Otro absurdo ambiental: boricuas estacionan sus autos en los ríos

Jaime Torres Torres

Si el orden no comienza por casa, faltará fuerza moral para exigirle al Departamento de Recursos Naturales y Ambientales (DRNA) que custodie los cuerpos de agua de Puerto Rico.

La escena que revelan las fotos se repite todos los fines de semana en la PR-149, ramal 615, kilómetro 13.7. Decenas [y a veces] centenares de ciudadanos llegan en sus jeeps y vehículos todo terreno para disfrutar de esparcimiento en el Río Manatí, estacionando dentro de su cuenca hidrográfica en el Barrio Toro Negro de Ciales, con un serio y dramático impacto a las aguas y biodiversidad de la reserva.

Aparte del combustible y humo, dejan basura y contaminan la quietud del entorno con ruidos innecesarios o voceteo. “El problema es que vienen muchos visitantes al área y como no hay estacionamiento, ocupan el río, donde se unen otros dos ríos, el de Matrullas y el de Toro Negro”, dijo a Prensa sin censura la activista social y ambiental Devorah Colón.

La gente frecuenta la zona para bañarse en el Charco Dos Bocas y en El Morón, a veces sin controles ni conciencia de la destrucción al entorno, consciente e inconscientemente.

La Ley # 67 de 2017 tipifica como delito estacionar vehículos de motor en cuerpos de agua dulce en Puerto Rico. Establece multa no menor de $100 ni mayor de $1,000 y cárcel por un término no menor de 90 días ni mayor de tres años o ambas, a discreción del tribunal. Pero, como muchas leyes en Puerto Rico, es letra muerta.

A pesar del caos ambiental de cada semana, la organización Mapa Madre lucha para orientar a la ciudadanía, junto a comunidades que se han solidarizado con la causa, como Amigos del Bosque Toro Negro, Acción Comunitaria Cialitos, Bosque Cibales y Comunidad Toro Negro Inc.

El Cuerpo de Vigilantes del DRNA y su comisionada Heidelyn Ronda han recibido las querellas de Mapa Madre, pero ignoran el reclamo comunitario por preservar las aguas que sacian su sed y asean sus cuerpos.

“Estamos comunicando sobre la importancia de los ríos, en este caso sobre el Río Grande de Manatí, que sirve a las cuatro comunidades mencionadas. El último domingo de cada mes educamos a la comunidad en el Paseo Lineal Juan Antonio Corretjer en Ciales”, revela Devorah Colón.

El Hogar de la Guábara, una variedad del camarón de agua dulce, es una de las actividades de la cruzada educativa Por Amor al Río que suelen celebrar para orientar sobre la importancia de dicha especie.

“Hablamos de su función en el río y su función nutricional. Capturamos guábaras y las ponemos en una pecera para enseñarlas a los niños y luego las devolvemos a su hábitat”, ilustra Colón.

Las cruzadas de Mapa Madre y de la organización ¿Por qué cuidamos los ríos? continuarán, a pesar de la indiferencia de la administración municipal de Ciales y el alcalde penepé Alexander Burgos Otero.

Lo único que, aparte de la comunidad, intenta proteger este paraíso ambiental es precisamente la Madre Tierra porque cuando llueve copiosamente para la cordillera de Toro Negro las crecidas del Río Grande de Manatí arrasan con todo lo que encuentran a su paso.

Fotos/Facebook

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