Lcda. Yolanda Rodríguez Torres
Ex Jueza
Ayer, martes, mientras en Puerto Rico alguno medios de comunicación estaban de duelo por la imposición de sentencia al productor de espectáculos, el Señor Rafael Pina, de 2 dos años y 5 meses por la comisión de cargos de violaciones a la Ley de Armas en el Tribunal Federal, un pequeñito pueblo de Texas, Ubalde, se enfrentaba al horror de un tiroteo perpetrado por un joven de 18 años que mató a 18 niños y dos adultos en una escuela primaria. El joven perpetrador tenía dos armas de fuego de alto calibre.
El trasiego y mal uso de armas de fuego es un terrible problema en Puerto Rico y en los Estados Unidos; es una tragedia. Por eso es mi referente a estos dos casos.
La difusión mediática al señor Pina luego de que fuera encontrado culpable fue constante ya éste cuenta con el dinero suficiente para ello.
La opinión pública estaba dividida en torno a la sentencia impuesta por el juez Besosa.
Me parece que hay un doble discurso y moral sobre el asunto de la criminalidad. De un lado, se horrorizan de los actos violentos en la Isla, (ya son tres massacres de lo que va de este año).Y de otra parte, se toman livianamente algunos actos criminales como el del señor Pina al tener bajo su control un arma de fuego alterada y una cantidad considerable de municiones en una de sus propiedades.
Ayer, por la mañana miembros de la prensa albergaban la esperanza de que el juez Besosa le concediera al Señor Pina como sentencia, un arresto domiciliario, cosa que no está contemplada en la ley federal para ese tipo de delito que involucra armas de fuego ilegales.
Los medios se enfocaban en el señor Pina, pero no en la naturaleza de los delitos que este señor cometió.
Algunos hasta reseñaron que el señor Pina merecía un trato más justo porque era un gran filántropo. Es muy peligroso ese mensaje que se lleva porque pareciera que figuras públicas y del espectáculo pueden estar por encima de la ley.
El señor Rafael Pina tiene que responsabilizarse por los actos que cometió.
En Puerto Rico continuarán las masacres y las muertes, a manos de gatilleros, usando armas de fuego ilegales y alteradas porque nos enfrentamos a un problema social y económico que tiene raíces muy profundas que abordan la pobreza y la desigualdad social.
El señor Pina luego de escuchar su sentencia comentó que hay una percepción de que los exponentes del reguetón son criminales. Me pregunto qué necesidad tenía el señor Pina, luego de haber sido condenado por fraude bancario, anteriormente, poseer ese tipo de armas y municiones en su casa. Sólo él lo sabe.
Entonces, si el Señor Rafael Pina no quiere que lo traten como un delincuente, pues entonces, no debe comportarse como tal.
Piénselo.
Prensa sin censura 