Sylvette Nieves Cruz
Para Prensa sin censura
Redacto estas líneas para solicitar la ayuda y atención del alcalde de Camuy, Gabriel Hernández.
No soy persona de hacer públicos mis problemas y más este que aqueja a mi familia desde el Huracán María. He tomado esta decisión ya que al momento de hacer este escrito el Director de Orden Público Municipal, cuyo nombre desconozco, y el Director de Obras Públicas, señor Carlos Crespo Colón han colocado un candado al portón que da acceso a mi hogar quedando solo con un acceso peatonal, lo que no me permite sacar mi carro para llevar mis niños a la escuela.
Me enteré de lo ocurrido por mi hijo de 9 años que estaba jugando en el patio de la casa. Al salir del hogar veo a ambos funcionarios realizando el cierre.
Todo comenzó el 13 de febrero de 2018 cuando el comisionado de la policía municipal en ese entonces visitó mi propiedad con un digger a raspar la entrada que queda colindante al Parque Pasivo José A. Méndez Franquí.
Cuando salgo a dialogar con el Comisionado para preguntar, inmediatamente me informa que debía sacar mis pertenencias porque cerrarían la entrada de acceso a mi hogar.
Luego visité el municipio y en la oficina del entonces alcalde Edwin García, su secretaria me señala que cuando un alcalde toma una decisión no echa hacia atrás.
Acudí a un abogado para, mediante un interdicto, paralizar la obra. En el proceso fui perseguida por el pasado Comisionado de la Policía Municipal y el actual Director de Orden Público, sin dejar de mencionar que fui abandonada por mi abogado.
No se celebró vista alguna porque todas fueron canceladas porque el municipio no entregaba documentos o solicitaba tiempo adicional. Agradezco a la Rama Judicial y al juez Santiago Cordero Osorio que atendió mi caso ya que siempre me orientó y explicó todos los errores del proceso.
La última vez que tuve la oportunidad de estar frente al juez se disculpó a nombre de los entes gubernamentales porque están para ayudar al pueblo y que independientemente de la decisión que tomara el alcalde tienen que ayudarme. La decisión que tomó fue que al ser una verja municipal pueden cerrar, pero pasó por alto que hay otro portón que es privado, el de mi humilde hogar, y por tal razón el municipio no debe cerrar.
Luego de un tiempo, cuando Gabriel Hernández fue electo alcalde realizó unas mejoras al Parque y fui a pedir su ayuda. Tengo que dejar claro que el alcalde se puso muy nervioso y de inmediato me rodeó el séquito que siempre lo acompaña y no puedo negar que más nerviosa me puse yo. En ese momento estaba el proceso de apelación.
Hablé con el alcalde y me informó que yo dañé un bien público y que de la única manera que podría intentar ayudarme era retirando la demanda. Confié en su palabra y la retiré.
En el momento en que me dijo que hice un daño al bien público, le recordé que hay cuatro entradas más, aparte de la mía y pregunté si soy la única que hace daño.
De inmediato procedió a irse y se montó en una guagua con su grupo.
Debo señalar que en 1994 mi esposo julio Maseira Nieves recibió permiso del entonces alcalde William Rosales y comenzó a construir la casa en 1995.
En estos momentos no puedo seguir invirtiendo en abogados para poder protegerme cuando tengo dos hijos y uno de ellos es una niña de 10 años con diversas condiciones como Lupus, Vitiligo, baja densidad muscular y atraso mental, de 4 años. No todos sus tratamientos son cubiertos.
Solo hago mi caso público porque está pasando a mayores y ya no puedo quedarme callada ya que tengo miedo de lo que pueda hacer el Municipio de Camuy. Todo lo que me pase a mí, a mi familia y propiedad será responsabilidad del Alcalde Gabriel Hernández.
Estamos solos, marginados y tengo miedo.
Prensa sin censura 