Foto Voz–Ambiente

Al fondo del camino de Rancho Guayama en Salinas cruza un manantial de aguas cristalinas que es afluente del Acuífero del Sur, pero contaminado con las cenizas tóxicas de la carbonera AES. No bastó que la Escuela de Salud Pública del Recinto de Ciencias Médicas de la Universidad de Puerto Rico advirtiera que contaminar el ambiente es peligroso para la salud de la gente. En este desastre ambiental y ecológico tienen mucha responsabilidad la Agencia Federal de Protección Ambiental (EPA), el inoperante Departamento de Recursos Naturales y Ambientales y su secretario Waldemar Quiles, la alcaldesa de Salinas Karilyn Bonilla y su homólogo en Guayama, donde opera AES, O’brain Vázquez Molina. Su silencio los hace cómplices.
Jaime Torres Torres
Prensa Sin Censura
