Geopolítica-Análisis
Por Manuel Ludueña
Periodista de Abya Yala
El Caribe y su entorno han sido presa temprana de la conquista y colonización de la monarquía castellana, así como, epicentro de las ambiciones de distintos reinados de la Europa, aún hoy. Cada embestida masacró poblaciones nativas, destruyó pueblos y embarcaciones, en tanto robaban para las coronas y los hacendados esclavizaban, en esas tierras, a contingentes africanos. De esos casos, es ineludible recordar a los piratas de la Corona de Inglaterra, en particular, a Francis Drake, poseedor de Patente de Corso (Letter of Marque), un permiso del rey para atacar barcos enemigos en tiempos de guerra, haciéndolos “legalmente privados al servicio de la Corona” Imperial.
“Permiso” sin autoridad transatlántica, idéntico al hacer extraterritorial de EEUU desde la invasión a Irak, luego del ataque a las Torres Gemelas. El pirata Francis Drake fue tratado como “My good Captain” y reconocido con el título de «Sir» (Caballero) por sus servicios a la Corona.
Actualmente la patente de corso la otorga la “Estrategia Nacional de Seguridad” (noviembre 2025), el trato de “Mi buen Capitán” lo confiere el Congreso de los EEUU, en tanto que el accionar de Trump se efectiviza mediante una idéntica supremacía militar, estrategias e intención de robo, en este caso, sería para la Plutocracia y asociados de EEUU.
Las fantasmagorías de Sir Francis Drake están presentes. Desde el «One Big Beautiful Bill Act» al incrementar los impuestos a toda importación de EEUU, la inducción al armamentismo de la Unión Europea para reforzar a la OTAM, el apoyo del genocidio en Gaza y las amenazas e incursiones asesinas en medio oriente, el tecno militarismo IA.
También avanza en la región del Abya Yala para aumentar el número y capacidad de las bases militares, convenios leoninos con El Salvador, Guatemala, Ecuador y Argentina, así como asesinatos a mansalva, bloqueo financiero y comercial de Venezuela, amenazas crecientes a Colombia y la intromisión directa en las elecciones en Argentina y Honduras.
La manipulación, que siembra miedo a las burguesías nacionales de los Estados del Abya Yala, tienen efectos devastadores de los derechos humanos y transforma en líquida a las Constituciones Nacionales, en nombre de la falsa creencia mesiánica de “pueblo elegido”.
La libertad para oprimir y robar con la patente de Corso para el empresariado norteamericano, sin negociaciones entre Estados soberanos, profundiza la deslegitimación de las democracias, mientras se pregonan formas tiránicas de otros gobiernos. Esa inversión de lo evidente, de estigmatizar para generar confusión y paralizar toda reacción de los pueblos es la incivilización del colonialismo de la modernidad.
El triunfalismo de los piratas, se apoya, aún, en la ciénaga del endeudamiento y las burbujas financieras, que no auguran un buen futuro; aunque en las aguas del Caribe y por los océanos Atlántico y Pacífico naveguen los “Trump Class” -presagiados públicamente el 22 de diciembre de 2025 como “los buques de guerra más importante de la historia”.
Los hechos, las decisiones en nombre de la representación democrática de Presidentes, Gobernadores, Intendentes, legisladores y jueces de los Estados Nacionales conforman los anclajes mortuorios para transferir riquezas mal habidas, blindadas en el secretismo de los ilícitos.
¿Dónde quedó la ética, la razón científica, el valor por los sujetos, el sentido de la vida?
La reciente Estrategia Nacional de Seguridad de EEUU narra un discurso arbitrario a expensas de la soberanía de los pueblos del Abya Yala a cambio de un trato indulgente. Demanda obediencia indebida para asentar nuevas bases militares, obliga a comprar armas y a realizar adiestramientos militares conjuntos, debiendo evitar migraciones a EEUU, así como prioridad sobre las reservas de petróleo, litio, cobre, tierras raras para las empresas estadounidenses extractivistas, sin dudas para utilizar como garantía que amplíe la financiarización de EEUU -operación inmobiliaria y de manejo del precio creciente de recursos muy limitados-. Es evidente que, al amplificar como arma la comercialización de ofertas coercitivas, en tanto detentan cientos de satélites de vigilancia, el más poderoso armamento atómico, ciento de miles de militares, el complejo tecno industrial más diversificado, la mayor red de bases militares, los gobiernos estadounidenses detentan una inseguridad creciente de gestión política y encarnan una ambición desmedida.
La deidad de la riqueza para el consumismo, a costa del empobrecimiento del 99 por ciento de la población mundial y la degradación de los bienes naturales, muestran un camino de desolación, quizás, con interminables luchas inducidas por las irracionalidades paranoicas.
Es bueno y oportuno que, en comunidad, ensayemos una visión crítica del pasado próximo, de un sistema decisional que habilite un futuro que merezca ser vivido, un futuro ancestral, no a costa de enriquecimientos luctuosos.
El presente está en nuestras manos, no hay un destino pétreo, está en nuestra voluntad de hacer y, en última instancia, en nuestra responsabilidad como hijos de Pachamamay.
Diciembre de 2025

