Ambiente
(San Juan, Puerto Rico – 19 de septiembre de 2025) – La Fundación El Urbanista Inc. expresó su rechazo a los intentos de enmendar la ley que protege la Reserva Natural del Corredor Ecológico del Noreste (RNCEN), ante expresiones del presidente de la Cámara de Representantes, Carlos «Johnny Méndez, de que la protección de esta zona ha frenado el desarrollo económico en el noreste del país.
«La designación del Corredor como reserva natural fue un logro histórico para Puerto Rico y responde a una política pública clara: fomentar un desarrollo sostenible basado en el ecoturismo y el turismo de naturaleza. Pretender debilitar esa protección con el argumento de que ha ‘congelado’ el desarrollo es incorrecto y peligroso», afirmó la fundación a través de su director Pedro M Cardona Roig.
La entidad subrayó que el Corredor es un patrimonio natural de valor incalculable, hogar de más de 865 especies de flora y fauna, incluyendo 53 en peligro de extinción, y constituye uno de los principales espacios de anidaje del tinglar, la tortuga marina más grande del mundo. «Modificar su delimitación o abrir la puerta a proyectos contrarios a su vocación natural sería hipotecar el futuro,
La Fundación El Urbanista recordó además que la designación de la Reserva en 2013 contó con el endoso unánime de la Legislatura y el Ejecutivo, asi como de instituciones académicas, organizaciones comunitarias, entidades religiosas y ambientales locales e internacionales. «Este consenso ciudadano e institucional no puede ser ignorado por intereses particulares que buscan un beneficio económico a corto plazo en detrimento del bien común.»
Asimismo, El Urbanista resaltó que ya existen ejemplos concretos de inversión e infraestructura para el disfrute del Corredor, como senderos, accesos y actividades recreativas sostenibles que emanan de la propia comunidad por conducto de la Coalición Pro Corredor Ecológico del Noreste, lo cual desmiente el planteamiento de que la zona ha sido “abandonada”.
«La Reserva del Corredor Ecológico del Noreste no es un obstáculo al desarrollo, sino un modelo de cómo crecer de manera sustentable. Protegerla es proteger nuestro capital natural, cultural y turístico más valioso. Puerto Rico necesita avanzar hacia un futuro resiliente, no retroceder hacia los errores de un urbanismo depredador que tanto daño nos ha causado», concluyó la Fundación.
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