Política–Patriotismo
Lcdo. Alejandro Torres Rivera
Para Prensa Sin Censura
Jorge Dimitrov, entonces Secretario General de la Internacional Comunista, en su Informe ante el VII Congreso Mundial el 2 de agosto de 1935, al definir el carácter de clase del fascismo, lo define haciendo referencia al XIII pleno del Comité Ejecutivo de la Internacional.
Lo describió como la “dictadura terrorista más abierta de los elementos más reaccionarios, más chovinistas y más imperialistas de capital financiero.
Indicaba en su informe que el fascismo asumía diferentes variantes siendo la más reaccionaria el modelo alemán. Para la época ya se definían variantes, por mencionar algunas, en Italia, en países de lo que se conocía como Europa Oriental y en las zonas controladas por Francisco Franco en España,
El fascismo también ha sido denominado como una manifestación política e ideológica de extrema derecha, antiliberal y anticomunista, que sostiene la idea de la superioridad de los colectivos (patria, nación, raza) por sobre lo individual.
Propone una organización estatal de la sociedad y la economía basada en la integración entre el Estado y el partido y en la construcción de una especie de “ciudadanía militar.”
Haciendo una recopilación de elementos históricos que acompañaron al fascismo en distintos países durante las primeras décadas del siglo 20, podemos identificar las siguientes características: el nacionalismo como justificación ideológica; la oposición al capitalismo y al comunismo; el Estado como garante del orden; el corporativismo (sometiendo los intereses laborales y económicos al arbitrio de un sindicato único); racismo (persecución y exterminio de grupos étnicos); culto a la personalidad; autoritarismo y persecución de disidencias; totalitarismo (control de la vida pública y privada); ilegalización de la oposición; desprecio por los derechos humanos; identificación de “enemigos” como chivos expiatorios; supremacía de los militares; sexismo rampante; entrelazamiento de la religión con el gobierno; represión del movimiento obrero; desdén por los intelectuales y el arte; obsesión con el crimen y castigo; corrupción y amiguismo desenfrenado; y elecciones fraudulentas.
No tienen que coincidir todas estas característica en un Estado para que se pueda definir como fascista.
¿Qué importancia tiene hoy día para nosotros revisar las manifestaciones del fascismo y de los regímenes autoritarios en el Siglo 20? ¿Hacia dónde nos dirigimos en materia de derechos civiles y derechos humanos? ¿Dónde se ubica Puerto Rico dentro del contexto de su realidad colonial con Estados Unidos?
El 25 de septiembre de 2025, el presidente Donald Trump emitió el Memorando Presidencial de Seguridad Nacional Núm. 7 (NSPM-7) para “combatir el terrorismo doméstico y la violencia política organizada.”
Ya antes, bajo la “Ley Patriot” de 26 de octubre de 2001habíamos discutido la inclusión del concepto “terrorismo doméstico” y su interrelación con el “terrorismo internacional”. A dicha Ley le siguieron la Ley de Seguridad Interna de Estados Unidos de 2002, efectiva desde el 1 de enero de 2003; el “Intelligence Reform and TerrorismPrevention Act” de 2004; la “Patriot Improvement and Authorization Act” de 9 de marzo de 2005 y la “ProtectAmerica Act” de 5 de agosto de 2007.
De acuerdo con Jacob Crosse, en su artículo titulado El memorando de Trump califica el antifascismo y la oposición al capitalismo como “terrorismo doméstico”, el NSPM-7del presidente Donald Trump es un “plan fascista para movilizar todo el aparato represivo del Estado estadounidense—el FBI, el Departamento de Seguridad Nacional (DHS), el Departamento de Justicia (DOJ), Departamento de Estado, el Tesoro y las Fuerzas Armadas—contra toda la oposición política desde la izquierda.” Señala el autor que mediante el NSPM-7 se declara la guerra“contra la posición antifascista” criminalizando la disidencia.
