Salud y Vida
Por Dr. Jose W. Rodriguez Zayas
Para Prensa Sin Censura
“Los plásticos, omnipresentes en nuestra vida diaria, representan una amenaza silenciosa pero profunda para la salud infantil, cuyo impacto puede extenderse durante toda la vida.”
En los últimos años, la evidencia científica ha crecido de manera alarmante respecto al impacto de los plásticos y sus aditivos químicos en la salud humana. Una reciente revisión publicada en The Lancet Child & Adolescent Health alerta sobre un riesgo urgente y generalizado para la salud infantil, destacando la necesidad de acciones preventivas inmediatas a nivel individual, comunitario y regulatorio.
Más de 16,000 químicos bajo la lupa
Los plásticos modernos contienen más de 16,000 aditivos químicos utilizados para conferirles flexibilidad, resistencia al calor o propiedades impermeables. Entre ellos se encuentran los ftalatos, bisfenoles (como el BPA) y las sustancias perfluoroalquiladas (PFAS), conocidas como “químicos eternos”. A esto se suma la liberación de microplásticos y nanoplásticos, que ingresan al organismo a través del aire, agua y alimentos, especialmente cuando los plásticos se calientan o degradan.
La exposición a estas sustancias es prácticamente inevitable, pero su impacto en la salud resulta particularmente preocupante en etapas críticas como el embarazo, la infancia y la adolescencia, cuando los órganos y sistemas se están desarrollando.
Efectos en la salud a corto y largo plazo
La revisión científica asocia los plásticos y sus químicos con un amplio espectro de consecuencias negativas:
• Alteraciones hormonales por disrupción endocrina.
• Problemas en el neurodesarrollo, incluyendo reducción del coeficiente intelectual y cambios en la estructura cerebral.
• Procesos inflamatorios e inmunitarios que predisponen a enfermedades posteriores.
• Mayor riesgo de asma y enfermedades respiratorias.
• Obesidad, diabetes y disfunciones metabólicas en etapas adultas.
• Problemas reproductivos e infertilidad, así como aumento del riesgo de cáncer.
Estudios experimentales recientes refuerzan estas preocupaciones. Por ejemplo, un trabajo comparativo en ratas macho expuestas oralmente a Bisfenol A, F y S durante 28 días evidenció alteraciones fisiológicas significativas, confirmando que sustitutos del BPA como el BPS y BPF no son necesariamente más seguros (Pelletier et al., 2025). Estos hallazgos amplían la visión de riesgo hacia químicos emergentes usados como “alternativas” al BPA.
En términos económicos, se estima que en Estados Unidos las enfermedades infantiles atribuibles a la exposición a plásticos generan un costo de 250 mil millones de dólares anuales en atención médica y pérdida de productividad.
Retos científicos y vacíos de evidencia
Los autores de la revisión reconocen limitaciones en la investigación actual. Muchas veces los estudios se centran en un solo químico, cuando en la realidad la exposición es a mezclas complejas. La medición de biomarcadores suele capturar solo un momento puntual de exposición, y aún son pocas las investigaciones sobre aditivos poco estudiados o sobre la toxicidad de la exposición crónica a niveles bajos.
Un estudio adicional en Journal of Toxicology and Environmental Health, Part B documenta la toxicidad crónica de mezclas de aditivos plásticos, lo que refuerza la urgencia de mayor monitoreo y de estudios que aborden combinaciones químicas (Stumper et al., 2025).
A pesar de estas limitaciones, el consenso científico es tajante: la precaución es esencial. Retrasar la acción hasta tener pruebas concluyentes podría implicar daños irreversibles en generaciones futuras.
Recomendaciones para la acción
La revisión de The Lancet propone un cambio de paradigma regulatorio: pasar de una evaluación de riesgos individualizados a una estrategia preventiva basada en peligros conocidos y la eliminación de plásticos no esenciales. Entre sus sugerencias:
• Restringir o prohibir aditivos con efectos disruptores endocrinos.
• Exigir mayor transparencia sobre la composición química de los plásticos.
• Fomentar el desarrollo de alternativas más seguras y procesos de producción sostenibles.
• Impulsar educación pública para reducir la exposición cotidiana.
A nivel personal, se recomienda evitar calentar alimentos en recipientes plásticos, optar por envases de vidrio o acero inoxidable, y elegir productos de cuidado personal sin fragancias ni aditivos innecesarios.
Conclusión
La evidencia científica disponible sugiere que los plásticos constituyen una amenaza real y creciente para la salud infantil, con implicaciones que pueden extenderse durante toda la vida. Aunque persisten incertidumbres, los costos sanitarios y sociales asociados son demasiado altos para ignorarlos. Una combinación de políticas preventivas y decisiones de consumo más conscientes puede marcar la diferencia en la protección de las generaciones que vienen.
Declaración de autoría y uso de inteligencia artificial
Este resumen fue estructurado con apoyo de inteligencia artificial para mejorar su organización y claridad. El contenido ha sido revisado, editado y validado por el autor.
Referencias
• Trasande, L., Vandenberg, L. N., Heindel, J. J., et al. (2025). The effects of plastic exposures on children’s health and urgent opportunities for prevention. The Lancet Child & Adolescent Health. https://doi.org/10.1016/S2352-4642(25)00212-3
• U.S. Right to Know. (2025, septiembre). Plastics pose ‘urgent threat’ to children’s lifelong health, major review warns. Recuperado de https://usrtk.org/healthwire/plastics-pose-urgent-threat-to-childrens-lifelong-health
• Stumper, M., et al. (2025). Chronic toxicity of plastic additive mixtures: evidence from animal and associated human risk assessments. Journal of Toxicology and Environmental Health, Part B: Critical Reviews. https://doi.org/10.1177/10915818251378990
• Pelletier, G., Wang, G. S., Wawrzynczak, A., Rigden, M., Aranda-Rodriguez, R., & Caldwell, D. (2025). Direct comparison of the impacts of Bisphenol A, Bisphenol F, and Bisphenol S in a male rat 28-day oral exposure study. International Journal of Toxicology, 0(0), 1–18. https://doi.org/10.1177/10915818251378990
• World Health Organization (WHO). (2023). Global principles to reduce health risks from plastics and chemical additives. Ginebra: WHO Press.


