Geoingeniería
JAIME TORRES TORRES
Prensa Sin Censura
Es un experimentado abogado que litiga en los tribunales de Chicago, Illinois que en años recientes se estableció en Puerto Rico con su señora Laura Rivera, junto a quien practica la agricultura orgánica en una finca localizada entre las montañas de Utuado y Lares.
Su nombre es Blake Hortwiz, quien ha sido testigo de los daños al medioambiente de prácticas como la aspersión de aerosoles a la estratosfera, particularmente el dióxido de azufre, que se utiliza para eclipsar o bloquear la intensidad de los rayos ultravioletas del sol, como parte de un proyecto de geoingeniería que, según la Agencia de Protección Ambiental (EPA) y la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica (NOAA), persigue bajar las temperaturas de la tierra.
Aunque no litiga en Puerto Rico, la entrevista con Prensa Sin Censura consistió de una orientación a las personas que se ven afectadas por su exposición al dióxido de azufre.
“No es normal lo que se ve en el cielo”, dijo de inmediato.
“No son nubes, sino la evidencia de que ha pasado un avión que nos ha contaminado con algún gas o alguna materia que botan en el aire. Hay imágenes en que no se ven aviones, pero las líneas se entrecruzan. Esto sucede en muchos países. Mucha gente se está quejando”, sostuvo Horwitz al aclarar que no es condensación, sino aspersión.
“No es agua en el aire. Es una clase de químico y de gas […] Hay una diferencia. La condensación es agua fría, congelada, en el aire. Nunca vimos estelas como estas en nuestra vida. Lo que es condensación provocada por los aviones dura 30 segundos o un minuto. Se ve la estela de condensación del agua que pasa por el motor del avión y después de un rato se evapora con el sol. Si dura 30 minutos y luego se convierte en una nube obviamente vemos algo que no es condensación”.
Aunque es información que los medios de Puerto Rico no divulgan, el letrado reveló que en Estados Unidos ya se reconocen las prácticas de geoingeniería y el derecho de las personas a conocer exactamente de qué se trata.
“Por medio de la EPA, han declarado en un video hace dos semanas y ya reconocen la geoingeniería. Lo que no han hecho es explicar bien en qué cantidades nos contaminan y qué es exactamente lo que ponen en el aire. Claro: uno puede investigarlo a través de la EPA y la NOAA, donde se pueden ver los contratos de las compañías de los aviones privados que están poniendo esos gases”.
En semanas recientes Prensa Sin Censura ha entrevistado a personalidades como el doctor José Miguel Toro Bobe, la agrónoma Damaris Torres y el piloto retirado Noel Pol.
Del record periodístico se desprende que tanto la NOAA como EPA advierten que la inhalación del dióxido de azufre puede comprometer la salud respiratoria y su contacto con la tierra puede acidificar los suelos y por consiguiente los cultivos.
“Es un veneno para el ser humano. También hay otros médicos que dicen que están colocando partículas de aluminio, para reflejar el sol para atrás [revertir] y no permitir que todos los rayos lleguen a la tierra”.

El licenciado y agricultor Blake Horwitz también recomienda que las personas se familiaricen con la aplicación Flight Radar 24, que en tiempo real –desde una laptop o un teléfono móvil- revela detalles de todos los vuelos, incluso los que pudieran ser piloteados para efectos de geoingeniería.
“Como pueblo tenemos que buscar la manera de investigar, hablar con el gobierno y publicar lo que se pueda. Se puede con aplicaciones y tomando videos del cielo y conocer cuál es el avión que pone el gas en el aire. Se puede ver la ruta, la hora en que llegará al aeropuerto, su registración y el nombre del piloto”.
Como abogado, Horwitz recomienda documentarse con lo divulgado por NOAA, EPA, cuyo actual director bajo la administración Trump, Lee Zeldin, invita a la ciudadanía a que exija información.
“Las pruebas están saliendo. Soy agricultor en Puerto Rico y a diario me fijo en el cielo. Hablo con otros agricultores y todos hemos visto un cambio considerable. Las nubes no son las de antes. Lo más obvio es el cambio en la bruma. Eso es otra cosa […] Es sorprendente que nadie esté hablando de esto”, concluyó Horwitz, quien en Chicago, Illinois, al amparo del Freedom Of Information Act (FOIA), ha solicitado información relacionada a la aspersión de aerosoles en la estratosfera, pero sin respuestas y hallazgos reveladores.