Tomando como punto de partida el asesinato de Charle Kirk, indica el Memorando que en Estados Unidos se ha producido un incremento en los actos de violencia.Menciona como antecedentes a dicho asesinato, los ocurridos en 2024 contra un alto ejecutivo de empresas de salud; el atentado de asesinato contra el Juez de la Corte Suprema de Justicia, Brett Kavanaugh; dos intentos de asesinato contra su persona; motines desarrollados en Los Ángeles y Portland y ataques contra personal de Inmigración y aduanas. Trump indica que no se trata de actos aislados, sino que son la culminación sofisticada de campañasdirigidas a la intimidación, radicalización, amenazas y violencia dirigidas a silenciar la libertad de expresión y la actividad política. Cataloga a quienes participan de tales actividades de terroristas que persiguen sus objetivos a través de la radicalización e intimidación por medios violentos, utilizando como sombrilla un alegado antifascismo.
Señala que estos grupos promueven el antiamericanismo, son anticapitalistas y anticristianos, por lo que plantea la necesidad de elaborar una estrategia nacional para investigar y destruir sus redes y organizaciones. Para ello se crear la “National Joint Terrorism Task Force”(JTTFS) con sus respectivas filiales locales para desarrollar una amplia estrategia para investigar, procesar y suprimir las entidades e individuos que participen de tales actos de intimidación o violencia.
Mediante la Sección 2 (b) de la Orden, delega en la JTTFS investigar como potenciales crímenes federales el reclutamiento de personas que participen de violencia política, terrorismo, conspiración contra derechos o la privación violenta a los ciudadanos de sus derechos, incluyendo organizaciones. Para ello se asigna al Departamento de Justicia elaborar Guías para enfrentar el terrorismo doméstico y al Departamento del Tesoro la asignación de los recursos económicos necesarios para tal encomienda. Indica que para el Departamento de Justicia y para el Departamento de Seguridad Interna el terrorismo doméstico ha de ser una prioridad.
Cónsono con lo anterior, el 29 de septiembre de 2025 el Departamento de Justicia emitió un Memorando dirigido a los directores del Negociado Federal de Investigaciones (FBI); del Negociado de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos; Servicio Federal de Alguaciles; de la Agencia Antidrogas; y del Director de los Procuradores de Justicia de Estados Unidos, donde les indica que, como señala el presidente Donald Trump, están siendo testigos de una nueva era de “violencia política extrema” la cual es la “culminación de una “sofisticada, campaña de intimidación dirigida a los objetivos de radicalización, amenazas y violencia con el objetivo de silenciar la expresión, cambios a la actividad política y evitar el funcionamiento de una sociedad democrática; cuando precisamente, las medidas propuestas a lo que llevan es a afectar, por parte de sectores minoritarios, poder funcionar dentro de una sociedad democrática.
Como en la Orden Ejecutiva de Trump, el Memorando del Departamento de Justicia hace también una breve relación de sucesos que precedieron al asesinato de Charlie Kirk para justificar las medidas que dicho Departamento adopta. Señala que mientras el gobernador de Illinois y el Alcalde de Chicago acusaban a los agentes de ICE de actuar como agentes de la policía nazi, se producían manifestaciones por cientos de ciudadanos bloqueando el acceso a facilidades de procesamiento de dicha agencia. Destaca que entre los arrestados había una persona portando un arma de fuego.
Cónsono con lo antes indicado, el Secretario de Justicia ordenó a los funcionarios a quienes va dirigido el memorando, que de inmediato, “designen los oficiales y agentes necesarios” para defender las facilidades y personalde ICE que puedan ser objeto de ataques; supriman cualquier protesta ilegal y arresten a toda persona sospechosa de amenazar o agredir un agente o que interfiera con sus funciones de interdicción en una operación al amparo de una ley federal. El memorando dispone, además, que la agencias de interdicción locales deben prestar protección a las facilidades y personal de ICE y que el Fiscal General en cada oficina de distrito, esté presto a procesar a cualquier individuo que asalte, intimide o impida a los agentes llevar a cabo sus funciones oficiales. También provee para la compra de cámaras, entrenamientos y uso de tecnologías en apoyo a las gestiones del personal de agencias locales y estatales en apoyo a los agentes de ICE.
