Lcda. Yolanda Rodríguez Torres
Prensa sin censura
Con el desarrollo e impacto que tiene la invasión de Rusia a Ucrania me viene a mi memoria un recién cuento infantil titulado, “La guerra de las campanas” de Giani Rodari.
En síntesis, la obra trata de una guerra muy muy larga donde morían muchos soldados y como consecuencia se acabaron las municiones. Y al súper general Bumbum Petratuenos se le ocurre fundir todas las campanas del País, crear un gran cañón que de un tiro mandara a sus enemigos hasta la Luna y así ganar la guerra.
Cuando se construyó el gran cañón y el Gran General ordenó y gritó: “Fuego”, se escuchó una campanada inmensa, Din, Don, Dan. Por segunda ocasión el Súper General ordenó nuevamente el ataque y se volvió a escuchar el Din, Don, Dan.
Cien mil ecos resonaban y repetían Din, Don, Dan.
Al acabar hubo un momento de silencio y se escuchó del otro lado, donde estaba el otro bando del frente, que les contestaron un Din, Don, Dan. Y es que el Mariscal del otro bando había tenido la misma idea de construir un cañonísimo con las campanas de su País.
Entonces de un lado y del otro sólo se escuchaba Din, Don, Dan. Lo que produjo que los soldados gritaran se acabó la guerra y empezó la Paz.
El Super General y el Mariscal decidieron huir montándose en un carro hasta que se les acabó la gasolina, pero de lo que estos dos no pudieron escapar fue del sonido de las campanas, porque cuando suenan las campanas no hay guerra, hay Fiesta.
Mi inferencia de este cuento con lo que acontece en la invasion a Ucrania, es que como en el cuento hay dos bandos oponentes, pero la diferencia es que lo que escasean en este conflicto son los alimentos, la estabilidad económica y social de ambos países y un ataque a los derechos humanos y el desplazamiento de más de 10 millones de ucranianos a través del Mundo.
Como pareciese sacado de un cuento el conflicto entre Rusia y Ucrania es la guerra más mediática de la historia. Y es que al igual que en El Cuento de las Campanas tal pareciera que este conflicto será muy largo ya que los ucranianos no están dispuestos a sucumbir ante las exigencias y el poderío de Rusia.
Si partimos de la premisa que la guerra es parte de nuestra humanidad y que por el momento no hay tregua entre Rusia y Ucrania y las sanciones contra Putin y los oligarcas por parte de los Estados Unidos y los países de la OTAN irán en aumento, será ilusorio escuchar el resonar de un Din, Don, Dan.
