra los resultados graves de la enfermedad a un nivel «tan alto, si no más alto» que el proporcionado por las vacunas de ARNm, según un estudio publicado por la prestigiosa revista The Lancet.

Los investigadores realizaron una revisión sistemática y un metanálisis de 65 estudios en todo el mundo, lo que proporcionó evidencia abrumadora para respaldar lo que muchos científicos, médicos y estudios han dicho desde el comienzo de la pandemia de COVID-19.

Esta revisión proporciona una evaluación exhaustiva de la literatura científica sobre la protección contra la infección posterior por SARS-CoV-2, la enfermedad sintomática y la enfermedad grave (hospitalización o muerte) que brinda la infección previa por variante y por tiempo desde la infección inicial.

El estudio encontró que la inmunidad adquirida a partir de la infección a menudo era mucho más sólida y disminuía constantemente más lentamente que la inmunidad de dos dosis de una vacuna de ARNm.

Los resultados muestran que los altos niveles de protección, en promedio superiores al 85%, están presentes para las variantes ancestrales, alfa, delta y beta en los tres resultados (infección, cualquier enfermedad sintomática y enfermedad grave). Los investigadores encontraron que la inmunidad natural era al menos 89% efectiva contra enfermedades graves, hospitalización y muerte para todas las variantes de COVID-19 diez meses después de la infección.

También proporcionó una protección del 79% contra la reinfección para todas las variantes excepto ómicron BA.1, para la cual la protección fue del 45%, pero esta infección produjo síntomas leves.

El análisis muestra el nivel sustancialmente reducido de protección contra la reinfección o cualquier enfermedad sintomática a menos del 55% para la variante ómicron, pero esa protección contra la enfermedad grave de la variante ómicron parece mantenerse en un nivel alto. Solo se identificó una pequeña cantidad de estudios que evaluaron la protección contra infecciones pasadas contra sublinajes ómicron como BA.2, BA.4, y BA.5.

En general, los hallazgos para los sublinajes de ómicron mostraron una protección significativamente reducida cuando la infección anterior fue anterior a ómicron. Cuando la infección pasada fue ómicron, la protección se mantuvo en un nivel más alto, aunque menor para BA.4 y BA.5, lo que confirma el mayor escape inmune asociado con este sublinaje.

Estos hallazgos fueron corroborados por otras revisiones y estudios que incluyen hallazgos in vitro, estudios mecánicos de infección y estudios de modelado. La inmunidad conferida por la infección incluye respuestas tanto humorales como celulares y existe evidencia de inmunidad diversa de células T y respuesta de células B de memoria a los antígenos de la proteína espiga de SARS-CoV-2, además de otros objetivos proteicos, que podrían conducir a una inmunidad más sostenida con mayor protección contra las diversas variantes de COVID-19.

Este mecanismo opera junto con el valioso papel de la inmunidad natural de las mucosas como barrera de protección. La inmunidad natural entre variantes cruzadas más débil con la variante ómicron BA.1 y sus sublinajes respalda aún más el efecto que tienen las mutaciones de la proteína espiga para evadir la inmunidad en ómicron, en comparación con otras variantes.

En una reunión del Comité Asesor sobre Prácticas de Inmunización de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de octubre de 2022, los CDC presentaron datos que muestran que la inmunidad adquirida por las vacunas después de dos o tres inyecciones se redujo a cero seis meses después de la inyección y luego se volvió negativa.

En resumen, el estudio de Lancet afirmó que «aunque la protección contra la reinfección de todas las variantes disminuye con el tiempo, este estudio sugiere que el nivel de protección que brinda la infección previa es al menos tan alto, si no más alto, que el que brinda la vacunación de dos dosis» utilizando vacunas de ARNm de alta calidad”.

La protección contra infecciones pasadas contra la reinfección por variantes pre-omicron fue muy alta y se mantuvo alta incluso después de 40 semanas. La protección fue sustancialmente menor para la variante ómicron BA.1 y disminuyó más rápidamente con el tiempo que la protección contra variantes anteriores produciendo síntomas leves, no obstante, la protección contra la enfermedad grave fue alta para todas las variantes. Los autores argumentaron, en base a sus hallazgos, que la inmunidad natural debe reconocerse junto con las vacunas cuando las autoridades estén considerando restringir los viajes, el acceso a lugares, y el trabajo en función del estado de inmunización.

Referencia

Past SARS-CoV-2 infection protection against re-infection: a systematic review and meta-analysishttps://www.thelancet.com/journals/lancet/article/PIIS0140-6736(22)02465-5/fulltext

El ARNm de la vacuna COVID-19 circula al menos 28 días después de la inyección

En un sorprendente estudio reciente en Dinamarca que utilizó un cohorte de pacientes con hepatitis C recuperados se encontraron fragmentos del ARNm de la vacuna COVID-19 de Pfizer y Moderna circulando en la sangre de pacientes durante 28 días después de la inyección.

Hasta el momento, este estudio es el primero en detectar secuencias de vacunas de ARNm de Pfizer-BioNTech y Moderna COVID-19 en sangre después de la vacunación y, por lo tanto, proporciona nuevos conocimientos sobre el período de tiempo en el que se puede detectar el ARNm. Los investigadores encontraron fragmentos de ARNm de la vacuna COVID-19 en 10 de 108 muestras (9.3%) de los pacientes vacunados con las vacunas de ARNm de Pfizer-BioNTech y Moderna.

Según el Dr. Peter McCullough, médico internista, cardiólogo y epidemiólogo, «las vacunas deben estar en el cuerpo solo unos días mientras se genera la inmunidad. Tener un código genético extraño en forma de ARN sintético cargado en nanopartículas lipídicas en la sangre durante un mes es una realidad espeluznante con las siguientes implicaciones: (a) Todos los eventos de salud graves que ocurran dentro de los 30 días posteriores a la inyección deben considerarse relacionados con la vacuna a menos que se demuestre lo contrario, (b) El ARNm tiene una oportunidad prolongada de circular a los órganos vitales, incluidos el corazón, el cerebro, la médula ósea, las glándulas suprarrenales y los órganos reproductivos, donde puede causar más daño, (c) El cuerpo humano no debe tener mecanismos robustos para eliminar el ARNm, por lo que cuando se administra la segunda inyección, algunos todavía tienen la primera inyección en su sistema, lo que explica una mayor toxicidad en la segunda inyección”.

Estos hallazgos son sumamente preocupantes y deberían conducir a una mayor investigación sobre la utilización de las vacunas de ARNm.

Referencia

SARS-CoV-2 spike mRNA vaccine sequences circulate in blood up to 28 days after COVID-19 vaccinationhttps://onlinelibrary.wiley.com/doi/epdf/10.1111/apm.13294