Carta abierta a la representante Adriana Gutiérrez Colón: la rehabilitación del preso es posible

Opinión

JAIME TORRES TORRES 

Prensa Sin Censura 

Adriana Gutiérrez Colón es una joven abogada pipiola, electa en las pasadas elecciones como representante.

En días recientes publicó una columna en la que afirma que las cárceles, en Puerto Rico, “apenas rehabilitan”. 

Y añade: “Están diseñadas bajo la visión punitiva histórica de los gobiernos del Partido Popular Democrático y el Partido Nuevo Progresista de castigar a quienes cometen delitos ante la incapacidad gubernamental de establecer políticas públicas de prevención, educación temprana y el desarrollo de destrezas sociales para una sana convivencia”.

Adriana, una vista ocular al Complejo de Rehabilitación para Mujeres en Bayamón no es suficiente para aseverar mediante una columna de opinión que “las cárceles apenas rehabilitan”.

Quien suscribe este editorial se ha dedicado durante alrededor de 25 años a servir como voluntario de la pastoral carcelaria. Y hemos sido testigos de que la rehabilitación es posible.

Cuando el día de visitas en el Campamento y la Correccional de Zarzal en Río Grande coincidía con la Nochebuena o la Navidad se llegaba a visitar los confinados.

Mediante la escucha activa, la orientación y el llamado a la introspección [para reconocer las razones de la mente consciente y subconsciente que detonaron en conductas delictivas que les privaron de su libertad] decenas de confinados regresaron a la libre comunidad recuperando esposas e hijos, empleos y restaurando su dignidad.

La rehabilitación es real. La bibliografía del fenecido Dr. Fernando Picó es profusa. De igual forma la experiencia de la trabajadora social Dra. Milagros Rivera Watterson, portavoz del Comité de Amigos y Familiares del Confinado.

En mi experiencia he combinado el cultivo de la espiritualidad con herramientas del neurocoaching, la programación Neurolingüística y la tanatología.

Además, en el Instituto Universitario y de Bellas Artes [308 de Bayamón] los confinados participan de estudios superiores y talleres de actuación con Elia Enid Cadilla. También de música y banda, escritura creativa y artesanías, con la ventaja de ser certificados por el Programa de Desarrollo Artesanal del Departamento de Desarrollo Económico y Comercio y presentar sus obras en mercados artesanales.

La exposición al arte emancipa el espíritu y, por consiguiente, REHABILITA.

Quizá a la representante del PIP le corresponda consultar la definición de ‘Rehabilitación penal’: “es un proceso legal y social para reinsertar a quienes han cometido un delito, restaurando sus derechos civiles y reputación tras cumplir una pena, y abordando las causas del crimen para reducir la reincidencia”.

Buscar pauta dando la falsa impresión de que conoce y domina un asunto no habla muy bien de la representante.

Eso de que “las cárceles apenas rehabilitan” revela su ignorancia del tema y confirma que desconoce el acompañamiento desde el amor de decenas de misioneros, consejeros, profesores de música y teatro que semanalmente impactan de forma positiva la vida del preso.

Tal vez Adriana Gutiérrez Colón pudiera, como meses atrás dijo en Prensa Sin Censura, convencer a sus compañeros del PIP en Cámara y Senado para radicar una resolución conjunta para que se investigue el asesinato político de Filiberto Ojeda Ríos, cuyo vigésimo aniversario se conmemorará el próximo 23 de septiembre, Día del Grito de Lares.