Lcda. Yolanda Rodríguez Torres
Contenido para Prensa sin censura
La invasión de Rusia a Ucrania y su inminente control ocupa todos los titulares de noticias a nivel mundial. Puerto Rico no es la excepción.
No había escrito al respecto, en primer lugar, porque se ha publicado demasiado y abunda la desinformación.
Es un tema muy complejo que se complica con difusiones mediáticas carentes de veracidad. Sin embargo, opté por estas líneas cuando el pasado domingo encuentro una columna en un periódico de circulación general en donde la flamante Sra. Natalie Jaresko, la renunciante Directora Ejecutiva de la Junta de Supervisión Fiscal, pide al pueblo de Puerto Rico que ayude a Ucrania, ya sea, alzando la voz, aportando ayuda económica y pidiendo a los congresistas que envíen armas a Ucrania.
Jaresko pide solidaridad con el pueblo ucraniano, cuando ella no la tuvo con nosotros. Ella olvida que nos dijo que los puertorriqueños podíamos vivir con $1,300 al mes. Ella no tuvo ninguna sensibilidad ni empatía con nosotros. Además, nos pide que llamemos a nuestros ‘Congresistas’ para pedir ayuda. A ella se le olvida que los puertorriqueños no tenemos representación ni voto en el Congreso de los Estados Unidos.
Que distinto hubiera sido si la señora Jaresko hubiese tenido un poco de sensibilidad hacia el pueblo puertorriqueño. Esa que pide para Ucrania.
Señora Jaresko, el pueblo puertorriqueño se distingue por ayudar a los más necesitados. Como ejemplo, la estrella de Grandes Ligas Roberto Clemente en 1972 perdió la vida por ayudar al pueblo nicaragüense.
Usted no nos tiene que dar clase de lo que es solidaridad con los menos afortunados. Además, en vez de pedir a los puertorriqueños que aporten económicamente a la causa de Ucrania, usted debe donar dinero, de ese que acumuló durante su incumbencia como directora ejecutiva de la Junta de Supervisión Fiscal a costa del dinero de nosotros los contribuyentes.
De otra parte, hay que mencionar la orden ejecutiva que emitió el Gobernador de Puerto Rico en que prohíbe la venta de bebidas alcohólicas provenientes de Rusia. Lo que se le olvidó al señor gobernador es que la mayoría de la vodka que se consume en los Estados Unidos no se produce en Rusia.
El gobernador, al igual que algunos gobernadores de los Estados Unidos, han fallado en su intento de boicotear al gobierno de Rusia. Mucha de la vodka que se consume acá la importan de Lituania, incluso se produce en los Estados Unidos, como por ejemplo en el estado de Ohio, donde trabajan puertorriqueños.
Es como si para la época del gobierno franquista, tras el ataque a Guernica, no se comiera fabada. Es decir, que menos del 1 por ciento de la vodka que se consume en los Estados Unidos se produce en Rusia. Así, que el gobernador de Puerto Rico al igual que sus homólogos en Estados Unidos, están dando palos a ciegas.
De otra parte, merece una breve reflexión el apoyo en Puerto Rico al gobierno de Putin por algunos líderes de los partidos emergentes. En una democracia tienen el derecho de simpatizar con quien quieran, pero me parece que han perdido el norte, no porque apoyen a Putin, sino porque justifican las muertes de civiles.
Muchos de estos políticos apoyan el derecho del pueblo de Puerto Rico a su libre determinación. Entonces, ¿cómo justifican la invasión de Putin a un pueblo soberano como lo es Ucrania? Me inquietan las posturas absurdas de los políticos de aquí que por decir ‘algo’, tiran palos a ciegas.
Piénselo.
