Desarrolladores con poder político y acciones corruptas contra el ecosistema y el pueblo toman posesión de tierras aledañas al río Mameyes.
Texto: Bajacú Ramce
Fotos: Jaime Torres Torres
Prensa sin censura
En estos días me he acostado y levantado con la frustración de atestiguar como nuestra tierra y nuestros espacios sagrados naturales pasan a manos de desarrolladores y privatizadores que no tienen ninguna conexión con nuestra cultura, historia, comunidad y ecosistema.
Personas que solo invierten en lugares para poseer más espacios destinados al mero propósito capital. Estas son nuestras tierras, lugares ancestrales que significan mucho para el pueblo que entiende de dónde venimos, quiénes somos y qué rol tiene la comunidad y el ecosistema en nuestra identidad y vida.
Tras ver el portón sobre la carretera estatal PR990 en el Barrio Barcelona en Río Grande que secuestra el acceso al río y priva el tránsito sobre la vía pública, y luego ver las columnas sobre la carretera con el mismo número en el Barrio Mata de Plátano en Luquillo que evidencian los intentos con el mismo fin de privatizar, nos dimos a la tarea de indagar en el asunto y procurar que se respete el derecho al libre tránsito por ambos lados de la carretera 990 y 993, así como el acceso al río Mameyes.
Hace años la carretera 990 estaba conectada por un puente hamaca sobre el Río Mameyes que unía a ambos barrios, supuestamente donado por Don Jorge Vil, una persona de influencia. Dicho puente fue afectado por el paso de una tormenta y posiblemente por el deterioro del tiempo, sin embargo algunas personas explican que el trabajo que necesitaba el puente para funcionar era sencillo pues sus bases aún estaban intactas. También alegan que el celador de la finca de YMCA conocido como Luis Fuentes deseaba impedir el tránsito al área del río junto a la finca privada por lo que mandó a sacar las bases del puente eliminando el acceso al otro lado del río.
Investigando sobre el portón que secuestra el tránsito por la carretera 990 y el acceso al río Mameyes, me comuniqué con el alcalde de Río Grande Ángel «Bori» González quien alegó estar reunido. Procedí a hacerle una serie de preguntas a las que respondió que la carretera 990 en el Barrio Barcelona es una carretera estatal, que el portón lleva muchos años allí y la instalación precede su administración, que si yo no resido allí no tengo derecho a hacer ninguna reclamación, que estoy tarde en demandar algún cambio, que lo estaba importunando y que si quiero solicitar la remoción del portón debo hacerlo al DTOP (Departamento de Transportación y Obras Publicas).
Entre nuestra animosa discusión le dejé saber que una carretera estatal no es propiedad privada de ninguna finca y no puede ser secuestrada, que el acceso al río es un derecho público ya que este es un recurso esencial de la comunidad y del pueblo en general, que no tengo que residir en el Barrio Barcelona o Río Grande para hacer valer mis derechos y los del pueblo como persona puertorriqueña, que nunca es tarde para demandar acción contra las injusticias, y que el propósito por el que existe la administración municipal es velar por el bien común y que se respeten los derechos del pueblo.
Posteriormente llamé al teléfono de Junglequi, quien alquila la finca de la YMCA y ante mi duda sobre el funcionamiento del zip line respondió que las instalaciones siguen funcionando. Procedí a cuestionarle sobre el portón sobre la carretera 990 tras lo que con ánimos caldeados afirmó “esta es una finca privada” y colgó. Quería preguntarle cuándo se instaló el portón, bajo qué justificación, quién dio la orden o el permiso, pero no tuve oportunidad.
También me comuniqué con el Municipio de Luquillo, donde uno de sus empleados respondió muy amablemente a todas mis preguntas. Relacionado a las columnas me comentó que allí hubo un portón que cuando el municipio lo vio ordenó su remoción. También indicó que bajo los documentos municipales no existe ningún permiso emitido y que incluso las columnas construidas no se ajustan a las regulaciones bajo las que operan las agencias públicas. Le solicité intervención al municipio en la remoción de las columnas ya que dejan un mensaje en la psiquis colectiva de que en cualquier momento quienes instalaron el portón una vez lo vuelvan a hacer. Lo último que me informó sobre las columnas es que lo van a trabajar con el DTOP porque ellos tienen jurisdicción y se supone que ellos sean los que actúen en estos casos.
En los tiempos en que mi papá se criaba toda la gente del Barrio Mata de Plátano en Luquillo se conocía y se ayudaba; el barrio era una comunidad. La familia que habitaba las tierras junto al río Mameyes no era la excepción pues era la que daba espacio en su propiedad privada a los autos para estacionarse por un precio que ofrecía orden y seguridad en la zona. Realicé una investigación sobre los terrenos y propiedades aledañas al río que hoy se encuentran en abandono y la información fue reveladora.
Algunos terrenos con estructuras de casas allí pertenecen a una familia que heredó cierta cantidad de cuerdas, quienes solicitaron segregación y se encuentran en proceso de espera para la obtención de sus escrituras, aunque afirman que el proceso ha sido complicado. En el proceso de segregación se gestionó la venta de una de las partes (varias cuerdas) a una corporación inscrita bajo el nombre de Atardeceres del Yunque. Dicha corporación pertenece a Walter Pierluisi Isern bajo cuyo catastro en el Registro del CRIM aparecen mucho más cuerdas de las que realmente compró. Esto puede deberse a un error cuando se realiza una venta en procesos de segregación, sin embargo me llama la atención como ya esta corporación tiene su terreno con número de catastro mientras que la familia original aún lucha por tener los títulos de su propiedad segregada. Espero que esta familia tenga las escrituras de sus tierras segregadas con los márgenes correspondientes lo antes posible y sepan elegir sus próximos administradores.
Walter Pierluisi Isern ha comprado más cuerdas de terreno en zonas del Barrio Mata de Plátano haciendo uso de su gran poder adquisitivo y relaciones políticas, ya que es abogado con su propia firma y primo del actual gobernador Pedro Pierluisi. El mismo tiene además alrededor de 11 corporaciones activas actualmente, en su mayoría de enfoque en el desarrollo de estructuras. Conocemos lo sucedido en relación a las prácticas corruptas, anti ambientales y anti comunitarias en las que estuvo implicado con los intentos de privatización y construcción en zona marítima terrestre con el caso del Condominio Sol y Playa en Rincón.
Deseamos de corazón que las tierras del Barrio Mata de Plátano con áreas aledañas al Río Mameyes permanezcan en manos de personas que velan por el bien común y que formen parte integral de la comunidad, concientes de lo sagrado que es el ecosistema, la biodiversidad de esta región, y las relaciones humanas honestas.




Esta Isla no es de los puerriqueños es de Pedro Pierluisi y familia.
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