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(21 de marzo, de 2024. San Juan, Puerto Rico) – La crisis que enfrenta Haití es producto de años de abusos de lo que nombramos la ganga criminal conformada por Canadá, Estados Unidos, Francia y la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
Por décadas han desestabilizado la situación social, económica, política, la seguridad y han entorpecido todos los esfuerzos de la sociedad civil haitiana para democráticamente conformar un gobierno del pueblo y para el pueblo.
En la actualidad, lideran una campaña mediática e intervencionista que les permita crear caos para justificar invadir y meter sus manos en nuestra hermana Haiti.
Hay que destacar que es esta pandilla multinacional blanca y del norte global, la que tiene secuestrado al pueblo de Haiti, imponiéndole gobernantes corruptos y represivos, enviando misiones mititares invasoras y organizaciones «no gubernamentales» (ONG) extranjeras que les sirven de fachada para crear una narrativa que pinte a Haití como un pueblo violento, incapaz de gobernarse y resolver sus desafíos, y que no sabe cómo sobreponerse a los impactos de eventos naturales severos.
Las ocupaciones militares y la presencia de las ONG extranjeras son una manera de controlar al pueblo y mantenerlo empobrecido, mientras estas cuatro gangas se enriquecen y protegen sus intereses neoliberales y capitalistas.
Desde que Haití se independizó de Francia el 1 de enero de 1804, no tan solo liberó a todas las personas que fueron sometidas a la esclavitud, sino que fue un ejemplo de bravura para toda la región y el mundo.
Haiti es la primera república negra y por eso Francia le aisla del comercio mundial y le cobró en total unos $30 mil millones de dólares como multa por su independencia, la cual le tomó 122 años para pagarla.
Desde entonces, el sistema imperialista ha considerado a la nación antillana como un mal ejemplo para los pueblos del mundo y ha procurado precarizarle la vida. Dejando al país sin recursos para fortalecer sus sistemas de salud, educación, vivienda, infraestructura, entre otros.
Entre 1915 a 1934 Estados Unidos invade Haití asumiendo el control político y financiero, en nombre de lo que los Yankis denominaron el restablecimiento de la estabilidad política tras el asesinato del entonces presidente Vilbrun Guillaume Sam.
EE.UU. obligó a Haití a aceptar control sobre sus aduanas, le impuso las dictaduras de Francois Duvalier y su hijo Jean-Claude Duvalier, desde 1956 a 1986. Y ha jugado un rol en la imposición de múltiples gobiernos represivos y corruptos, se ha beneficiado de la venta de armas provenientes de poderosos donantes de los partidos Demócrata y Republicano y se apropió de millones de dólares para el banco que hoy se conoce como Citibank desde la invasión de 1915.
En 2004, la ONU impuso el envío de tropas a Haití bajo la llamada Misión de Estabilización de las Naciones Unidas en Haiti (MINUSTAH). Entre sus efectos devastadores, se probó que ocasionaron una epidemia de cólera que mató a sobre 10 mil y enfermó a 600 mil, la violación sexual de miles de mujeres y niñas haitianas y múltiples abusos a los derechos humanos.
La ganga imperialista y capitalista es la raíz del crimen organizado en la hermana Haití, de la extrema pobreza, la migración forzada y el caos.
Desde Puerto Rico denunciamos y rechazamos sus planes nefastos y expresamos toda nuestra solidaridad con el pueblo haitiano.
Prensa sin censura 