Por Carlos Montalvo-Mont
Arbolista Paisajista
Como Doctor Árbol, trabajando en Puerto Rico, gestiono, diagnostico y dicto tratamientos adecuados para los árboles que nos rodean. No importa mucho quién tiene la culpa: para el árbol, una rama rota es una rama rota.
La señora de la casa me pregunta Doctor, ¿qué le pasa a mi árbol? Los árboles se enfrentan a dos tipos principales de problemas: mecánicos como la rotura de una rama por la tormenta y biológicos como una infección de cochinilla, mosca blanca y hongos como la Fumagina.
Estos pueden y suelen combinarse: árboles con heridas mal cicatrizadas, con raíces maltratadas, o debilitados por la sequía o la falta de nutrientes, son mucho más vulnerables ante cualquier infección, por desgracia, esta descripción le sienta como anillo al dedo a buena parte de los Seres Arbóreos Vivientes en casi todas las urbanizaciones que he visitado para realizar una Evaluación Técnica de Arboles y Palmas.
En estos días después de Fiona, he realizado varias curaciones de árboles, especialmente uno de aguacate en la urbanización Villa Caparra Norte del municipio de Guaynabo, Puerto Rico, que fue derribado por los vientos sobre una verja de cemento. Tenía cuatro troncos codominantes, mucho follaje y centenares de frutos. Tenía algunas ramas secas y muertas, sin embargo observé que tenía algunas yemas durmientes más cercana que van a sustituir a la anterior.
Los árboles pierden ramas constantemente; algunas especies incluso se desprenden de su madera muerta, en algo parecido a una autopoda. Tampoco es raro ver árboles en el patio víctimas de alguna infección que ha carcomido su madera interna, o como le llaman; la memoria de árbol, dejándolos vivos pero con el tronco hueco.
A nosotros nos preocupa sobre todo la salud de los árboles que viven en los entornos que gestionamos en el patio de su casa en la urbanización.
Por eso se requiere la mirada entrenada de Doctor Árbol, que sabe evaluar el estado de salud del arbolado, y con conocimiento para tomar decisiones al respecto en caso de que su salud no sea buena: ¿representa un riesgo?, ¿es un riesgo asumible?, ¿podemos minimizarlo de alguna forma?
Regresa la señora de la casa con su esposo y pregunta, Doctor, ¿se pondrá bueno mi árbol? Cuando me enfrento a una rotura mecánica, por ejemplo, una rama tronchada, lo que hago es dejarle la herida lo más limpia posible, y evitar que se infecte, para que el árbol forme una cicatriz limpia y sana.
Siempre utilizo arcilla o barro colorao para evitar que los microbios, hongos o insectos infecten los árboles. Hay infecciones y plagas para las que tenemos tratamientos, especialmente con el aceite del árbol de Nim, mezclado con aceite de coco, detergente transparente, bicarbonato de sodio, emulsión de pescado; pero imaginemos que ha habido suerte: el árbol no está tocado de muerte, y técnicamente podría rehabilitarse. La pregunta es: ¿a qué precio?
En algunos casos, y a mi no me gusta hacerlo, pero por motivos justificados para remover un árbol. Si la especie no se escogió con cuidado, si ha sufrido daños repetidos que han comprometido su integridad estructural convirtiéndolo en un peligro potencial para los seres humanos a su alrededor, quizás la recuperación sea imposible, o desorbitadamente cara.
Realizar las podas adecuadas, airear y descompactar el suelo, apuntalar ramas, cualquier medida de rehabilitación arbórea tiene un coste. Sin embargo, talar, retirar y reemplazar un árbol tampoco es gratis, y resulta curioso ver cómo los esfuerzos que estamos dispuestos a hacer para salvar a un árbol varían según el lugar que consideremos.
Invertir en árboles saludables requiere paciencia, saber trascender la inmediatez y pensar a largo plazo, a veinte, treinta, cuarenta años vista; y requiere respeto y reconocimiento hacia el sector profesional que lo hace posible.
Al fin y al cabo, «¿qué valor tiene un árbol? Invertir en árboles, que tantas dádivas nos regalan entre ellas oxígeno, que no es poca cosa, es una apuesta de futuro segura.
Saludos Arbóreos de Doctor Árbol. Info en el 787-809-2946.