Citando las palabras de Trump, el memorando indica que se debe actuar contra redes, entidades y organizaciones que promueven la violencia, la intimidación, conspiren contra los derechos y lleven a cabo esfuerzos para interrumpir el funcionamiento de lo que el memorando indica, desde una perspectiva oficial, es una “sociedad democrática”.
Si fuéramos a considerar la aplicación del contenido de este Memorando, al igual que la Orden Ejecutiva del presidente, el mismo debería ir dirigido a impedir que sucesos como los ocurridos el 6 de enero de 2025 ante el Capitolio federal se repitieran en Estados Unidos.
Sin embargo, no es la primera vez que en Estados Unidos se promueven medidas para intervenir con organizaciones que se perciban por el Estado como contrarias a los intereses de Estados Unidos. Lo vimos en la década de 1950 con las investigaciones llevadas a cabo por el Senador Joseph Raymond McCarthy contra personascatalogadas de defender ideas comunistas; de “deslealtad”,subversión o traición a la patria, en referencia a Estados Unidos. Esta fobia anticomunista también se dio en las primeras décadas del siglo 20 hacia dirigentes obreros o personas afiliadas a organizaciones socialistas y comunistas en Estados Unidos en reacción a la Revolución Rusa de 1917.
Más recientemente, la Cámara de Representantes de Estados Unidos aprobó el 23 de octubre de 2007 el HR 1955, titulado “Violent Radicalization and Homegrown Terrorism Prevention Act.” Su versión en el Senado era el S.1959. El proyecto definía “Violent Radicalization” como “el proceso de adopción o de la promoción de un sistema de creencias extremistas con el fin de facilitar la base ideológica para promover la violencia política, religiosa o de cambio social.
Por su parte definía “Homegrown Terrorism” como “la utilización, uso o la amenaza de uso de la fuerza o la violencia por un grupo de individuos nacidos, criados o cuya base de funcionamiento será principalmente dentro de Estados Unidos o en cualquiera de sus posesiones para intimidar o coaccionar al gobierno de Estados Unidos, la población civil de Estados Unidos, o cualquier segmento de ella, en la consecución de objetivos políticos o sociales.”
El proyecto proponía la creación de una “Comisión Nacional para la Prevención de la Violencia y la Radicalización Ideológica” que examinara las causas de la violencia y el terrorismo, incluyendo las relaciones entre ciudadanos y no ciudadanos estadounidenses y sus redes y establecer recomendaciones. También creaba un “Centro de Excelencia” para el estudio de la radicalización de la violencia y el terrorismo emergente, adscrito al Departamento de Seguridad Nacional, cuya responsabilidad era cómo enfrentar y derrotar tales grupos o personas y evitar la duplicidad en las investigaciones y recomendaciones.
La portavoz de la ACLU para el Proyecto de Seguridad Nacional, Hina Shamsi indicó el 25 de septiembre que el NSPM-7 era parte de un patrón del presidente Trump en utilizar sus poderes para atacar a sus críticos invocando aspectos de interdicción, seguridad nacional y poderes para imponer sanciones financieras. Como tal, Trump utiliza la ”violencia política que todos condenamos, como una excusa para atacar activistas” y organizaciones in fines de lucro creando contra ellos un estigma de terrorismo doméstico. Se trata, indica, de “tácticas intimidatorias contra aquellos que levantan los derechos humanos y la libertades civiles”, algo que no es nuevo en la historia del país.
Hay quien afirma que Estados Unidos vive hoy algo parecido a la etapa que vivió Alemania en 1934. Recordemos que Hitler llegó a la Cancillería del Reich mediante elecciones con el apoyo de gran parte de la población alemana. Cinco años más tarde, estaría comenzando la Segunda Guerra Mundial con las consecuencias para la humanidad que todos conocemos.
Como hemos afirmado antes, tomando a préstamo la expresión, la historia se produce una vez como verdad y luego se repite como tragedia

