Comunidad
Por Residentes Alturas de Caldas
Para Prensa Sin Censura
(San Juan, Puerto Rico, 5 de noviembre de 2025) – En el Condominio Alturas de Caldas, en Cupey, la desesperación se ha convertido en rutina.
Los vecinos dicen llevar más de cinco años pidiendo atención a un deterioro visible y creciente: hongos, humedad, filtraciones y estructuras en riesgo. Mientras tanto, aseguran, la Junta de Directores mantiene una actitud de silencio e inacción.
“Vivimos en condiciones indignas y nadie responde. Hemos tocado todas las puertas”, dijo una residente que solicitó no ser identificada por temor a represalias.
“Uno se cansa. Esto es nuestro hogar”.
Un edificio que se desmorona con los años
El edificio muestra las huellas de años de descuido: escaleras rotas por cuatro años, empañetados sin pintar en el estacionamiento por cinco, y hongos extendiéndose por las paredes y los aires acondicionados.
Los residentes lo resumen como un abandono sistemático.
A pesar de haber enviado innumerables correos, cartas y solicitudes, no se han atendido las problemáticas ni se ha presentado un plan de acción. Según denuncian, la Junta lleva más de dos años solicitando cotizaciones para proyectos grandes, pero nada se concreta.
“Cuando pedimos actualizaciones, lo único que hay es silencio y frases como ‘se está cotizando’ o ‘se está trabajando”, señalaron.
Uno de los episodios más alarmantes fueron varias caídas de personas en las escaleras deterioradas. Una residente, lo reportó a la administración pero han pasado años y todo sigue igual.
“Si esto no los mueve a actuar, ¿qué lo hará?”, cuestiona otro vecino.
A la frustración por la falta de mantenimiento se suma lo que los vecinos describen como una vigilancia constante e innecesaria.
“Revisan la basura, te paran en los pasillos, te señalan por cualquier cosa, pero las paredes tienen filtraciones y hongos, y las escaleras se siguen rompiendo”, denuncian.
Esa contradicción —la falta de cuidado frente a la obsesión por fiscalizar detalles menores— ha a creado un ambiente de tensión y desgaste emocional.“Multan con facilidad, pero no limpian, no pintan, no reparan. Es una administración que se dedica más a sancionar que a cuidar el condominio”, expresó un residente.
Horas de trabajo, salud afectada y respuestas vacías
Muchos vecinos aseguran haber invertido cientos de horas personales documentando daños y enviando recordatorios sin resultados.
“Yo tengo que tomar fotos de descascaramientos, verjas con hongos, rótulos rotos… y dar seguimiento veinte o treinta veces. Nuestra salud se ha visto afectada; esto da tristeza y frustración. Ya ni me atrevo a traer visitas”.
Los correos enviados a la administración permanecen sin respuesta durante semanas o meses, y cuando llegan, no ofrecen soluciones concretas.
“Es como hablarle al vacío”, resumió una vecina.
El caso de Alturas de Caldas no es aislado. Representa una realidad que se repite en muchos condominios de Puerto Rico, donde los procesos legales son costosos, los abogados evitan los casos bajo la Ley de Condominios y el DACO tarda años sin ofrecer soluciones reales.
Desorganización, falta de transparencia y decisiones a ciegas
Parte de los residentes también denuncian la ausencia total de planificación y transparencia.
En la última asamblea, los titulares fueron obligados a votar por un proyecto de más de $100,000 sin tener una copia del documento frente a ellos.
“Nos hacen votar a ciegas. Si cuestiono algo, me levantan la voz o pasan rápido al siguiente punto. Salgo confundida y ansiosa”, relató una joven propietaria.
Los vecinos se preguntan: ¿hasta qué punto se trata de incapacidad, negligencia o algo más preocupante?
¿Por qué deben ir físicamente a la caseta para ver cotizaciones? ¿Por qué en casi un año no se ha contratado un ingeniero, y por qué en dos años no existe un plan de trabajo con fechas definidas?
Presupuestos mal manejados y dinero sin usar
Aunque la Junta asegura que “no hay dinero”, los residentes afirman que existe un contrato vigente de mantenimiento y un presupuesto asignado para cuidado y retoques que no se está utilizando.
“Dicen que no hay fondos, pero el problema es la mala administración. No saben manejar presupuestos ni proyectos”, expresó frustrada una vecina.
También denuncian que se proponen reparaciones costosas que no resuelven los problemas reales: no atienden la canalización defectuosa de los aires acondicionados, el empozamiento de agua en los descansos, ni rellenan las escaleras huecas, etc.
“Nos tratan como si no tuviéramos voz”.
“Ellos actúan como si fueran los dueños y nosotros simples inquilinos. No rinden cuentas a nadie”.
En algunos correos electrónicos, la Junta ha afirmado que no tiene obligación de responder dentro de un término específico, repitiendo constantemente: “Se está trabajando”.
“¿Cuáles son los resultados?”, se preguntan los vecinos.
“Llevamos diez, cinco, tres, dos años esperando soluciones. ¿Cuánto más tenemos que esperar?”
“Yo no puedo expresar el nivel de frustración que siento. Es coraje, impotencia, desesperanza. Me siento completamente secuestrada en mi propio hogar; esto da asco”.
El tono es de cansancio y desilusión. Lo que antes era una comunidad hoy es un edificio dividido, cargado de frustración y desconfianza, aseguran.
Un pedido de intervención y justicia
Tras años de cartas, quejas ante DACO y gestiones legales, nada ha cambiado. Los residentes dicen sentirse emocionalmente agotados y abandonados por las autoridades.
Piden la intervención de las agencias pertinentes y de la Asociación de Condominios de Puerto Rico, para que se investigue la gestión de la Junta y se tomen medidas concretas.
Una crisis que refleja un problema mayor
El caso de Alturas de Caldas no es aislado. Representa una realidad que se repite en muchos condominios de Puerto Rico, donde los procesos legales son costosos, los abogados evitan los casos bajo la Ley de Condominios y el DACO tarda años sin ofrecer soluciones reales.
Los residentes hacen un llamado a todos los titulares del país a participar activamente, exigir transparencia y cuidar sus propiedades, recordando que la indiferencia sólo perpetúa el abandono.
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